
El cuadro
Hoy hay que ser muy sagaz para advertir la patología médica que presento en el cuadro pero más que el retrato en sí (de calidad indiscutible) encontré muy interesante el tema que ha motivado su controversia. Se piensa que nuestra protagonista es una joven sienesa llamada Margherita Luti, hija de un panadero de la comarca, y el nombre del cuadro La Fornarina (del italiano «harina») hace clara referencia a ello. Otros piensan que se trata de una cortesana, pero en la cinta que lleva en su brazo izquierdo tiene escrito el nombre del autor del cuadro, Rafael Sanzio, siendo muy probable que ambos fueran amantes. Probablemente la pintura la modificó su ayudante Giulio Romano después de morir Rafael, siendo vendida a la Condesa de Santafiora. Tras un análisis con rayos X se pudo comprobar que originalmente tenía en su fondo un paisaje de estilo leonardesco con arbusto de mirto, consagrado a Venus, diosa del amor.
El cuerpo de la mujer presenta unos defectos que según los expertos se alejan de la belleza clásica renacentista y de otros cuadros de Rafael. Sus pechos desnudos y el gesto de querer cubrir la mama izquierda se ilumina por una luz artificial proveniente del exterior. El pecho izquierdo presenta unos contrastes de colores con pinceladas más grandes y visibles que en el derecho. Y es aquí donde nace la discusión. Los historiadores del arte piensan que la mano derecha señala un cáncer de mama avanzado por presentar signos como un bulto en el seno izquierdo (por encima del índice de la modelo), por debajo una leve retracción y decoloración de la piel junto a una ligera prominencia en la axila, además de presentar el brazo ligeramente más hinchado. Así se publicó en un trabajo en The Lancet, donde podría corresponder a la imagen más antigua de la enfermedad tal como opina el especialista del Departamento de Medicina de la Universidad de Georgetown en EE.UU., Carlos Hugo Espinel, que ya diagnosticó otras enfermedades a otros pintores ilustres: gota al Miguel Ángel de La escuela de Atenas, rosácea a Rembrandt, artritis reumatoide a un ángel de Caravaggio…
Pero otros autores no coinciden con Espinel y este es el caso del Dr. Juan José Grau del Hospital Clínic de Barcelona, quien cree que incluso el bulto de la axila puede haberse formado por la propia posición de la modelo.
Cánceres de mama en otros retratos
El Dr. José Grau ha analizado numerosos lienzos en los que aparecen mujeres mostrando sus senos y publicó en Medicina Clínica un interesante trabajo sobre ello:
-En el famoso cuadro de Las tres Gracias, de Rubens, podemos ver a simple vista en la hija de Zeus de la derecha una ulceración de su mama izquierda así como un enrojecimiento, un pezón retraído y unos pliegues en la axila afecta que indica un cáncer ya avanzado con afectación ganglionar.
-La segunda mujer de Rembrandt murió tras una prolongada agonía probablemente debida a un cáncer de mama. En su obra Betsabé con la carta de David pintó a su mujer donde podemos apreciar perfectamente la enfermedad en su mama.
-La escultura de Miguel Ángel La Notte presenta un pecho inusual probablemente reproducido fielmente por el artista tras inspeccionar a una mujer con la enfermedad.
Los artistas eran conscientes de la anatomía normal y la que representaba algo «malo». El cáncer de mama ya era conocido desde tiempos de Hipócrates y en el Renacimiento identificándolo con la muerte. Por supuesto no sabían el cómo y el porqué se producía, asociándolo a los malos humores. Si finalmente Margherita presentó un cáncer de mama y si la suposición de Espinel es cierta, estamos delante de la primera evidencia gráfica de este tumor, incluso un siglo antes de que se representaran las diferencias entre los tumores benignos y los tumores malignos (cánceres) de mama.
… ¿y vosotros qué veis en el cuadro?
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