
La bíblica Torre de Babel construida por el orgulloso hombre para poder llegar al cielo no pasó inadvertida por Dios y los castigó con la aparición de las distintas lenguas. Esta torre bien podía estar basada en el zigurat de Babilonia dedicado al dios Marduk y, aunque no queda gran cosa de él, existen noticias históricas de que podía haber tenido hasta siete niveles pintados todos ellos de distintos colores siendo además coronado por un bello templo a 60 metros de altura. Eclipsadas por otras majestuosas estructuras, las pirámides de Egipto, su semejanza y coincidencia en el tiempo (finales del III Milenio a. C.) rivalizan con la belleza que antaño tuvieron y con el fin de su construcción.
El nombre de zigurat deriva del verbo acadio zaqaru y literalmente se traduce como “construir en alto”. No se ha encontrado ninguno íntegro pero se sabe que podían tener una base rectangular o cuadrada y que eran construidos en forma de terrazas escalonadas en tres, cuatro o siete niveles con distintos colores, que representaban los siete cielos o planos de la existencia. Hechos con adobe (ladrillos secados al sol) en su parte interior y revestidos de ladrillos cocidos en hornos, se podían encontrar en muchas de las ciudades de sumeria, asiria y babilonia, conociéndose la existencia de al menos treinta y dos.
Los primeros templos mesopotámicos se construyeron al nivel del suelo (similar a las mastabas que después se transformaron en las pirámides escalonadas) levantándose después nuevos templos encima de los cimientos de los antiguos con el fin de ser los edificios más altos de la ciudad. Los más antiguos que se conocen fueron construidos por el primer rey de la III dinastía de Ur (2112-2004 a. C.), coincidiendo con la construcción de esas primeras pirámides.

Muchas son las teorías sobre la función que debían tener, desde almacenar el grano hasta ser una construcción a modo de montaña artificial para evocar las montañas del país originario de los sumerios, pero actualmente la teoría más aceptada es la de ser una escalera dirigida al cielo para poder elevar al sacerdote hacia los dioses, a modo de vínculo entre la tierra y el cielo. Muchos de los nombres que recibieron: casa, donde se mezclan cielo y tierra (el zigurat de Adad en Assur), gran milagro del cielo (el situado en la ciudad de Karkara), casa de los secretos… parecen indicar que así fue.
Herodoto en el siglo V a. C. escribió:
“En la última torre se levanta un gran templo; en él hay un gran lecho, primorosamente tapizado, y a su lado una mesa de oro. Sin embargo, en ese lugar no hay erigida estatua alguna y de noche nadie puede permanecer allí, con la única excepción de una mujer del lugar, a quien el dios elige entre todas. Esos mismos sacerdotes sostienen que el dios en persona visita el templo y que descansa en la cama. Ahora bien, cuando el dios acude, entonces se encierra con él por las noches dentro del templo”.
El pueblo no podía acceder a los pisos superiores y quizás ni los propios mesopotámicos sabían lo que verdaderamente sucedía en lo alto de estos edificios, pero todo parece indicar que se celebraba la unión de una sacerdotisa con el dios, representado por el rey o un sacerdote.
No cabe duda que el misterio continúa…
Un video:
Para saber más:
Zigurats. Los enigmáticos templos de la antigua Mesopotámica. Artículo de Bárbara Böck del CSIC (Madrid). National Geographic Historia (92)
Un ensayo:
Torre de Babel. Historia y mito, de Juan Luis Montero Fenollós. Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (2010).
Links fotos:
Responder a juan re crivello Cancelar la respuesta