Siempre que se anuncia el relevo de un Papa aumenta el interés por todo lo relacionado con el Vaticano y la Iglesia Católica, así ocurrió con la renuncia del papa Benedicto XVI. Os mostraré a continuación algunas curiosidades históricas relacionadas con los sucesores de San Pedro:
–La palabra «Papa» se origina del griego papas, significando padre, y «Pontífice» procede del latín pontifex, que significa constructor de puentes.
–Benedicto IX tiene el honor de ser el papa más joven, en el año 1032 accedió al pontificado con la edad de catorce años, gracias a su padre, el conde Alberico III, que sobornó a la Curia romana desde su influyente cargo en Roma.
–Pío IX fue el papa que más tiempo permaneció en el cargo, concretamente entre 1846 a 1878, sumando un total de treinta y un años, siete meses y veintitrés días. En cambio, Urbano VII duró solo trece días, en el año 1590.
–El nombre más repetido fue Juan, hasta en veintidós ocasiones, siguiéndole Gregorio, dieciséis veces.
–¿Os podéis creer que hubo un papa que no existió? Ese fue Juan XX, por un error de numeración. Y el que le sigue en número, Juan XXI tiene el fatal honor de perecer tras el hundimiento del palacio papal en Viterbo.
–Benedicto XIII «el Papa Luna», se le tiene por ser el más cabezota, al mantenerse firme, hasta el día de su muerte en 1423, en su convencimiento de ser el auténtico pontífice a pesar de retirarse a la fortaleza de Peníscola, en España, tras resolver el Concilio de Constanza el Cisma de la Iglesia. Siendo aragonés como fue, la expresión «estar en sus trece», que vendría a significar que una persona mantiene obstinadamente una actitud o una opinión, proviene de él.
–¿Hubo más de un papa a la vez? Pues sí. En el mencionado Gran Cisma de Occidente del siglo XV llegaron a coexistir tres: Gregorio XII, Benedicto XIII y Juan XXIII, aunque a este último nunca se le reconoció, así que su número lo adoptó otro papa, Juan XXIII.
–¿Existieron los antipapas? Pues sí, también. Los reconocidos por la Iglesia Católica ascienden a treinta, y los no oficiales, a tres, esto sin contar los del Gran Cisma de Occidente que fueron cuatro. El primero, San Hipólito de Roma (217-235), y el último reconocido fue Félix V (1440-1449). Estos antipapas surgieron por sucederse una doble elección papal, haber una discordancia doctrinal o por ser encarcelado o deportado el pontífice.
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