
En el cuadro de arriba vemos a uno de los padres de la neurología moderna, el Dr. Jean-Martin Charcot (1825-1893) en una de sus sesiones clínicas de los martes delante de sus alumnos. En él identificamos a futuros ilustres neurólogos como el Dr. Babinski (sujetando a la paciente), al Dr. Parineaud (en la fila de abajo, justo detrás del señor del bigote) y al Dr. Gilles de la Tourette (el primero de la fila de abajo por la derecha).
Conocemos al Dr. Charcot por ser el primero en describir en 1869 una enfermedad neurológica (la esclerosis lateral amiotrófica) y por inaugurar en 1882 la primera cátedra de neurología del mundo, creada expresamente para él. Fue el precursor de la psicopatología y su prestigio tan grande que médicos de todo el mundo acudían a sus lecciones. Entre sus alumnos destaca un joven Sigmund Freud, cuyo encuentro con Charcot en el invierno de 1884 significó un acontecimiento clave en su vida y que sin duda propició al desarrollo posterior del psicoanálisis para explicar los síntomas de estas pacientes.
En el año 1862 en el hospital La Salpêtrière, había 4500 mujeres ingresadas entre dementes, epilépticas, histéricas y mendigas. El edificio se encontraba en un lamentable estado y decidieron hacer dos grupos, las dividió en dementes y pacientes con convulsiones (epilépticas o histéricas). El Dr. Charcot se hizo cargo de este último grupo y sus investigaciones quisieron demostrar las diferencias entre la epilepsia y las crisis histéricas, es decir, entre las causadas por una enfermedad neurológica y las que no. Estudió los diferentes cuadros de la histeria (midió temperaturas, movimientos musculares, sensibilidad y reflejos… llegando incluso a comprobar la calidad de la secreción vaginal).
Empleó la hipnosis en sus lecciones de los martes pero llegó a abusar tanto de ellas que acabaron convirtiéndose en un espectáculo para algunos de sus colegas.
Como curiosidad decir que la palabra histeria proviene del griego hystera que quiere decir útero, ya que, desde la antigüedad hasta principios del siglo XX se consideró como un mal procedente del útero.
En cuanto a la obra que hacemos referencia, pertenece a Aristide Pierre André Brouillet (1857-1914), pintor francés muy aclamado en su época y especializado en escenas de género, retratos y paisajes. Este es su cuadro más famoso y pone de manifiesto cómo el trabajo en equipo y la formación continua de los médicos son un pilar fundamental para el avance de la medicina, aunque observando el cuadro con detenimiento podemos advertir la cara de incredulidad de algunos de ellos:
¿Está realmente en trance o en estado de hipnosis?
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