Cuando decimos de alguien que es un «sibarita» lo hacemos para referirnos a una persona con gustos refinados y entusiasta de la buena vida. Pero hemos de desplazarnos más de 2500 años atrás para encontrar el origen de la etimología de este término, en la ciudad de Síbaris, más concretamente en el gentilicio de sus habitantes, los sibaritas. Sybaris se encontraba sobre el Golfo de Taranco en el Mar Jónico en la actual región de Calabria (Italia). Uno de los motivos principales de los griegos para fundar colonias lo encontramos en el hecho de que sus tierras no eran fértiles y el problema demográfico motivó que emigraran a otras zonas. Así se fundó Síbaris, hacia el año 720 a. C., por colonizadores aqueos griegos, llegando a ser rica y próspera gracias al comercio con ciudades como Mileto en Asia Menor y Grecia. En su máximo esplendor llegó a albergar 300 000 habitantes.
Los mitos que se citan en las narraciones clásicas sobre dicha colonia son sorprendentes y, como toda leyenda, seguro que parte de razón habrá en lo que voy a explicar a continuación:
- Cuentan que un sibarita, al escuchar que un ciudadano estaba fatigado de ver que otros trabajaban la tierra mientras él daba un paseo, tuvo que pedirle que parara de hablar, pues estaba consiguiendo que se sintiera muy cansado.
- También se decía que otro que dormía encima de un colchón de pétalos de rosa no pudo conciliar el sueño cuando, al prepararle la cama, le dejaron un pétalo arrugado.
- Disponían de canales que llevaban el vino directamente del campo a la ciudad.
- No dejaban trabajar a los herreros y carpinteros porque el ruido que hacían era molesto para la población.
- A los niños se les vestía con trajes púrpuras y sus cabellos se ataban con cuerdas de oro.
- En una comedia, el río Síbaris les lanzaba una ola de rayas cocidas, mientras sus afluentes aportan calamares y crustáceos ya cocinados, que acudían gustosos a sus bocas.
Las «historias de sibaritas» se convirtieron durante el siglo V a. C. incluso en un género literario para animar los banquetes, sirviendo a los comensales para sorprender a los demás.
¿Y qué fue de Síbaris?
En aquella época era frecuente que entre las ciudades-Estado griegas vecinas se enemistaran y Síbaris no era una excepción. Comenzó una pugna con Crotona y según cuenta la leyenda, el lujo de los sibaritas ocasionó su desaparición. Al parecer, los sibaritas enseñaban a bailar a sus caballos al son de la música y, conocedores de este hecho, los crotoniatas fueron a la batalla con músicos. Los caballos sibaritas empezaron a danzar haciendo caer en la confusión a las tropas sibaritas lo que significó su perdición.
Seguro que en alguna ocasión algunos de nosotros hemos sido algo sibaritas, pero seguro que nunca hemos llegado al extremo de estas maravillosas leyendas.
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