Observar el firmamento llevó a los antiguos egipcios a inventar el calendario para regir los festivales religiosos y controlar la crecida que sufría el Nilo cada año. Y este calendario resultó ser el mejor de todos, incluso que el de los griegos.
Estas primeras observaciones de los astros se sitúan en el mismo origen de la civilización egipcia (Predinástico y Protodinástico). Las pirámides de Gizeh de la dinastía IV (2650-2590 a. C) se orientan según los astros y hacia Heliópolis, la ciudad del dios sol Re, y podemos considerar que entre el 2490-2040 a. C. se inicia el primer calendario civil de 365 días.
La primera representación del techo astronómico de la historia de Egipto la encontramos en la tumba de Senenmut, visir de la reina Hatshepsut (Dinastía XVIII., 1460 a. C.). Esta observación del cielo siempre estuvo unida con la religión. Los astrónomos egipcios (imy unut), también llamados «observadores de las horas», eran sacerdotes -algunos de alto rango- además de ejercer alguna otra profesión. El mencionado anteriormente Senenmut y, Imhotep, eran arquitectos y sacerdotes.
Estos «observadores de estrellas» vestían una piel de pantera tachonada de estrellas usando tablas y guías en sus mediciones. No tenían telescopios pero se las ingeniaron para poder ver mejor el firmamento con un nervio de hoja de palmera con una ranura en su porción superior por donde las miraban (bay). Para comprobar la vertical del meridiano central utilizaban una barra horizontal cuyo extremo tenía un cabezal rectangular del que pendía una plomada (merkhit).
Su calendario constaba de doce meses de treinta días cada uno, al que se sumaban cinco días adicionales, cada uno dedicado a sus dioses más importantes (Osiris, Isis, Set, Neftis y Haroeris) aunque carecían del año bisiesto.
Como he dicho al inicio, este calendario regía las festividades de los egipcios, que a su vez regía sus vidas. Un ejemplo lo encontramos en su fiesta anual más importante, la que marcaba la llegada de la crecida del Nilo tan trascendente social y económicamente para ellos. Esta crecida la marcaba la primera aparición del año -durante el amanecer- de la estrella Sirio (Sopdet).
Sabemos que antes de los egipcios, los acadios, en mesopotamia, ya realizaban registros astronómicos y, que los chinos, en el año 1300 a. C. ya utilizaban calendarios, pero ninguno de ellos pudieron igualar en exactitud a los que elaboraron en la civilización egipcia.
Fuente:
Juan Antonio Belmonte (Instituto de Astrofísica de Canarias)
Para saber más:
ancientegyptpriests; caosyciencia; gruposerenidad
Link imagen:
Deja una respuesta