Judas vendió a Nuestro Señor por treinta monedas de plata; Su Majestad está a punto de venderlo de nuevo por treinta mil.
Arrojándole a los pies un crucifijo y con estas palabras se encaró el dominico Tomás de Torquemada al Rey Fernando para reprocharle que aceptara la propuesta del judío Isaac Abravanel por la que a cambio de una fuerte suma de dinero retrasara la expulsión de los judíos. Este hecho no puede confirmarse (yo me inclino a pensar que sí) pero describe muy bien su carácter y sus fuertes convicciones, siendo una de las pocas personas que se atreverían a amonestar a los Reyes Católicos.
De origen judío, sus abuelos se convirtieron a la Fe Católica al igual que casi la mitad de los 400 000 judíos que vivían en España durante el siglo XV. No deja de ser curioso que él, con esa misma sangre judía, acabara por convertirse en perseguidor de herejes y judíos, pero muchos conversos para demostrar que lo eran de verdad y no por otros intereses, quisieron distinguirse de esos falsos cristianizados, denunciándolos, e incluso muchos de ellos ingresaban en la iglesia para demostrar su compromiso con el Cristianismo.
No se sabe dónde nació aunque se barajan dos posibilidades, el pueblo de Torquemada (Palencia) o en Valladolid. Creció en esta última y se piensa que debió estudiar algún tiempo en la Universidad de Salamanca. Se ordenó fraile dominico en el Convento de San Pablo y acabó por convertirse en prior del convento de Santa Cruz de Segovia donde conocería a la reina Isabel. Esta vio en Torquemada esa «prudencia, rectitud y santidad» que tanto admiraba y buscaba en aquellos tiempos, nombrándole confesor personal.
Martillo de los herejes, luz de España, salvador de su país, honor de su orden, así le describió el cronista Sebastián de Olmedo. Y es que la reina le eligió para reformar la Inquisición Española, una institución creada en 1478 por los propios Reyes Católicos (aunque antes ya existía una instaurada en el siglo XII en el sur de Francia) tras la bula Exigit sincerae devotionis affectus promulgada por el papa Sixto IV.
Inicialmente las actividades del Santo Oficio se centraron en Córdoba y Sevilla, celebrándose el primer auto de fe en 1481, donde quemaron vivos a seis acusados de judeoconversos. Dos años después se nombró a Torquemada Inquisidor General de Castilla (a pesar de la oposición de fray Hernando de Talavera) y en 1492 ya existían tribunales en ocho ciudades castellanas, pasando a depender de los propios Monarcas y no del Papa, tal como recomendaba Torquemada.
En 1493 Torquemada se retiró al convento de Santo Tomás de Ávila muriendo cinco años después. Su opinión fue determinante para convencer a los Reyes Católicos en la redacción del decreto de expulsión de los judíos no convertidos. Bajo su mandato se quemaron a más de diez mil personas (dos mil quizás sea la cifra más realista) y más de veinte mil fueron condenados a penas horribles, aunque algunos consideran exagerados estos datos. ¿Pero quién puede justificar sus métodos para hacer «confesar la verdad»? ¿Quién puede defender el hecho de que se quemaran los libros no católicos? ¿Quién puede explicar que cualquier niño mayor de 14 años (o 12, si niña) podía ser responsable y juzgado por la Inquisición? Nadie, y hechos como estos son los que ayudaron a forjar la negra leyenda de esa época en España.
Dicen que Dominicanus podría significar «los perros del Señor», Dominus (Dios) y canis (perro), y Torquemada, integrante de la orden de predicadores, representó su papel de manera tan cruel que siglos después estremece la sola mención de su nombre.
Un libro:
Claros varones de Castilla, de Hernando del Pulgar
Una serie:
Torquemada en la serie de rtve Isabel
Una pintura:
La Virgen de los Reyes Católicos
Para saber más:
Historia y documentación del Santo Oficio Español: el período fundacional
Curioso que ni siquiera fuera «cristiano viejo», y es bastante posible que, como comentas, esa fuera una de las causas de su «celo» (yo diría más bien crueldad).
Efectivamente, el simple hecho de evocar su nombre ya da miedo. Yo siempre lo he relacionado con otro, éste de ficción, fray Emilio Bocanegra, de forma que no puedo pensar en uno sin que me venga el otro a la mente.
