En 1566 sus cortesanos dieron la orden de vestirla de luto, al yacer aparentemente muerta en su cama, pero su médico, el Dr. Arnault, logró reanimarla con «vendajes apretados colocados en los dedos gordos de sus pies, piernas y brazos, dándole de beber vino y aplicándole muchos enemas».
Esta anécdota (pero real) nos sirve para describir la delicada salud que sufrió María Estuardo, una salud tan frágil que muchas veces hizo pensar en su inminente final.
Pero lo de «desgraciada» también fue real tanto en su salud como en el curso que rigió su vida, una vida que terminó el 8 de febrero de 1587, en Fotheringay, tras ser ejecutada por la acusación de conspirar junto con el rey Felipe II. Aunque quizás fue una ejecución innecesaria ya que estaba tan gravemente enferma que tuvo que ser ayudada a subir al cadalso.
Nació pocos días después de la muerte de su padre Jacobo V de Escocia (ya no empezó con buen pie), el 8 de diciembre de 1542 en Linlithow, oponiéndose los escoceses a que contrajera matrimonio con el príncipe Eduardo, heredero de Enrique VIII de Inglaterra, porque significaría la dependencia de Escocia a Inglaterra. Para evitarlo, los nobles escoceses acordaron su enlace con Francisco de Francia (eternos enemigos de Inglaterra) contando María Estuardo solo seis años (y lo que le quedaba…).

Se traslada a la refinada corte del rey francés Enrique II, que fallece prematuramente, pasando a ser la reina de Francia. En 1560 se produce la muerte de su madre María de Lorena y su joven esposo el rey Francisco, debiendo regresar a Escocia para hacerse cargo de la corona. Por si fuera poco, su fe católica choca con los calvinistas escoceses, además, su pretensión al trono de Inglaterra (era nieta de Margarita Tudor, esposa de Jacobo IV de Escocia) la convierte en enemiga acérrima de Isabel de Inglaterra, enemistad que adquiere el cenit con su boda con Enrique Estuardo, heredero indirecto del trono de los Tudor. Como de sus desgracias trata este artículo, su marido es asesinado y vuelve a casarse pero… ¡con el asesino de su esposo! el conde Bothwell (muy lista no parece que fuera). Esta nueva boda no cae bien entre la nobleza ni el pueblo calvinista, debiendo abdicar en 1567 y tomando refugio en Inglaterra donde Isabel la «hospeda» (más bien, la encierra) en la fortaleza de Sheffield. Es entonces cuando el 25 de octubre de 1586 la Cámara Estrellada la acusa de conspirar. Llegados a este punto ya sabemos cómo acabará el asunto.

Hasta aquí su desgraciada vida pero como decía al principio, su salud siempre fue más que frágil. Antes de cumplir los dieciocho años, sufrió disentería, malaria, viruela y la conocida como enfermedad «verde», una probable anemia ferropénica (por falta de hierro). Durante sus años en Francia mostró frecuentes dolores abdominales, vómitos y ataques de histeria (que nunca dejaron de acompañarle), cuadro que algunos lo valoran como síntomas de «porfiria» hereditaria ya que también lo sufrieron varios de sus descendientes. Por si todo esto fuera poco, después de que el conde Bothwell la abandonara, es encarcelada en el castillo de Loch Leven, sufriendo un aborto gemelar.
Por todo esto… ¿quién quiere ser reina así?
Para saber más:
Página oficial Monarquía Inglesa
Carta de amor de María Estuardo al conde de Bothwell
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