Tener la sangre azul
Es una de las expresiones más conocidas y todos la hemos oído alguna vez al referirnos a la aristocracia. Para quien todavía piense que siempre han existido príncipes «azules» siento suscitar más de una desilusión con lo que explicaré a continuación, porque claro, azules, solo son los pitufos.
Según una leyenda rumana del siglo XIX titulada El Príncipe Azul de la lágrima el color alude a la expresión «sangre azul» que ya se conocía mucho antes. Probablemente su origen lo encontremos siglos atrás cuando la utilizaban en Castilla para indicar que la sangre de los nobles era pura y no estaba mezclada con sangre morisca o judía.
¿Por qué azul y no de otro color?
Los campesinos y la gente del pueblo realizaban su extenuante trabajo bajo el sol sufriendo las inclemencias del tiempo. Con los años esto provocó que su curtida piel adquiriera un color oscuro y permaneciera arrugada y estropeada. Sin embargo, la gente «privilegiada» como los señores y aristócratas, solían alejarse del astro solar teniendo una piel más pálida que dejaba entrever sus venas que se mostraban más azuladas. Además, las damas de la alta sociedad siempre procuraron no exponerse tampoco al astro solar, y así conservar un cutis blanco y fino, más atractivo para los caballeros.
… pero si la sangre es roja, ¿por qué azul?
La sangre es de color roja a consecuencia de un pigmento rojo (hemoglobina) que se encuentra en el interior de las células que transportan el oxígeno a los tejidos, los hematíes o glóbulos rojos.
Para responder a la pregunta debemos recurrir a la física y a las longitudes de onda (dejo un enlace al final del post para ampliar esta explicación). Todo se debe a un efecto óptico debido a que la piel refleja más luz roja que azul, aunque donde hay venas la cantidad de luz roja reflejada es menor. Se produce la paradoja de que, aunque de la zona de la vena se refleje más luz roja que azul, al reflejar más luz roja la piel adyacente, percibimos el color azul en el lugar de la vena. Es decir, aunque nos llegue más luz roja reflejada nuestra percepción nos hace verlas de color azul.
Y parte de culpa de mantener esta creencia la tenemos los propios médicos al representar en dibujos y atlas la circulación sanguínea de color rojo (arterias) y de color azul (las venas). Simplemente esto se hace así para facilitar a cualquiera su diferenciación aunque puede dar lugar a la confusión.
Otro posible origen de la expresión (menos creíble) se debe a la endogamia tan frecuente entre la realeza y que provocó enfermedades sanguíneas que determinaban un color rojo menos intenso de la sangre.
Y ahora os pediría un favor, no le contéis esto a ninguna niña cuando le expliquéis el cuento de esta noche para irse a dormir. Que dure la magia un poquito más porque los príncipes deben seguir siendo azules. 😉
Para saber más:
Link foto:
Link información:
Los sueños, como las ilusiones: siempre azules.
Gracias y buen día.
Un abrazo.
Hola Isabel,
esa ilusión y esa alegría de la infancia no se pierde con los años sino que se esconde detrás de las obligaciones y de la vida cotidiana. Azules o de otro color, pero siempre vivos.
Abrazos
Otra cosa que no conocia, la leyenda del principe azul, la segunda parte más o menos sabía algo, pero ….muchas gracias! Y por supuesto NO existen los «principes azules», si que existen principes, pero no son para el pueblo trabajador como nosotros, no todas tienen suerte como una que yo se…
Abrazos,
Hola Rosa,
¡ja, ja, ja! Algunos príncipes azules también destiñen.
Otro abrazo
Una vez más ¡genial explicación Francisco!
Eso sí, por una vez difiero (en cuanto al cuento).
¿Tienen las niñas que soñar con príncipes por los que perderían la propia voz (sirenita), ver el matrimonio como única salida a su horrible situación (cenicienta…) ?
Ummmm ¿Dónde habrán quedado las Xenas y Wonderwomen? 😉
Un saludo
Hola Hélène,
los cuentos de ahora no tienen nada que ver con los clásicos de toda la vida. Se ha hablado -y sigue haciéndose- sobre los mensajes subliminales de Cenicienta, Caperucita Roja, el Mago de Oz… pero en mi opinión todo es más sencillo de lo que quiere verse. Lo importante es la magia que transmiten, la ilusión que se refleja en la cara de esos niños tras contarles el cuento, eso no tiene precio.