Un saludo veraniego
Hola Enrique,

algunos dicen que este antijudaísmo que manifestaban algunos conversos, en exceso y fuera de toda razón, fuera producido por su deseo de distinguirse y destacar. Dejo una imagen de Torquemada, lo cierto es que impone.
Saludos bien calurosos.
Impone el miedo………….
Como bien dice, la Inquisición data del siglo XII, pero no en España. En ese siglo se creó en Europa para combatir herejes, tipo Cátaro. Pero en España entró mucho más tarde, en el siglo XVI, 300 años más tarde, en 1478. Por cierto, que, a pesar de que la leyenda negra insiste en que la Inquisición española fue especialmente mala, lo cierto es que no fué así. A lo sumo fué igual de perversa que las demás, o incluso mucho menos mala. Y hay que tener en cuenta que era mucho mejor y más garantiste que la justicia civil de su tiempo. James A. Michener, en su libro “Iberia” afirma que solamente en lo que es hoy Alemania se ajusticiaron muchísimos más retrasados mentales por brujería que en toda la historia de la Inquisición española por todas las causas. Para ser más precisos, en Alemania se ajusticiaron 25.000 brujas, mientras que entre Alemania, Francia, Polonia y Suiza se ajusticiaron a unas 50.000 «brujas», mientras que en España solamente hubo 59 mujeres acusadas de brujería.
Además, la Inquisición española fué mucho más garantista que la justicia ordinaria de la época, y, además, mataba mucho menos. Como ejemplo, el Santo Oficio implantó el derecho de los acusados a tener un abogado defensor en 1484. A partir de 1484, todos los que comparecieron ante la Inquisición tenían derecho a representación legal, ya fuera por su propia selección o por nombramiento en la corte si era necesario. Esto fue unos 300 años antes de que la Sexta Enmienda otorgara el mismo derecho a los estadounidenses, y no fue hasta el Código Napoleónico de 1808 cuando llegó a Francia. Los acusados ingleses tuvieron que esperar hasta la Ley del abogado del prisionero de 1836. Cabe recordar aquí que la mayor parte los «pecados» perseguidos por el Santo Oficio eran igualmente sancionados como delitos en el resto de Europa a través de tribunales ordinarios.
Y, puesto que era una institución extremadamente burocrática, donde todo estaba detalladamente documentado, se sabe que en sus aproximadamente menos de tres siglos de existencia en España, “solo” se llegó a ejecutar a alrededor de unos 2.500 reos. Henry Kamen, conocido historiador e hispanista pone esa cifra en 3.000 reos, mientras que Geoffrey Parker, otro famoso historiador, la pone en hasta 5.000. En todo el siglo XVI, se ejecutaron a un total de 50 personas. La justicia civil corriente en el mismo período ajustició en España a más de 100 veces esa cifra, además que la justicia civil de esa época era mucho menos garantista que la del Santo Oficio. Solamente 1 de cada 100 reos fue víctima de la Inquisición española durante sus 300 años de existencia en España, los otros 99 ajusticiados fueron víctimas de la justicia civil. Además de que, -a diferencia de la justicia civil- en los tribunales de la Inquisición, el acusado se libraba simplemente retractándose. Los acusados sabían que el Santo Oficio buscaba más el arrepentimiento que la condena a muerte. Si el reo se arrepentía antes de la sentencia, lo más probable es que se conmutara su pena automáticamente por cárcel, multas y otros castigos que no comprometieran su vida.
El historiado Henry Kamen afirma que “resulta interesante comparar las estadísticas sobre condenas a muerte de los tribunales civiles e inquisitoriales entre los siglos XV y XVIII en Europa: por cada cien penas de muerte dictadas por tribunales ordinarios, la Inquisición emitió una”. Sin ir más lejos, se calcula que solo en la Matanza de Bartolomé, en el verano de 1572, se mataron a tres veces más personas por cuestiones religiosas en Francia que en los tres siglos y pico de existencia del Santo Oficio en España. Una brutal persecución de protestantes que tuvo como telón de fondo la boda entre uno de los líderes calvinistas y la hermana del Rey de Francia. En Inglaterra, ser católico o de una religión distinta a la del Rey era exactamente lo mismo que ser un traidor a la Corona. Solo las persecuciones de católicos en la Inglaterra de Isabel Tudor provocaron 1.000 muertos, entre religiosos y seglares, en cuestión de un par de décadas.
