“Duas tantum anxius optat, panem et circenses”
En épocas de crisis los políticos siempre han aplicado esta máxima ante al peligro que representa un pueblo hambriento. El “pan y los juegos de circo” en tiempos del Imperio siempre han sido una eficaz anestesia social, ya sea en forma de espectáculos en el anfiteatro o en las carreras de carros. De estas últimas hablaré ahora.
Las carreras
Los carros podían ser tirados por dos (bigae) o cuatro caballos (quadrigae), aunque los más ostentosos corrían con tiros de seis, ocho e incluso diez corceles.
Competían varias asociaciones en Roma –equivalentes a las escuderías de Fórmula 1 de la actualidad-. La más modesta, la blanca (factio albata), el equipo verde (factio prasina) y el equipo rojo (factio russata), el más poderoso. Se sabe que el equipo con más simpatías imperiales fue el verde del que fueron conocidos seguidores Nerón, Calígula y Cómodo.
Sin embargo, las míticas carreras, las que todo buen deportista soñaba en participar en alguna ocasión, eran las cuadrigas que se corrían en el Circo Máximo. El emperador accedía al Circo directamente desde el Palacio Imperial, la pleble debía incluso madrugar para encontrar un sitio. Podía albergar a unos 250 000 espectadores, con una superficie de 45 000 metros cuadrados. El núcleo central de la pista era denominada spina y en el lateral recto estaban las caballerizas. Las carreras consistían en dar siete vueltas a la pista recorriendo 3976 metros, aunque a finales del siglo I d. C. disminuyó el número de vueltas para poder incrementar el número de carreras diarias, ya que las apuestas llegaron a convertirse en un lucrativo negocio.
Los caballos
Los más preciados eran los procedentes de Grecia, Sicilia, Hispania y Capadocia, siendo algunos tan famosos como los aurigas. Conocemos el nombre de algunos equinos, “Panserino”, “Tigris”, “Andremón” o “Tusco”, y los emperadores Nerón y Cómodo llegaron a asignarles cuantiosas jubilaciones cuando dejaron de correr.

Los aurigas
La mayoría eran esclavos y libertos y lo habitual era que resultaran muertos o tullidos por la violencia de los accidentes durante las carreras, acabando olvidados o muertos de hambre a los veinte años de edad. Los afortunados que conseguían superar las mil victorias pasaron a denominarse miliarios.
El más famoso fue el hispano Cayo Apuleyo Diocles que nació en el año 104 d. C. y falleció en la villa de Praeneste, cerca de Roma hacia el año 150. Llegó a la Ciudad Eterna de muy joven en época del emperador Adriano obteniendo su primera victoria de éxito en el año 124. Cuando corría para la russata ya era todo un héroe llegando a superar todas las marcas de los anteriores aurigas. Se creó una rivalidad casi legendaria con el latino Fortunato o con el esclavo Thalo. A los 42 años se retiró habiendo conducido cuadrigas durante 24 años en los principales circos de la península Itálica, compitiendo 4257 veces y logrando la victoria en 1462 ocasiones. Llegó a acumular una fortuna en premios estimada en 35 863 120 sestercios que, para hacernos una idea al cambio actual, equivaldría a más de… ¡15 mil millones de dólares!. Con este dinero se podía proporcionar grano a toda la población de Roma durante un año o financiar el ejército romano durante más de dos meses. Así se convirtió en el deportista mejor pagado de la historia y haciendo honor a su fama se le erigió una estela conmemorativa cerca del Circo Máximo.
Su biografía bien merece ser argumento de una película. A la espera de que se haga… os recomiendo volver a ver Ben-Hur con Charlton Heston.
Link foto:
Me ha encantado, porque esto del circo lo he estudiado un poco y ahora leyendo tu blog he aprendido mucho más, muchísimas gracias!!!!! Maria
Hola María,
deduzco quien eres y si no estoy equivocado próximamente empezarás tus estudios de secundaria. El hecho de que hayas entrado y leído un post del blog me hace pensar que también pueda ser útil para los estudiantes que, como tú, tienen ganas de aprender…
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Hola. Sin duda es uno de los posts más espectaculares del blog. Impresiona la capacidad que tenía el Circo Máximo (¡250.000 personas!) El trato nada bueno que parece ser recibían los competidores, sin duda, es lo más triste. Por cierto, Fortunato, ¿podría considerarse el «deportista» mejor pagado de toda la Historia?
Hola Héctor, seguro que fue uno de los mejores pagados de su época aunque Cayo Apuleyo le superó. Creo que si hicieramos la conversión en la moneda actual podría considerarse que fue el «deportista» mejor pagado de todos los tiempos.
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Muy buen trabajo Francisco Javier, enhorabuena, es un placer leer tus post.
Un saludo.
Hola Andrés,
gracias por el comentario. Siempre es de agradecer que te reconozcan el esfuerzo y a la vez un estímulo para continuar. Por otra parte permíteme también felicitarte por tu blog que aunque incipiente es interesante. Con tu permiso te sigo.¡Felicidades!
Un saludo también para ti.
Hola Francisco Javier, he llegado a tu blog buscando «Aurigas» no sólo me gusta la difusión que intentas sino también el apropiado diseño.

Sabes el nombre de algún auriga de la Emérita Augusta de Hispania (Mérida).
Comparto algunos comentarios:
Los reves momentos de gloria y los largos y los tristes finales que tenían los Aurigas.
Un saludo. Éster
Hola Esther,
muchas gracias por animarte a participar en el blog. En cuanto a la pregunta que formulas encontré este enlace que pienso te puede interesar
http://museoarteromano.mcu.es/ludi/catalogo2.html
Otro saludo para ti y bienvenida 😉
Reblogueó esto en Los Reblogueos de etarrago.