Las piedras preciosas siempre han sido motivo de fascinación por un motivo u otro. En todas las civilizaciones desde el antiguo Egipto hasta nuestros tiempos se les han atribuido incluso propiedades medicinales. Se pensaba que las piedras rojas, como el coral, fortificaban la sangre en las anemias y las utilizaban para tratar las hermorragias, mientras que las piedras blancas, como el coral blanco, aumentaban la leche en las nodrizas.
Pero si hay un libro que recogió e influenció en este sentido fue el Lapidario del rey de Castilla Alfonso X El Sabio.

Redactado hacia 1250 por el monarca castellano en la Escuela de Traductores de Toledo, constituye una recopilación de tratados griegos, helenísticos y árabes. Según parece fue traducido por Yehuda ben Moshe ha-Kohen, médico real y gran astrónomo. Es un tratado acerca de las propiedades de las piedras relacionándolas con la astronomía y, se le considera el primer manuscrito científico escrito en una lengua romance, en este caso la lengua castellana.
En 1279 la obra se amplió conociéndose como Tablas del Lapidario. Allí se explican las cualidades y usos farmacológicos así como su relación con el zodíaco, de 360 piedras. Se distribuyen según su color y características advirtiendo de las alteraciones que les puede provocar la presencia de los planetas y el orden que siguen según el sistema de Ptolomeo.
Del signo de León:
De la piedra a quien dicen azufre mezclado de colores. Y si la muelen, y la mezclan con olio, presta a la sarna y a la comezón, y al romadizo y a la tos. Y sana otrosí del mal que viene por destilamiento de la cabeza, de que se hace la tísica en el pulmón.
De la piedra que ha nombre Coral:
Del onceno grado del signo de Tauro es la piedra a que dicen coral en latín. Y su propiedad es de estreñir templadamente. Y si la destemplaren, molida con vino o con alguna cosa, y la dieren a beber a los que escupen sangre, presta mucho. Y otrosí hace a los que no pueden hacer orina. Y quien la bebe con algún licor deshará la postema que se hace en el bazo.
De la piedra a que dicen Gagatiz en caldeo y en latín Gagate:
Y ha tal propiedad que, cuando la pulen, y dan lo que de ella sale a beber a algún hombre a que huela mal el cuerpo, por razón del sudor, tólleselo, y hace que huela bien.
De la piedra del Hígado:
De XXVIII grado del signo de Géminis es la piedra del hígado. Y la virtud de ella es tal, que si la colgaren sobre el hígado que sea enfermo, sana; y si bebieren del agua que de ella sale, hace otro tal y guarece. Y generalmente sana a todo mal del hígado, y abre las carreras de él por colgarla o por beberla.
Algunas de las piedras preciosas utilizadas:
Jade
Piedra sagrada para los chinos al representar el semen que el dragón celestial depositaba sobre las rocas al aparearse con la diosa Tierra. Lo tomaban en forma de polvo con agua para mejorar la salud. Los indios mexicanos la veneraban pensando que curaba las fiebres y resucitaba a los muertos. En Europa se utilizaba la nefrita (un tipo de jade) para curar los males del riñón y, durante el siglo XIX se colocaba atada en la altura de las caderas para ayudar a expulsar las piedras renales.
Jaspe
Analgésico y antiinflamatorio. Galeno y Dioscórides la recomendaban atándola a la altura del muslo y así facilitar el parto.
Hematita
Como coagulante que se aplicaba sobre las heridas y para tratar anemias. Purifica la sangre activando el riego sanguíneo y ayudando a asimilar el hierro.
Lapislázuli
Según la leyenda los diez mandamientos fueron grabados en esta piedra, al igual que las escrituras sagradas del Islam. Los antiguos egipcios la consagraron a la diosa Isis y posteriormente los primeros cristianos la asimilaron a la Virgen María. Los antiguos egipcios solo permitían llevarla, al faraón, a su familia y a los sacerdotes, y era frecuente encontrarla en sus tumbas pues se pensaba que esta gema les protegería y guiaría al muerto en su «viaje a la vida después de la vida». Entre sus virtudes destacan: ayudar a superar la melancolía; mejorar la vista; quitar verrugas; limpiar el estómago, el pecho y los pulmones.
Malaquita
Asociada a la diosa Venus se la presumía como protectora de los embates de la fuerza de la naturaleza. En Egipto se utilizó en polvo con fines cosméticos y en la antigua Roma se la asoció a la diosa Juno y así la usaban ccomo amuleto para remediar los males de amores. Durante el Renacimiento se usó como anestésico y reguladora de funciones como la piel, pechos y cabello.
Esmeralda
La leyenda cuenta que el Santo Grial se esculpió en una sola pieza de esmeralda, que se desprendió de la corona de Satán -al ser expulsado del cielo- en su caída hacia el infierno. Utilizado para mejorar la vista y la memoria.
Granate
Limpia el bazo y la médula ósea roja de los huesos por lo que se utilizó para la anemia, enfermedades de la piel y tratamiento de piedras en la vesícula.
Cornalina
El profeta Mahoma llevaba un anillo con esta piedra y los musulmanes le dan la virtud de ayudar a realizar todo lo que uno se propone. Utilizada para tonificar el corazón, regular la producción de adrenalina y los desarregulos menstruales.
Diamante
Al ser la sustancia más dura de la Tierra durante la Edad Media se la consideraba la piedra que daba invencibilidad y se le asociaba a la realeza.
Para saber más:
Biblioteca virtual de la Antigua Escuela de Traductores de Toledo
Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial
Links imágenes;
Luis García; Transpassive-GFDL; Didier Descouens; Beatrice Murch; Teravolt; Hyperdeath; Black Moon
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