De hecho, según el historiador Gonzalo Verbal Stockmeyer de la Universidad de los Andes, Chile y el historiador francés, Pierre Chaunu, el reino de terror de la revolución anticlerical francesa (1789-94) causó más muertes en un mes en el nombre del ateísmo que la Inquisición en el nombre de Dios a lo largo de la Edad Media en Europa. Las cifras de las personas que llevaron a la guillotina son tan superiores a la Inquisición que exterminaron a todos los habitantes de la región de la Vandeé y arrasó con gran cantidad de edificios y grandes obras de arte religioso de enorme valor cultural. Sin olvidar, que los que sí asesinaron científicos fueron los ateos liberales de la Revolución anticlerical francesa, como por ejemplo, el químico y biólogo católico, Antoine Lavoisier. El juez anticristiano lo mandó a la guillotina diciendo que, “La república no necesita ni científicos ni químicos.”
También, en contraste, el británico James Stephen calculó en uno de sus volúmenes de «A History of the Criminal Law on England» (1883) que el número de condenados a muerte por todos los tribunales en Inglaterra aproximadamente en esos mismos tres siglos alcanzó la cifra de 264.000 personas, por delitos que iban del asesinato hasta el robo de una oveja. Elvira Roca Barea recuerda en su libro «Imperiofobia y Leyenda Negra» que justamente más allá de los Pirineos, por ejemplo en Inglaterra, «cualquier persona podía ser torturada o ejecutada –descuartizada para ser más exactos– por dañar unos jardines públicos, y en Alemania la tortura podía llevar a perder los ojos. En Francia era admisible desollar viva a la gente». Lo cual es solo un ejemplo de que aunque todas fueron muy perversas, la española no se distinguió en nada, o en casi nada, sobre todo comparadas con la justicia civil de la época en cualquier pais de Europa. La única distinción es que fué la que se abolió más tarde, a principios del siglo XIX, aunque también fué la que se creó mucho más tarde. A esto habría que añadir que la persecución protestante de católicos a partir del siglo XVI fué mucho más cruel y se cobró muchas más víctimas que el Tribunal del Santo Oficio durante toda su existencia.
Prototipo de fanatismo, intransigencia, extremismo. La clase de gente con la que no te quieres tropezar en la vida.
Hola Amira,
no quiero ni pensar cómo se presentaban delante de él. Era de esas personas que más vale caer en gracias que en desgracia.
Un saludo
Buenos dias. Fascinante Torquemada. Lo que se sabe. lo que se cuenta y lo que es y no es «verdad». Hace años estuve junto a su sepulcro en la cocatedral de Tuy en Galicia.
Buen articulo, aunque Torquemada, daria para muchos más.
Saludos
Antonio
Hola Antonio,
sus restos fueron profanados durante la invasión napoleónica pero desconocía el lugar de su sepulcro. He revisado y ciertamente en el siglo XVI, se habilitó la capilla de San Telmo en dicha catedral para albergarlos, aunque me queda una duda: dicen que fue hecho este sepulcro por el obispo Diego de Torquemada, ¿sería algún familiar?
Saludos
Lo que creo que es importante resaltar es que la Inquisición nació en el siglo XII en Europa por el tema de los cátaros, pero no llegó a España hasta el XVI. Y aunque la percepción es de que la «Inquisición española» fué paricularmente cruel, cualitativamente o cuantitativamente, no fué así. En los paises anglo-sajones, «Inquisición» es practicamente sinónimo de decir «inquisición española». James Michener, en su libro «Iberia» dice que solamente en la Germania medieval se quemaron más retrasados mentales por brujería que en en toda la historia de la inquisición española, por poner solo un ejemplo. En lo único que sí se distinguió la Inquisición española fué en que fué la que se abolió mas tarde, a comienzos del XIX. En resumen, lo que quisiera aclarar es que aunque todas las Inquisiciones fueron nefastas y vergonzantes, la española no se distinguió de las demás en nada, o en casi nada.
