Escrito en sánscrito por un religioso, es uno de los libros más influyentes de la Historia y sigue siendo uno de los más vendidos en la actualidad, pero el Kama sutra es algo más que un simple manual de posiciones sexuales.
De su autor poco se sabe. Se llamaba Vatsyayana Mallanaga y era un religioso hindú que vivió en los primeros siglos de nuestra Era (en la época del Imperio gupta) sin poder precisar la fecha exacta. Se especula que obtuvo sus primeras impresiones sobre el sexo durante su infancia, en un prostíbulo donde trabajaba su tía, pero el libro lo escribió con «castidad y gran meditación» tal como se desprende de su estudio.
El título significa literalmente «versión condensada de la enseñanza del deseo» (o algo parecido). No consideraba el sexo por sí solo como algo malo, aunque sí pecaminoso al practicarse livianamente. Hacer el amor era un acto que lo elevaba al arte de jugar el uno con el otro, así pues, decidió defender el placer sexual de una forma que nunca nadie conoció hasta entonces y que probablemente nadie haría nunca.
Escrito para la clase alta hindú se divide en 7 libros que tratan 7 temas distintos en 36 capítulos, cada uno redactado por un especialista en el mismo. De todos ellos el que se refiere a las «artes» es el más conocido, pero es mucho más que eso: habla del sexo en general y hace una clasificación de las mujeres; discute sobre el acto sexual (besos, orgasmos, sexo oral…); instruye sobre el cortejo y el matrimonio; sobre la correcta conducta de la esposa; enseña como seducir a otras mujeres; dedica 6 capítulos a las cortesanas y dos más sobre la manera de atraer a otras personas. Incluso se encuentran recetas mágicas para aumentar la potencia sexual, tanto de hombres como de mujeres, sugiriendo el uso de plantas medicinales para regular la menstruación y prevenir un embarazo no deseado.
Es, por tanto, un repaso a la condición humana, su virtud, su prosperidad, el placer físico y su liberación espiritual. De los 7 libros solo el segundo está dedicado exclusivamente al sexo y a todo lo que le envuelve.
Vatsyayana reconocía 8 formas básicas de practicar el sexo y 8 posiciones principales que combinándolas obtenía un total de 64 «artes», dando consejos tan curiosos y minuciosos como el proporcionar una lista explicando la fuerza necesaria y en qué partes del cuerpo se podía «arañar» eróticamente.
Un libro así no era extraño que llegara a Europa, aunque muchos siglos después. Fue el lingüista inglés Sir Richard Francis Burton quien lo versionaría en 1883, aunque de manera más romántica y menos explícita. Controvertido como pocos, Burton fue cónsul, traductor, orientalista y explorador. Hablaba veintinueve lenguas europeas, africanas y asiáticas pero su espíritu aventurero le hizo explorar, con el apoyo de la Royal Geographic Society, desde los lagos Tanganica y Victoria hasta Medina y la India. Se familiarizó con las costumbres musulmanas, tanto que se circuncidó para no ser descubierto.
Su interés por el sexo hizo que llegara a tomar mediciones de los penes de las tribus por donde pasaba así como de sus técnicas sexuales (en las que probablemente participaba). Claro está que su traducción del Kama sutra despertó un gran rechazo en la puritana sociedad de la época.
Desde entonces han aparecido multitud de versiones, siendo la más destacada la de Indra Shina, hace menos de cincuenta años, pero todas ellas no han hecho más que desvirtuar el Kama sutra original, escrito hace casi 2000 años por ese religioso de nombre Vatsyayana.
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