Saludos
jum… «Touchée» ! 😉
Muy interesante post pero no puedo estar mas de acuerdo con Hélêne, nunca me han gustado los cuentos de principes azules y princesas.
Hola bodicea72,
…y por suerte sobre gustos no hay nada escrito. En la variedad está la riqueza de los cuentos.
Saludos
El problema es que las mujeres que buscan al principe azul, cuando este llega lo dejan ir… porque no era del tono de azul que ellas querian… jajaja
Hola Humberto,
yo casi que en esto no puedo opinar. 😉
Saludos
Que sigan los cuentos existiendo, que la realidad en grandes dosis, a veces, es muy nociva…
Por los príncipes y las princesas, azules, verdes o lilas (lilas de color, eh…)
Un abrazo, Francisco Javier.
Hola Juan Ignacio,
tienes razón, deberíamos hacer de adultos lo que hacían con nosotros de niños, contarnos un cuento antes de ir a dormir. Quizás despertaríamos cada mañana con una sonrisa en la cara.
Abrazos
Magistral, amigo Francisco Javier. Sencillamente magistral. Gracias como siempre, amigo.
Hola Luis,
hoy tocaba cuento, pasado mañana un poco de Cleopatra. Espero que te sorprenda…
Saludos 😉
Conocía la historia pero no la explicación científica. Muy interesante. Yo difiero de Hélène, no hay que buscar mensajes machistas en los vi2jos cuentos o pelis de princesas. Lo que cuenta es la cara de los niños y no tan niños. Lo que he disfrutado viendo decenas de veces Blancanieves, Cenicienta o La Sirenita. Ahora estaos en la etapa de Las crónicas de Narnia, Divergente o Los Juegos del HAmbre.
Y ahora para que flipes un rato. No creo que los conozcas. La canción comienza en el minuto 1:40
Hola Salva,
pues sí, me has sorprendido porque estaba convencido que nos podrías algo de Sangre Azul. No los conocía pero su glam metal suena bien. No obstante, no sé si pueden pasar por «príncipes azules» ¡Ja, ja, ja!
Por cierto, ¿conoces un guitarrista que ganó hace unos tres años el concurso de guitar idol? Se llama Jack Thammarat (es thailandés y no sé porque me ha venido a la cabeza al ver a XJapan) Si no lo conoces (aunque creo que eso va a ser difícil) te envio unos enlaces que te gustarán.
Saludos
Pues no me suena no. Y visto que los enlaces deben de ser invisibles lo busco yo mismo jejejejeje.
Otro grupo japones queme gusta mucho a parte de Loudness que son los más conocidos, son Sexmachinegun. Me flipan mucho los japoneses en general aunque el acento es un tanto raro. Yo si te dejo un enlace 🙂
Aquí tienes uno trocito de Jack Thammarat…
… el minuto 2:22 pone la piel de gallina (bueno, al menos a mí)
Me ha encantado, FJ. Lo acabo de contar en el Ateneo y resulta que todos, bueno, todas, sabían lo de la sangre azul lo cual demuestra la voracidad intelectual de las féminas a la hora de aprender. No obstante, aún y sabiéndolo, mantendré el secreto con mis enanos a la hora de contarles cuentos.
Un abrazo-e.
Hola Enrique,
nen, te mueves en un nivel alto, casi diría aristocrático… ¡Ostras, a ver si resulta que eres de sangre azul! 😉
Abrazos y Schssss…
Soy blanquiazul … de toda la vida, desde el mismo momento en que nací … como mi padre, mi abuelo.
pssssss.
Meravellosa minoria
¿ Qué tendrá la princesa ? No se por qué recordé a Rubén Darío soltando suspiros que se escapaban de su boca color de fresa, labios de la princesa tornándose azules ¡ Cuánta tristeza ! Perder un color ganando otro, reír, pálida, en su trono de oro, bajada de su carrosa. Corre, angustiada, queriendo ser mariposa de alas ligeras… perdiéndose en el viento. ¿ Llegará a palacio olvidando el halcón encantado y al bufón escarlata ? Están tristes la flores por nueva flor de la corte. Lamentos de los jazmines de oriente, los nelumbos del norte, las dalias de occidente y las rosas del sur. ¡ Pobrecita princesa de ojos azules ! Palidece, presa en sus oros, presa en sus tules, lejos de la jaula de mármol de palacio real. ¿Callará la princesa recibiendo su beso de amor? El caballero espera, sin verla. Gracias, FJ, por recordar sonatinas. Un abrazo, con mucho paralelismo.