Hola Jose Luis,
así fue. Primero hubo una Inquisición episcopal, llamada así porque los mismos obispos de cada diócesis eran los encargados de perseguir a los herejes, y después se instauró, por el papa Gregorio IX a mediados del siglo XIII, la Inquisición papal (pontificia o también conocida como medieval para diferenciarla de la de la Edad Moderna) dependiendo directamente del Papa.
Una curiosidad es que la inquisición se creó con la intención de «curar» así que las condenas en la hoguera eran infrecuentes al contrario de lo que se puede pensar y de lo que muchas veces queda reflejado en la literatura y el cine.
Un saludo y muy contento de tenerte por los comentarios 😉
Como descendiente de judíos conversos y siendo pagano impenitente, reconozco que no puedo hablar de este monstruo objetivamente.
Sólo señalaré que sin duda fue el alma de la Santa Inquisición. Y que si bién no fue ni la más dura ni la que causó más mártires (para mí son mártires) de sus ideas, si extendió su mano de muerto por todo el Imperio Español, siendo una de las principales causas de su caída, por el temor y la antipatía que despertó en los países colonizados, con la destrucción de todos los escritos y libros sagrados de los pueblos indígenas.
Unid a eso el que provenía de una de las órdenes más fanáticas , intransigentes y prepotentes de la cristiandad, y tendremos un retrato bastante aproximado de este engendro. Por no hablar del brutal retraso que supuso para España la expulsión, primero de los judíos y posteriormente la de los moriscos, poseedores ambos de los principales valores culturales de la época, y a cuyos colectivos pertenecían los mejores artesanos, comerciantes y banqueros del mundo de aquella época.
No es de extrañar, por tanto, que las relaciones entre mi humilde persona y TODAS las Iglesias, sean… digamos… un tanto tirantes.
Hola Luis,
te agradezco que seas siempres tan «diplómatico» pues mi intención en los comentarios es ampliar el tema que propongo con los artículos desde todos los puntos de vista y de la manera más amplia posible y por supuesto con vuestras opiniones, pero siempre desde el respeto. Está en nuestra esencia humana el ser diferentes y tener nuestros propios juicios de la Historia de sus personajes, de los episodios sucedidos y trascendentales. Pero de eso se trata, compartir y enriquecernos entre todos.
Abrazos
No es solo que fuesen fuente de cultura, también de la economía, la corona española por aquel entonces no era muy ahorrati…. este…se me acaban de cruzar unos cuantos paralelismos actuales que… voy a dejar el tema… 😐
Hola Mar,
imagino que también jugó la envidia, el querer pero no poder.
Un saludo y me alegra tenerte por los comentarios en el blog 😉
Te dejo el tema que, el grupo de metal progresivo asturiano Avalanch, dedicó a Torquemada. El vídeo está subtitulado, para que se entienda mejor la letra. Saludos, Francisco.
Hola Raúl,
pues viene ni que pintado y con ese órgano de fondo le da ese punto medieval (a pesar de ser heavy) No conocía el grupo y me alegra que lo compartieras pues ya sabes que a mí, lo de la guitarra, me va, pero mucho.
Saludos y gracias por el aporte musical.
Por cierto, la letra se entiende a la perfección. 😉
Espana llevó la inquisición a los territories conquistados porque en Perú también tuvimos torturas por la Santa Inquisición (que de santa no tenía nada) durante el Virreynato. Las torturas se llevaron a cabo en unas catacumbas que hasta hoy en día existen en el centro de Lima y que se han convertido en museo, el cual puede ser visitados por locales y extranjeros. En él se pueden ver los diversos elementos que se utilizaban para efectuar las terribles torturas. Espana trajo a los Incas la religion católica y el último Inca Atahualpa pagó a los conquistadores su liberación con un cuarto lleno de oro que de nada le sirvió porque fue asesinado. Al parecer el dinero y el oro fueron una constante en la historia universal para evitar desastres que se produjeron finalmente. Gracias por ensenarme algo más sobre «la madre patria» en tu excelente blog. saludos, Patricia
Hola Patricia,
¡qué bien tu comentario! Tienes toda la razón en lo que dices y debes perdonarme que no publique más artículos de la Historia de América (prometo subsanarlo). No sabía lo que comentas y busqué este enlace al museo para quien quiera ampliar tu información:
http://www.deperu.com/cultural/museos/museo-del-tribunal-de-la-santa-inquisicion-y-del-congreso-1235
Saludos
Excelente tu iniciativa del enlace!!! te felicito por ser tan didáctico, Blogs como el tuyo son los que hacen falta. Debo decirte que a pesar de la Santa Inquisición y todo ello, los peruanos queremos nuestras raíces espanolas. Fíjate que mis apellidos son Alvarez Medina…..saludos, Patricia
Reblogueó esto en Ramrock's Blog.
