
La «casa de Dios», el «lugar donde la divinidad vive físicamente», así consideraban los egipcios a sus extraordinarios templos. Solo el faraón podía dirigirse a sus dioses y junto con los sacerdotes serían los únicos en poder realizar sus ritos en el interior del templo.
Todos los días al amanecer, el sumo sacerdote entraba en el Santuario para sacar las estatuas de Amón e Isis del interior del naos (sala del dios). Tras lavarlas y perfumarlas, las vestían antes de ofrecerles comida y bebida sobre un altar entregando a Amón una estatuilla de Maat (hija de Ra) para después ser devueltas a sus naos. Finalmente el sacerdote salía de la estancia, no sin antes limpiar los restos de la ceremonia e incluso sus propias huellas. Al mediodía y al atardecer se repetía todo este rito aunque de manera más sencilla en las capillas laterales.
Este ritual se practicaba escrupulosamente desde el siglo II a.C. en un Templo situado al sur de Egipto cercano a la primera catarata, a 16 kilómetros al Sur de Asuán (Baja Nubia), en la localidad de Debod. Su construcción la inició el rey Adijalamani de Meroe siendo ampliado posteriormente por tres reyes de la dinastía ptolomaica hasta que culminaron su construcción los emperadores Augusto y Tiberio tras ser anexionado Egipto al Imperio romano. No fue hasta el siglo VI d.C. que el emperador Justiniano decretó su cierre para poder consagrar el templo a San Esteban y asentar a una comunidad cristiana en su lugar. Amón, después Isis y finalmente Jesús de Nazaret fueron sus ilustres moradores. Pero quien quiera disfrutar de este templo no debe programar su viaje a Egipto sino que debería trasladarse a Europa, concretamente a Madrid.

¿Cómo y por qué llegó el Templo de Debod a España?
La respuesta la encontramos en la construcción de la Gran Presa de Asuán en el curso alto del Nilo en el año 1959. Tras el llamamiento internacional de la UNESCO para impedir que quedaran sumergidos por el agua los monumentos que allí se encontraban desde hacía miles de años, se trasladaron 14 en zonas próximas a su emplazamiento original, y se entregaron cuatro templos como regalo a los países colaboradores en la salvaguarda de esos tesoros (Holanda, EEUU, Italia y España).

Tras desmontar el Templo piedra a piedra, se adjudicó a España el 30 de abril de 1968. Cuando se hizo la entrega, solo se acompañó con un plano del templo y un croquis de los alzados con una numeración de la situación de cada bloque de piedra. Como si se tratara de un puzzle para niños, se procedió a montar los bloques originales reconstruyendo el aspecto original con piedra blanda procedente de la ciudad de Salamanca, esta con un color diferente para poder distinguirla de la antigua. El 18 de julio de 1972 se finalizó su reconstrucción abriéndose al público y siendo uno de los pocos monumentos arquitectónicos de Egipto que pueden verse completos fuera de Egipto.
Os recomiendo este video de su reconstrucción en Madrid
Una visita virtual 3D:
Links:
madrid; egiptologia-Cristina Carracedo
Links fotos:
La verdad es que las construcciones egipcias son todas espectaculares. Si además, se contemplan en un atardecer su belleza se multiplica.
Saludos,
Héctor Castro
Hola Héctor,
sobre todo si la podemos contemplar sin tener que desplazarnos a Egipto, ¿no crees?
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Hola Javier, no me lo hubiera imaginado, gran «regalo», muy interesante, como todo lo que publicas. Un abrazo
Hola Silvia,
si un día visitas Madrid no debes perdértelo. ¡Todo un templo egipcio en plena ciudad!
Un abrazo
El año pasado cuando fui a Madrid tuve la satisfacción de verlo. Antes te he recomendado que fueras a Japón… pero Egipto tambien es una pasada!!!!! Hay tanto que ver por el mundo… esperemos que unos cuantos idiotizados no lo destruyan…
Abrazo de una que le gusta Nefertiti…
Hola Rosa,
ya sabes que se me están acumulando los proyectos de viaje ¡Ja, ja, ja! De momento me conformo con haber visto el templo Debod en Madrid pero antes o después caerá el gran … ¡Egipto!
Abrazos
¡Qué lindo! Me encanta todo lo referente al antiguo Egipto, así que ya tengo una razón más para querer visitar Madrid. Gracias por tus artículos tan ilustrativos, como siempre.
Un saludo.
Hola Capullanita,
¿puedes creer que no es hasta hace poco que estuve allí por primera vez? Eso sí, me encantó tanto que en los últimos dos años estuve en tres ocasiones (y las que quedan por repetir)
Saludos
¡Quien cómo tú! 😀 Ya me imagino, en este caso toda repetición no es ninguna ofensa y por el contrario un deleite. Felicidades, voy a decretar que estaré por allí, de todos modos. Un abrazo.