
No, tranquilos, hablaré de otros tiempos lejanos al nuestro aunque en los últimos años planeen los escándalos de corrupción en el Comité Olímpico Internacional. Y es que ya entonces también se alejaban del espíritu Olímpico encontrando el caso más evidente en un emperador romano: Nerón, claro, no podía ser otro.
Era el año 67 d. C. y Grecia no era más que una simple provincia romana desde hacía dos siglos. Nerón, deseoso de participar en los Juegos de Olimpia, hizo retrasar su celebración dos años, algo inaudito hasta entonces. Pero esto no era más que el principio, él mismo tenía planeado participar y por supuesto, ganar. Para ello obligó a los hellianódikas (jueces) a incluir nuevas modalidades y en muchas de las ya existentes modificarlas a su conveniencia. Suetonio cuenta que se proclamaría vencedor en todas ellas, sin posibilidad ninguna de alegación. Incluso se hizo proclamar campeón de carros a pesar de caerse a mitad de carrera y ni tan siquiera acabarla. Nada, que se hizo con un total de 1808 coronas, un récord jamás igualado. ¡Todo un campeón!
Sí, eran otros tiempos y deberíamos dar gracias, aunque el que más lo agradecería podría ser Usain Bolt ya que una de las normas que tenían era que si en el momento de la salida en la carrera de velocidad un atleta se adelantaba al resto de sus competidores, sería convenientemente azotado por el mastigáforo, un hombre provisto de un látigo y que acompañaba al juez de la prueba. Y es que el castigo corporal tenía una doble función: deportiva y pedagógica.
Sí, eran otros tiempos pues no cumplir con los Reglamentos Olímpicos implicaba sanciones políticas (las menos frecuentes), económicas (las más habituales) y/o físicas. ¡De qué se han librado muchos de nuestros deportistas! Por cierto, estas normas se grababan en tablas de bronce que se guardaban en la sede del Senado Olímpico.
Sí, eran otros tiempos porque antes solo se incluían menos de diez competiciones (lo de Nerón era una excepción) y solo participaban los varones libres que hablaran griego (antes de la conquista romana). A las mujeres se les tenía prohibida la entrada al estar dedicada a Zeus y ser un lugar sagrado para los hombres, permitiéndoles participar en las competiciones de carruajes celebradas fuera del área sagrada de la ciudad y en los festivales femeninos como el de Heraean, en Argos.
Sí, eran otros tiempos porque el premio para el vencedor era puramente simbólico: contar con el favor divino. Inicialmente se ofrecía una manzana para después sustituirse por una corona de oliva y finalmente un laurel. Pero al vencedor de todas las pruebas del pentatlón se le erigía una estatua en el mismo templo de Zeus.
Pero quizás no eran tan diferentes a los nuestros…
¿Qué pueden hacer las leyes, donde solo el dinero reina?
Petronio
Mientras el erario público subvencionaba los Juegos fueron independientes, pero con Augusto todo comenzó a cambiar. Ahora serían los propios emperadores los que sufragaban los gastos facilitando así los favores. Y es que cuando el dinero entra en el deporte aparece la corrupción y muere el espíritu Olímpico.
El primer caso conocido de corrupción deportiva aparece antes de la conquista romana, concretamente en el año 388 a. C., y tal «honor» corresponde a un tal Eupolos de Tesalia quien sobornó a cambio de dinero a todos sus rivales para conseguir la corona olímpica en la modalidad de pugilato (Pausanias V, 21,3). Se descubrieron sus planes y fue castigado con una fuerte multa que se emplearía en la fundición de seis estatuas de Zeus (zanes). Después encontramos otros muchos casos como el que os contaba del emperador Nerón pero la lista sería innumerable hasta llegar a nuestros días.
Todo comenzaría en el 776 a. C. en Olimpia y cada cuatro años se celebraba una Olimpiada (considerada una unidad de tiempo) hasta que, por influencia de San Ambrosio de Milán, el emperador Teodosio I los prohibió en el año 393 por considerarlos paganos.
Y no, tranquilos, hoy no hablaré de corrupción (bueno, solo un poquito).
Para saber más:
Violencia de los espectadores en el deporte griego antiguo
Así se combatía la corrupción en la Antigua Roma
Juegos Olímpicos en la Antigüedad
Links imágenes:
Links información La túnica de Neso; los ojos de hipatia
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