Fue uno de los inquisidores más notorios, si bien hubo muchos más, actualmente no existe la inquisición, pero como el mundo es mundo y como tal imperfecto al 100 x 100, ahora existen sextas, «supuestas religiones» que decapitan seres humanos o se inmolan matando y matando.Este judío converso fue uno más de los de tantos y tantos, así como fue sangrienta la colonización española en nuestro países de América Latina, pero nos dejaron el idioma y su cultura, siempre hay que ver los dos lados.Execelente tu artículo sobre Tomás Torquemada. Un abrazo!
Hola Liliana,
prometo que el próximo artículo (el del viernes) será sobre un personaje mucho más «caballero» (para compensar) 😉
Abrazos
Nos dejaron su idioma, su religión y se llevaron nuestro oro, entre otras muuuuchas cosas….. Soy Colombiana y nuestra historia y herencia de la no tan santa inquisición,» con minúscula » fué devastadora
Reblogueó esto en maragomezcejas.
Qué lástima. Qué lástima que nos cueste tanto trabajo aceptar la diversidad, convivir con los que no piensan exactamente igual. A la postre, todos salimos perdiendo.
Hola Elena,
¡cuánta razón en lo que dices! ¿Cómo podemos ser tan ciegos en no verlo? Esto me recuerda algo que dijo en una ocasión la antropóloga Margaret Mead
«Recuerda siempre que eres absolutamente único, al igual que todos los demás».
Un saludo
Reblogueó esto en Planeta marcela!.
Dicen los más heréticos comentaristas de la progresía siempre vigente, que la historia extraída de su contexto, de su tiempo, no debiera ser juzgada, ni muchos menos juzgar a los autores de atrocidades como las que aquí describes del tal Torquemada … un cabrón con pintas, decía mi profe de latín en los 50. No sé, quizás con el tiempo nuestros biznietos lean que Rajoy fue un gobernante que salvó a España de la quiebra, o que el Barça era un equipo de catalanes igual que lo fue su fundador.
Hola Enrique,
¿cómo Messi y Neymar no son catalanes? Bueno, a los periquitos siempre nos quedará Casilla, aunque creo que por poco tiempo…
Un abrazo
Fue apasionante el tiempo histórico del Gran Inquisidor. Cuando religión y política eran la misma cosa, prácticamente, y aparecen figuras tan diversas en la jerarquía de la Iglesia como el propio Torquemada, Hernando de Talavera, el santo alfaquí, (que merece un post) o el cardenal Cisneros, cada uno influyendo sobre la reina (no sé si tendría que decir los reyes, pero Fernando era muy Fernando) y determinando, por tanto, los destinos del país. Mi preferido es el de Talavera, sin duda, ejemplo de respeto y tolerancia.
Un respetuoso pero caluroso abrazo, Francisco.
Hola Paco,
a mí es una de las etapas en la Historia de España que también más me apasionan y seguro iré introduciendo algún artículo con el tiempo en el blog.
Saludos sudando la gota gorda ¡Buf!
Estimado Francisco,
Si hay un personaje controvertido y vilipendiado en la historia de España es sin duda Torquemada. Habiendo vivido en el extranjero durante buena parte de mi vida, he podido constatar que también es uno de los hombres más famosos, o infames, más allá de nuestras fronteras. Una pena, pues creo que hay más buenos que malos, pero entiendo que los villanos venden mejor.
Como suele suceder, creo que hay mucho de leyenda en su biografía, y que es probable que sus muchos enemigos hayan exagerado sus andanzas. Me cuesta trabajo creer que haya habido un personaje tan perverso, y más siendo un representante de la iglesia, aunque tampoco creo que haya sido un santo.
