«…soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma…
No puedo esperar más. Él se lo merecía. Esta mañana me desperté con la triste noticia de la muerte de un gran hombre y esta entrada pretende ser solo un tributo, pequeñito pero sincero. Le conocían como Madiba y tras estar preso más de 27 años fue liberado, recibiendo entre otros el Premio Nobel de la Paz. Pero los premios y los reconocimientos que ha recibido -y que seguro recibirá a partir de ahora- son lo de menos. Su vida fue, es y será, ejemplo para millones de personas.

Y es que…
…después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida«.
Links fotos:
me uno a tu homenaje, un pequeño homenaje para alguien de una gigantesca talla de humanidad, un gran ejemplo de honestidad con uno mismo y con los demas
Hola Juan,
aunque hace más de seis meses que se hablaba de su delicada salud y de sus diversos ingresos hospitalarios, todos imaginábamos que antes o después llegaría su fin. A pesar de todo, enterarnos de su muerte ha sido un duro golpe. Su cuerpo desaparecerá pero su espíritu seguirá estando entre nosotros. Seguro que será recordado por toda la humanidad durante siglos.
Un saludo, triste esta vez.
Hermosa lectura del poema.
Hola Elena,
coincido contigo. Tanto las imágenes como la narración invitan a una paz y una profunda reflexión.
Un saludo
También yo me uno a tu homenaje, querido amigo. Él demostró que un hombre solo (si las circunstancias se lo permiten) es capaz de cambiar el mundo. Por eso, aunque ni mucho menos hayamos de llegar a su altura, Madiba es un ejemplo especial de que nunca hay que rendirse.
Hola Paco,
si hubiera un Mandela, sólo uno, en cada país del mundo ¡Cómo cambiaría el mundo!
Un saludo a todos.