Hola marimbeta,
siempre engrandeces este blog con tus palabras y hoy, no diría de manera principesca sino Real. Las princesas de cuento suelen estar tristes pero todas acaban sonriendo, con final feliz. 😉
Un abrazo caballeresco y si me lo permites con un beso, un beso de cuento.
Hola Javier, una explicación muy científica y aceptable convencionalmente. Si yo te contara… pero me abstengo.
Muy buen post, como siempre, conciso preciso y con mucha información.
Un abrazo
Hola Silvia,
gracias por tus palabras, ya sabes que me muevo más en las aguas de lo científico, aunque siempre se puede encontrar una isla recóndita y desconocida por muchos en medio del mar. 😉
Abrazos
Hola Javier, sé que coincidimos en muchos intereses y algunas veces desde puntos de vista distintos, lo que me encanta de tus publicaciones es que eres objetivo y, además, estás abierto a escuchar otras ideas.
Creo que a mí me gusta encontrar esas islas recónditas y explorarlas 🙂
Abrazos
Muy interesante las dos posibles explicaciones del por qué era considerada la sangre azul en los aristócratas de la realeza.
Saludos Francisco.
Hola Alejandra,
una explicación con mucha lógica aunque con menos romanticismo, sin lugar a dudas.
Otro abrazo para ti y que descanses.
Me sonaba de haber leído algo de lo que explicas sobre la sangre azul, que de azul, nanay del Paraguay, un cuento más para marcar diferencias, estatus, jerarquias y gaitas varias sobre las clases sociales: oprimidos y opresores.
Hay cuentos que son un cuento, como este de la sangre azul, pero hay cuentos que saben a sal, sueños y alimentos.
Como siempre: curioso e interesante, F.Javier
Salud para seguir soñando
Hola Popota,
los cuentos, cuentos son, pero los sueños se alimentan de ellos así que… ¡vivan los cuentos!
Saludos y a soñar otra noche más.
Me ha sorprendido este artículo sobre «la sangre azul».
Pero estoy contigo, no dejemos de soñar, y… ¡Vivan los cuentos! 🙂
Hola Paco,
qué sería de la infancia sin esos cuentos que tanto nos han hecho soñar.
Un abrazo
Hola Franciso,
sabes que esta es mi sección favorita, y la entrada de hoy me gusta en especial porque me explica algo que desconocía. Ahora que lo dice, sin embargo, tiene mucho sentido, y hay más ejemplos de trucos que nos juega la física y nos hace ver cosas de un color diferente del que son.
Respecto a la realeza y, aunque hay muchos que siguen creyendo que son gente «especial», no dudo que su sangre sea tan roja como la nuestra, aunque su vida sea mucho más cómoda… 😛 Pero prometo no contárselo a mis sobrinitas.
Gran artículo. Muchas gracias y un cordial saludo.
Hola Jesús,
quizás el color de la sangre sea la misma para el pobre que para el noble aunque la «mala sangre»…
Saludos y que dure la inocencia y la magia.
Reblogueó esto en Cesx Actualidad, Noticias y Certificado energético Málaga, Córdoba, Granada y Jaén.y comentado:
Muy buen artículo.
Hola Cesx,
gracias por querer compartirlo.
Saludos
También a ti, un saludo
Muchisimas Gracias Francisco Javier por este nuevo post…
Pat
¿Porque si estoy subscripta a tu blog, nunca me llegan tus entradas a mi correo privado?
Es un interrogante que siempre me he hecho desde que tuve la hermosa sorpresa de conocer tu blog con tanta ciencia, arte e historia conectados entre si.
Hola Pat,
revisé la gente que me sigue el blog por e-mail y no te encuentro. No sé, prueba quizás a volver a subscribirte introduciendo nuevamente tu correo electrónico. Me dices…
Saludos
Seguiremos sin descubrir el secreto para las niñas. Interesante artículo, una duda ¿ las adultas no podemos seguir creyendo en el Principe Azul?, mejor creer en la realidad que bastante ficticia es ya de por sí también. Saludos Cordiales.
Hola Teresa,
que no se rompa el sueño, para niños y no tan niños.
Un saludo y bienvenida por los comentarios del blog.
Gracias por su bienvenida. Saludos.
Yo cuando niña, quería un príncipe dorado… el azul me vino a gustar después de cierto tiempo 😛
Hola Mar,
¡ja, ja, ja! azul, verde, morado… qué mas da. Un príncipe es un príncipe.
Saludos reales.