En fin, Torquemada representa la falta de tolerancia y el fanatismo religioso. No sé qué tanto de lo que sabemos de su vida sea verdad, aunque hoy he aprendido mucho, pero, como solemos decir, algo habrá hecho…
Un artículo muy interesante sobre un personaje ídem. Gran trabajo Francisco.
Muchas gracias y un cordial saludo.
Hola Jesús,
su nombre y su personaje traspasa todas las fronteras. Ya en el post apunto la posibilidad de que se exageren las cifras de muertes y torturas que se le atribuyen aunque su influencia y sus acciones han sido parte de nuestra Historia.
Saludos
No cabe duda que fue una de las figuras mas importantes de la inquisición, y que son ciertas todas las muertes y torturas que bajo su mando existieron, pero creo que lo que se ha exagerado es la «mala prensa» de los paises del norte de Europa, que también la tuvo, pero con los años se encargaron de culpar a la española de todas las atrocidades.
un fuerte abrazo, y si, poniendome al dia.
Hola deimos,
me alegra que te pongas al día ¡ja, ja, ja! Como ves, de momento, aquí seguimos al pie del cañón.
Abrazos y espero que estés pasando un buen (aunque caluroso) verano.
La nefasta religión siempre.
Un abrazo.
Hola Stella,
… y Torquemada fue mucho Torquemada. Solo el nombre, asusta.
Abrazos
¿Santa Teresa? ¿Juan de la Cruz? ¿xxx de León? — No recuerdo su nombre entero, y sólo lo conozco porque Machado tradujo algunos versos del Libro de Job y dice que suenen a xxxx de León. De Juan de la Cruz tampoco, no sé nada, pero de Santa Teresa, sí, de algunos de sus propios escritos autobiográficos y de una biografía italiana .. todo eso lo digo porque creo que entre los españoles sobresalientes había muchos judíos conversos. Y luego lo de Columbus ……
Hola Anagasto,
creo que te refieres a Fray Luis de León. Pero como bien dices hay muchos más: Luis de Góngora, Andrés Laguna, incluso entre la aristocracia como el Conde-Duque de Olivares.
No sé si leíste un artículo del blog que trato la disputa entre literatos del Siglo de Oro entre los que destaca la disputa entre Luis de Góngora y Quevedo, disputa no solo literaria… Te dejo el enlace por si quieres ojearlo http://wp.me/p32pyN-3ma
Saludos
Torquemada…Suena a quemada definitivamente. La Inquisición da terror. La sola idea de que te asesinaran con tanta crueldad en nombre de Dios da horror. Lo triste es que todavía sufrimos asesinatos en nombre de Dios y en nombre de las religiones. Ruego porque algún día haya paz.
Hola melbag,
oir su nombre después de los siglos es asociarlo a la intransigencia y el terror. Por desgracia siguen existiendo muchos «Torquemadas» aunque con otro nombre. Ojalá se cumpla tu deseo.
Abrazos y buen finde.
Abrazos a ti también.
Algo he leído y conocido de torquemada -insisto en minúscula – pero tu aporte y comentarios, vienen en mi ayuda ampliando un poco mis conocimientos, no tanto sobre éste ilustre no tan santo, sino, sobre la inquisición más allá de las fronteras Españolas. por esto y tan valiosos comentarios MIL GRACIAS!!!!
Hola Gladys,
siempre a ti por seguir el blog desde hace tanto tiempo. Intento seleccionar los temas que expongo en el blog en ocasiones por su importancia y trascendencia histórica aunque a veces por ser curiosas simplemente. No hay duda de que la Inquisición marcó durante siglos a muchos países y Torquemada fue un protagonista destacado en ella.
Un abrazo
TOMAS DE TORQUEMADA . CONFIRMADO COMO INQUISIDOR GENERAL DE ESPAÑA
ATAHUALPA
(Cuartetos alejandrinos)
Eclipsaron la gloria del Imperio del Sol,
Viracochas venidos, portadores de cruces,
con sus broncos corceles y de fuego arcabuces,
conquistaron la estirpe del más puro crisol.
Nunca vio Cajamarca más atroz degollina
en el nombre lejano de un rey extranjero.
