La Medicina en el Arte: Pintura- Viruela y la primera vacuna

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«The Cow-Pock—or—the Wonderful Effects of the New Inoculation!» (1802), viñeta satírica de James Gillray, de las Publications of ye Anti-Vaccine Society, que muestra a Edward Jenner administrando vacunas contra el virus de la viruela bovina en el hospital de San Pancracio. El temor popular era que la vacuna provocaría el crecimiento de «apéndices vacunos» en los pacientes. Haz clic en la imagen para ampliarla.

La obra que os presento hoy no es un cuadro sino una viñeta satírica que ilustra en clave satírica el miedo popular a uno de los hallazgos más importantes de la historia de la Medicina.

Todo comenzó el 14 de mayo de 1796, cuando el médico Dr. Edward Jenner administró a un niño de ocho años llamado James Phipps la primera vacuna. El niño desarrolló una leve enfermedad entre el 7º y 9º día que desapareció sin ninguna complicación.  El 1 de julio, inoculó a James la temida viruela pero…¡no enfermó! Tras comunicarlo a la comunidad científica de la época -y como suele pasar cuando alguien presenta una novedad difícil de creer- fue rechazada por todos, siendo criticado e incluso tratado como anticristiano.

En aquellos tiempos la viruela causaba estragos entre la población europea y americana, no pudiéndose tratar ni prevenir. Su paso dejaba rastro en las personas llegando incluso a desfigurarles la cara. Lo que sí se sabía  era que si se contraía la enfermedad  durante una epidemia leve, se quedaba protegido para toda la vida. Por tanto, se procuraba provocar el contagio artificialmente antes de que se contrajera de forma casual.

Se cree  que el hecho de inocularse a sí mismo una enfermedad como forma de prevención nace en la India o China alrededor del año 200 a. C. A los pacientes que sufrían formas leves de viruela se les recogían fragmentos de pústulas secas para molerlas convirtiéndolas en polvo y así, introducirlas por la nariz esperando a inmunizarse. En  India se vestía a los niños con las ropas de enfermos de viruela, y en Asia Central y África se transmitía este pus a las personas sanas mediante pinchazos con agujas a los esclavos para evitar que sus dueños perdieran su «mercancía» dado que las esclavas caucásicas eran famosas por su belleza -principal medidor de su precio- y una esclava protegida contra la viruela tenía mucho más «caché» al asegurarse al comprador de que no quedaría desfigurada por la enfermedad.

Las primeras evidencias de utilizar métodos para prevenir epidemias las encontramos en China, atribuidas a Zhang Lu (siglo XI) y la primera vacuna descubierta fue contra la viruela por nuestro médico inglés.

El nombre de vacuna (del latín vacca) se debe al Dr. Pasteur -como homenaje a su predecesor el Dr. Jenner- por el hecho de que las ordeñadoras de la época que estaban en contacto con la viruela de vaca (la forma más benigna de la enfermedad), hacía que se inmunizasen y no padecieran la  viruela humana. Esta observación es la que originó que el Dr. Jenner llevara a cabo su experimento  con linfa de viruela vacuna procedente de una pústula de una ordeñadora, Sarah Nelmes.

No es hasta casi un siglo después que entra en vigor en un país (Alemania) la Ley de Vacunación, siendo obligatorio vacunar contra la viruela a todos los niños menores de doce años que no la hubieran padecido en los cinco años anteriores. Finalmente en diciembre del año 1979 se certifica oficialmente su erradicación mundial, acordándose que todas las cepas del virus que quedaban, fueran destruidas o trasladadas a dos laboratorios protegidos, uno en Estados Unidos y el otro en la Federación Rusa.

Las vacunas son el logro más importante de la investigación médica y una de las causas principales de la mejora de la salud de  las personas. En la actualidad, existen sobradas razones para reconocerlas como la  medida preventiva más eficaz de todos los tiempos y existen líneas de investigación que se centran en un nuevo concepto: las vacunas terapéuticas.

Un artículo:

ncbi

15 comentarios

  1. Gran y muy documentado artículo. Son de admirar pioneros como el Dr. Edward Jenner. La humanidad siempre ha contado con grandes personajes que, a pesar de ir en muchas ocasiones a contracorriente, han hecho grandes cosas en beneficio del ser humano.
    Saludos,
    Héctor Castro

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