Érase una vez un hombre que, quedándose dormido mientras meditaba, decidió cortarse los párpados como penitencia a su agravio. Los párpados se convirtieron en la planta de té que al hervir en agua ayuda a combatir el sueño. Ese hombre era… Buda.
Se dice que la India es la morada de los cuentos de hadas, que los cuentos llegaron al viejo continente por las cruzadas, los mongoles, los misioneros, los comerciantes… y que los cuentos que contamos a los niños en Europa tienen su origen en ese país asiático.
Sus orígenes hay que buscarlos en las enseñanzas budistas y en las historias de las anteriores vidas de Buda -hace más de 2000 años- conociéndose como cuentos jatakas, protagonizados por él o sus discípulos en antiguas reencarnaciones. Se llaman canónicos si lo hacen en un ser humano y no canónicos si es en un animal.
Qué mejor forma de comenzar mis posts sobre la historia del continente asiático que hacerlo con ese maravilloso país que tanto cautiva a todo el que lo visita, la India. Hagámosle un pequeño guiño con un cuento:
Un joven erudito, arrogante y engreído tenía que cruzar un caudaloso río y, para poder atravesarlo, tomó una barca. El barquero, silente y sumiso, empezó a remar servicialmente. De repente, una bandada de pájaros surcó el cielo y el joven erudito preguntó al barquero:
-Buen hombre, ¿has estudiado la vida de las aves?
-No, señor –contestó.
-Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.
Transcurridos unos minutos, la barca pasó junto a unas plantas flotantes en las aguas del río. El joven erudito volvió a preguntar al barquero:
-Dime, ¿has estudiado botánica?
-No, señor, no sé nada de plantas.
-Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida –comentó el engreído joven.
El barquero seguía remando pacientemente y entonces el joven preguntó:
-Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándose por las aguas. ¿Sabes algo de la naturaleza del agua?
-No, señor, nada.
-¡Oh, amigo! –exclamó el joven-. De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
De repente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicarla y se hundían irremediablemente. Fue entonces cuando el barquero preguntó al joven sabio:
-Señor, ¿sabes nadar?
-No –contestó el joven.
-Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida.
Estoy de acuerdo en que la India encierra muchos apasionantes misterios y una cultura amplísima, como todo el continente asiático. Leeré con entusiasmo todos los posts dedicados a estas temáticas.
Saludos,
Héctor Castro
Hola Héctor,
espero no defraudarte con los temas que vaya colgando.
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Un cuento que nos permite reflexionar acerca de muchas cosas: la existencia, los juicios de valor, la capacidad para discernir entre los conocimientos que aportan sabiduría y nos forman intelectualmente (cultura-hombre) pero, a su vez, se alejan de lo más básico (instinto-animal de supervivencia). Gran lección: esconde, sin duda (para mi), la clave de la evolución humana… Gracias Francisco Javier por tus post, siempre son geniales. Un saludo.
Es muy cierto además la India es el único país donde adoran a las Vacas ya que en la India no comen carne, ya que las vacas son sagradas en la India por ello es que en la India no comen carne de Res, ni usan nada que este hecho de carne…
Hola Rodolfo,
una cultura diferente y singular. En la diversidad está el enriquecimiento de las Humanidad.
Un saludo y gracias por dejar tu comentario.
Reblogueó esto en Los Reblogueos de etarrago.
Una buena historia, y una reflexión genial por las dos partes.
Hola Pepe,
sí, en ocasiones reflexiones como estas enseñan mucho más que en el mejor de los colegios.
Abrazos
😀 😀 😀 Hay un chiste que me recuerda este cuento. El final es un poco distinto, pero también va de remos 😉
Hola Nona,
¡ja, ja, ja! Aprovecho para felicitarte la Navidad y que pases una feliz Noche Buena con tus seres queridos.
Abrazos
Si te ríes, es que ya sabes cuál es 😀 😀 ¡Feliz navidad! Espero que tengas unas fiestas… ¡de cuento!