Por los suelos, la Biblia, evangelios y clero:
¡Por Santiago, cristianos! ¡Viva nuestra doctrina!
A la plaza salieron, relucientes de aceros,
a matar defensores que pusieron el pecho
por salvar a su Inca del hispano despecho,
entregaron la vida como bravos guerreros.
Apresaron al Inca y pidieron rescate.
El tesoro de siglos se juntó por su vida;
pero fueron astucias de palabra mentida
y Atahualpa fue muerto al pagar el quilate.
Lloran sangre las piedras en el Tahuantinsuyo;
Hanan Qosqo de luto, se quedó sin señor.
Hoy los pueblos recuerdan su antiguo fulgor:
Inti Raymis evocan lo que siempre fue suyo.
Carlos Oyague Pásara
Hola Carlos,
gracias por querer compartir tus versos con todos nosotros. ¡Me parecieron magníficos!
Un saludo y bienvenido
A partir de las Instrucciones de Tomás de Torquemada se generalizó que la inocencia o culpabilidad de los procesados NO era fijada por los Inquisidores (como generalmente se cree) sino por sus Asesores. De este modo los Inquisidores vieron reducidas sus atribuciones a DIRIGIR los procedimientos y los Asesores a DETERMINAR las RESPONSABILIDADES.Los Asesores eran tanto religiosos como civiles, especialistas en Teología o Derecho. El número de miembros de la Junta de Asesores era variable, llegando en muchos casos hasta diez. La relación de sus integrantes aparecía detallada en las actas de los procesos y muchas veces incluía a los Inquisidores.- Cuando se condenaba a un procesado a muerte, la decisión debía ser tomada por unanimidad. Si uno solo de los Asesores votaba en contra, NO se le sentenciaba a tal pena. Esta es una de las razones que explica por qué, a partir de las Instrucciones de Torquemada, se redujo el número de condenados a muerte.- En las sentencias que NO incluían la Pena de Muerte el veredicto se decidía por mayoría simple.En general se establecían cuatro posibles VEREDICTOS:1.- Si no se habían hallado pruebas concretas de la culpabilidad del procesado este tenía que ser absuelto.2.- Cuando no existían pruebas formalmente acusatorias pero sí indicios: Si se sustentaban en rumores se debía someter al reo a una compurgación; Si el acusado se había contradicho en sus declaraciones los inquisidores podían someterlo a tormento para despejar las dudas en torno a su inocencia o culpabilidad.3.- Cuando los indicios eran más consistentes más o menos inculpatorios debían condenarlo a que abjure como sospechoso de herejía leve, fuerte o violento.4.- En las oportunidades en que existían pruebas concretas, se procedía a imponer las respectivas sanciones canónicas. La gravedad de las mismas dependía del arrepentimiento o persistencia del reo así como de que fuese o no reincidente.Con el tiempo se generalizó la remisión de las actuaciones a La Suprema.
Conviene poner a la Inquisición en perspectiva, sobre todo a la española, especialmente vilipendiada en los paises anglo-sajones.
La Inquisición data del siglo XII, pero no en España. En ese siglo se creó en Europa para combatir herejes, tipo Cátaro. Pero en España entró mucho más tarde, en el siglo XVI, 300 años más tarde. Por cierto, que, a pesar de que la leyenda negra insiste en que la Inquisición española fue especialmente mala, lo cierto es que no fué así. A lo sumo fué igual de perversa que las demás, o incluso mucho menos mala. James A. Michener, en su libro “Iberia” afirma que solamente en lo que es hoy Alemania se ajusticiaron muchísimos más retrasados mentales por brujería que en toda la historia de la Inquisición española por todas las causas. Para ser más precisos, en Alemania se ajusticiaron 25.000 brujas, mientras que entre Alemania, Francia, Polonia y Suiza se ajusticiaron a unas 50.000 «brujas», mientras que en España solamente hubo 59 mujeres acusadas de brujería.
Además, la Inquisición española fué mucho más garantista que la justicia ordinaria de la época. Como ejemplo, el Santo Oficio implantó el derecho de los acusados a tener un abogado defensor en 1484. A partir de 1484, todos los que comparecieron ante la Inquisición tenían derecho a representación legal, ya fuera por su propia selección o por nombramiento en la corte si era necesario. Esto fue unos 300 años antes de que la Sexta Enmienda otorgara el mismo derecho a los estadounidenses, y no fue hasta el Código Napoleónico de 1808 cuando llegó a Francia. Los acusados ingleses tuvieron que esperar hasta la Ley del abogado del prisionero de 1836.
