La Dama de Uruk también conocida como Dama de Warka es una escultura de 20 cm de altura de piedra caliza de época sumeria datada en el IV milenio a. C. (hacia 3100 a. C.). Se piensa que representa a la diosa Inanna y se ha conservado sin la corona que originalmente tenía en su cabeza y en la que aún podemos ver la incisión en el cráneo que sirvió para sostenerla. En ella podemos apreciar un peinado con marcadas y anchas líneas en el cabello que acaban en forma de ondas hacia ambos lados de su frente. Tras la fatídica guerra de Irak fue robada de su museo junto con más de 13 000 objetos y era una de las cinco esculturas más valiosas que se sustrajeron, aunque por suerte pudo recuperarse tras un exhaustivo trabajo de investigación.
De la misma época y lugar encontramos a un príncipe sumerio que lleva el típico peinado de los reyes-sacerdotes, con barba y sin bigote. Ya en el VI milenio a. C. se encuentran estatuas cuidadosamente peinadas. En la antigua Mesopotamia, el peinado se consideraba un símbolo de civilización y los diferentes estilos no eran simples modas sino una seña de identidad social para reyes, nobles, sacerdotes y guerreros. A diferencia de Egipto donde el uso de pelucas estaba muy extendido, en sumeria prácticamente su uso es anecdótico.
El peinado en los hombres
La caída del cabello o las canas eran consideradas un mal presagio -sobre todo para los reyes- existiendo conjuros para evitarlos. Los reyes-sacerdotes presentaban una tupida y larga cabellera recogida con una cinta en la frente y una espesa barba, al principio sin bigote. Posteriormente el estilo cambió y una raya en medio de la cabeza dividía el peinado colgando mechones trenzados de cada lado.
El peinado en las mujeres
Las mujeres llevaban el pelo largo recogido en la parte superior y trasera de la cabeza, por una red bajo un gorro o con un peinado en un alto moño. Las mujeres casadas y viudas, las menores de edad y las sacerdotisas casadas estaban obligadas a usar un velo al salir de casa. Las esclavas o prostitutas que intentaban ocultar su condición social cubriéndose los cabellos se exponían a recibir cincuenta bastonazos y quien lo ocultaba y no las denunciaba soportarían otro castigo: agujerearle las orejas pasándoles una cuerda por ellas y atándola en la nuca además de realizar durante un mes, trabajos forzados para el rey.
El oficio de barbero (gallabu) -al igual que durante la Edad Media en Europa-, era algo más que cortar el pelo. Podían ejercer de verdugos en la ejecución de una sentencia, recaudadores de impuestos, dentistas, cirujanos…
Para saber más:
El peinado ha sido un elemento distintivo en muchas civilizaciones y culturas. Hay infinidad de tipos de peinado. Recomiendo que veáis imágenes del peinado de antaño de las fragatinas (Fraga, Huesca), son espectaculares.
Un saludo,
Héctor Castro
Hola Héctor,
gracias por tu indicación. Realmente son increíbles estos peinados. Aquí dejo el enlace para quien quiera verlos:
http://www.aragob.es/edycul/patrimo/etno/somerondon/fraga/indum.htm
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Muy interesante, el tema de los peinados siempre despierta curiosidad porque es una característica muy humana, seguro habrán otras especies que también se adornen el pelaje, pero supongo que si así es lo será más por un asunto de cortejo y no como un símbolo de la vanidad y pretensión del ser humano. Aquella Dama de Uruk se le ve como a una mujer del siglo XX y es que esto de las tendencias siempre se va reciclando y sobre todo los antiguos estilos pueden servir de inspiración para algunas modas actuales. Eso sí, espero que nunca más se vuelva a poner de moda las pelucas como en el antiguo Egipto o la Francia pre revolucionaria. 😀
Que estés pasando un lindo domingo, saludos.
Hola Capullanita,
estoy convencido de que en un futuro no muy lejano, nuestros descendientes, acabarán también por sorprenderse con los actuales peinados, hay para todos los gustos: largos, cortos, rubios, morenos… Aunque como bien dices, las modas se reciclan y lo antiguo vuelve a ser moderno.
Saludos 😉