
Nunca ha habido otro hombre nacido en el mundo que supiera tanto como Leonardo, no tanto en pintura, escultura y arquitectura, sino en filosofía (Francisco I, rey de Francia)
Como ya os habréis dado cuenta muchos de vosotros me apasionan los refranes y proverbios pues además de enseñar, nos muestran mucho de la personalidad de quien los dice. Para comenzar a descubrir la figura del gran Leonardo os dejo algunos de sus dichos:
- Mediocre alumno el que no sobrepase a su maestro.
- La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte.
- Verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos.
- La amenaza es el arma del amenazado.
- Mientras pensaba que estaba aprendiendo a vivir, he aprendido cómo morir.
Pintor, anatomista, arquitecto, artista, científico, escritor, botánico, músico, escultor, urbanista, poeta… nacido en la localidad de Vinci el 15 de abril de 1452. Aunque se dedicó a todas estas disciplinas del saber, quizás se le conoce más por su faceta en la pintura y eso a pesar de que solo se le conocen unas quince obras, siendo las más célebres la Gioconda y La última Cena. Se han perdido dos tercios de los 50 000 documentos originales que escribió pero, cada manuscrito, dibujo o texto que se le atribuye se considera una obra de arte.
Como ingeniero se adelantó muchos siglos a inventos tan sorprendentes como el helicóptero, el submarino, el automóvil, el carro de combate y el túnel de viento aerodinámico para sus experimentos… aunque, debido a las limitaciones técnicas de la época, muy pocos de sus proyectos se llegaron a materializar.
Su método científico se basaba en la observación y en gran parte, de la propia naturaleza. A él se le atribuye uno de los primeros dibujos de un feto dentro del útero materno.
Zurdo y vegetariano, no acudió nunca a la universidad y es probable que su abuela paterna le iniciara en las artes. Discípulo de Andrea del Verrocchio desde los catorce años, fue este quien le enseñó en su taller muchas de las técnicas que después emplearía en sus trabajos y quien le formó en las bases de la química, la mecánica, la carpintería, el dibujo,la metalurgia, la anatomía… Dominaba sobre todo la técnica del “sfumato” y la combinación de sombras y luces.
No se conocen obras de Leonardo durante esta etapa inicial aunque la leyenda dice que colaboró en una pintura llamada Bautismo de Cristo (1472-1475) tras abandonar la obra su maestro por sentirse “superado” por su joven aprendiz al pintar Leonardo un pequeño ángel en la pintura.
Estuvo al servicio de Ludovico Sforza, el Moro (1482-1500) en Milán, donde realiza sus estudios de óptica y pinta La Virgen de las Rocas, llamando la atención de Lorenzo de Médici en Florencia tras quedar impresionado por la calidad de una lira de plata en forma de cabeza de caballo que había realizado poco tiempo atrás.
Ejecutó en arcilla un modelo, conocido como el “Gran Caballo” que estaba previsto que fuera una estatua en bronce, de ocho metros de altura, pero quedó sin acabar durante años pues, las 70 toneladas de metal que se empleó en su construcción, se usaron para fabricar cañones y así salvar la ciudad de Milán de los franceses en 1495.
Trabajó para los venecianos en 1499 protegiendo la ciudad de los ataques turcos, elaborando múltiples sistemas de defensa naval, destacando un tipo de escafandra submarina que finalmente no fue utilizado.

Tras ser solicitado por los Borgia regresó en 1504 a Milán donde se enteró de la muerte de su padre. Al considerarle hijo ilegítimo fue apartado de la herencia aunque su tío le nombró heredero universal de su fortuna. Es entonces cuando trabaja en La Gioconda (1503-1515), considerada como el retrato de Lisa Gherardini -su nombre de casada era Monna Lisa del Giocondo-.
Marcha a Roma en el año 1513 para trabajar bajo las órdenes del papa León X (miembro de los Médicis), coincidiendo con Rafael y Miguel Ángel en el Vaticano, aunque no le encargaron obras de importancia.
En 1516 marcha a Francia llamado por su nuevo mecenas, el rey de Francia Francisco I, instalándose en el Castillo de Clos-Lucé y recibiendo una pensión de 10 000 escudos.
A partir de 1517 su salud empezó a empeorar quedando paralizado su brazo derecho aunque esto no impidió que siguiera haciendo bocetos con la mano izquierda, muriendo en el año 1519 a la edad de 67 años. Según su última voluntad, sesenta mendigos siguieron su séquito hasta ser enterrado en la capilla Saint-Hubert, en el castillo de Amboise. Nunca se casó ni tuvo hijos por lo que legó todas sus obras para ser publicadas por su discípulo preferido, Francesco Melzi.
Actualmente perduran unos trece mil documentos, conservándose la mayoría de ellos en el archivo de la Ciudad del Vaticano.
De momento lo dejamos aquí. En los siguientes dos posts continuaremos desgranando la figura de Leonardo da Vinci a través de alguna de sus obras.

Una web interesante:
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Información basada en biografiasyvidas; Proverbia; wikipedia
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