Y, puesto que era una institución extremadamente burocrática, donde todo estaba detalladamente documentado, se sabe que en sus aproximadamente menos de tres siglos de existencia en España, “solo” se llegó a ejecutar a alrededor de unos 2.500 reos. Henry Kamen, conocido historiador e hispanista pone esa cifra en 3.000 reos, mientras que Geoffrey Parker, otro famoso historiador, la pone en hasta 5.000. La justicia civil corriente en el mismo período ajustició en España a más de 100 veces esa cifra, además que la justicia civil de esa época era mucho menos garantista que la del Santo Oficio. Solamente 1 de cada 100 reos fue víctima de la Inquisición española durante sus 300 años de existencia en España, los otros 99 ajusticiados fueron víctimas de la justicia civil.
El historiado Henry Kamen afirma que “resulta interesante comparar las estadísticas sobre condenas a muerte de los tribunales civiles e inquisitoriales entre los siglos XV y XVIII en Europa: por cada cien penas de muerte dictadas por tribunales ordinarios, la Inquisición emitió una”. Sin ir más lejos, se calcula que solo en la Matanza de Bartolomé, en el verano de 1572, se mataron a más personas por cuestiones religiosas en Francia que en los tres siglos y pico de existencia del Santo Oficio en España. En contraste, el británico James Stephen calculó en uno de sus volúmenes de «A History of the Criminal Law on England» (1883) que el número de condenados a muerte por todos los tribunales en Inglaterra aproximadamente en esos mismos tres siglos alcanzó la cifra de 264.000 personas, por delitos que iban del asesinato hasta el robo de una oveja. Elvira Roca Barea recuerda en su libro «Imperiofobia y Leyenda Negra» que justamente más allá de los Pirineos, por ejemplo en Inglaterra, «cualquier persona podía ser torturada o ejecutada –descuartizada para ser más exactos– por dañar unos jardines públicos, y en Alemania la tortura podía llevar a perder los ojos. En Francia era admisible desollar viva a la gente». Lo cual es solo un ejemplo de que aunque todas fueron muy perversas, la española no se distinguió en nada, o en casi nada, sobre todo comparadas con la justicia civil de la época en cualquier pais de Europa. La única distinción es que fué la que se abolió más tarde, a principios del siglo XIX, aunque también fué la que se creó mucho más tarde. A esto habría que añadir que la persecución protestante de católicos a partir del siglo XVI fué mucho más cruel y se cobró muchas más víctimas que el Tribunal del Santo Oficio durante toda su existencia.
Hola Jose Luis,
primero de todo agradecerte tu magnífica aportación que sin duda enriquece el tema que propuse en el artículo. Sin lugar a dudas, el Santo Oficio buscaba más el arrepentimiento que la condena a muerte y según los estudios de 177 del historiador Jaime Contreras y el erudito danés Gustav Henningsen, entre 1540 y 1700 el Santo Oficio persiguió a 49.000 personas (algunos duplican esta cifra) y es curioso observar que de todos ellos el 27% fue por blasfemias y palabras malsonantes; el 24% por mahometismo; el 10% por falsos conversos; el 8% por luteranos y tan solo el 8% por brujería, el resto por otros asuntos como sodomía… Y como bien explicas, en toda Europa también se sancionaban como delitos estos «pecados» a través de tribunales ordinarios. Ser católico o de una religión distinta a la del Rey equivalía en Inglaterra a ser traidor a la Corona.
Si me lo permites añadiré otro dato a tu comentario, concretamente la matanza ocurrida en Francia en el verano de 1572 y conocida como la Matanza de Bartolomé, en la que se mataron a tres veces más personas por cuestiones religiosas que en los más de tres siglos de presencia del Santo Oficio en España. Una brutal persecución de protestantes que tuvo como felón d fondo la boda entre uno de los líderes calvinistas y la hermana del Rey de Francia.
Un saludo
Muerte de la reina Isabel II: ¿se cumplió la profecía?