A finales de los años 50 los médicos del hospital de la Universidad de Kentucky se encontraron ante un nuevo reto diagnóstico al ver llegar por el servicio de urgencias a Luke Combs y su familia. El color de su piel era azul y así fue durante varias generaciones. En el curso de la investigación los galenos comprobaron como el primer caso ocurrió en el siglo XIX, cuando un emigrante francés llamado Martin Fulgate se casó con una mujer pelirroja. Cuando la pareja, que vivía en una zona muy aislada y escasamente habitada empezó a tener hijos, casi todos nacían con la piel azul. Su estudio reveló que la coloración de su piel se debía a una alteración en sus genes recesivos que se autoperpetuó por la endogamia de su familia propiciada probablemente por su forma de vida aislada. Finalmente se demostró que sufrían de metahemoglobinemia, una alteración que impide que la hemoglobina pueda transportar el oxígeno correctamente provocando la alteración de los tejidos. Posteriormente, y tras ampliar su circulo social, los descendientes comenzaron a estar libres de esta enfermedad naciendo en 1975 el último miembro documentado con esta alteración.
Encontramos el caso del estadounidense Paul Karason afecto de otra enfermedad, la argiria (ver el video). Para aliviarse un mal de la piel comenzó a autoprescribirse plata durante diez años y aunque mejoró de su problema cutáneo original esto le provocó la coloración azul que presenta actualmente y que por desgracia lo tendrá de por vida pues, a diferencia de la familia de Luke Combs, no podrá eliminar nunca el depósito de plata de sus tejidos.
La argiria se produce por la ingestión prolongada de plata metálica o alguna de sus sales pudiendo acumularse en la piel, órganos y tejidos, siendo más acusado su cambio de coloración en las zonas expuestas al sol. Puede hallarse de forma generalizada o localizada (argirosis). También puede hallarse en las personas que trabajan en la industria metalúrgica expuestos a este metal así como al ingerir algunos suplementos dietéticos de plata coloidal que se usan para el cáncer, el sida, la diabetes, en gotas para los ojos e incluso en algunos procedimientos dentales.

Otras enfermedades que pueden ocasionar el color azul de la piel pueden ser: las enfermedades del corazón que dificultan la llegada del oxígeno (cianóticas), la policitemia vera, la enfermedad de Addison y la hemocromatosis entre otras.
Para saber más:
Agencia para sustancias tóxicas
Dermatology online-Universidad de California
Links fotos:
Egelberg; Herbert L. Fred, MD y Hendrik A. van Dijk
Deja una respuesta