No tenemos ningún derecho a hacer feliz a la gente contra su voluntad (William Wilberforce)
Esta frase puede que nos extrañe pero adquiere todo su sentido en el contexto del que procede. A finales del siglo XVI se sufre una marcada disminución en la población local de las islas del mar Caribe y los europeos necesitaban mano de obra para explotar los recursos de sus nuevas conquistas. Es así que comenzarán a llevarse gente de África como esclavos, excusándose en que se les estaba dando la oportunidad de convertirse en cristianos. Se calcula que a mediados del siglo XVI se traían unos 10 000 esclavos al año, y tras la posterior irrupción de los mercaderes ingleses y franceses la demanda siguió aumentando, hasta que en el siglo XVIII, Gran Bretaña, obtenía casi diez veces más beneficios de la explotación de plantaciones de azúcar, tabaco, café, té y algodón de sus colonias del Caribe que de sus inmensos territorios norteamericanos.
Fue entonces que surgieron voces contrarias a la injusticia del tráfico con seres humanos. Comienzan a propagarse opiniones en su contra como la del médico Granville Sharp, que la consideraba inmoral y aludía a que había leyes en el derecho inglés que la prohibían, o como Thomas Clarkson, que funda junto a Sharp el Comité para la Abolición de la Trata de Esclavos.
Los cada vez más numerosos grupos antiesclavistas recogieron 60 000 firmas para presionar al Parlamento a finales de 1788. Un año después, se publica un best seller literario que impactaría a la sociedad, la autobiografía de Olaudah Equiano (conocido también como Gustavus Vassa), escrita por él mismo y que le haría rico y famoso. Escrito en lenguaje culto, revela con gran realismo y compasión su propia vida.
Nace en un pequeño pueblo perdido de Nigeria y a la edad de once años es capturado y vendido como esclavo:
Un día cuando toda la gente de nuestro pueblo andaba trabajando como siempre y solo estábamos mi querida hermana y yo cuidando de la casa, dos hombres y una mujer treparon nuestras paredes y en un solo instante nos capturaron a ambos. Sin darnos un momento para gritar o resistir, nos taparon la boca y salieron corriendo con nosotros hacia un bosque cercano. Ahí nos amarraron las manos y siguieron cargándonos lo más lejos que les fue posible hasta que cayó la noche (…) Lo primero que vislumbré al llegar a la costa fue el mar y un barco de esclavos (…) Inmediatamente algunos miembros de la tripulación me agarraron y me sacudieron para ver si estaba saludable. Fue entones cuando quedé convencido de que había entrado en un mundo de malos espíritus y que me iban a matar.
Equiano fue comprado por el mercante de Filadelfia, Robert King, quien le enseñó a leer y a escribir educándolo en la fe cristiana. Tras servirle eficazmente en sus actividades comerciales compra su libertad, viajando posteriormente por todo el mundo hasta llegar a Londres, donde se une al movimiento abolicionista que le animó a escribir y a publicar The Interesting Narrative of the Life of Olaudah Equiano, or Gustavus Vassa the African (1789), uno de los primeros ejemplos de narración escrita por un africano.
Finalmente, el diputado William Wilberforce se hizo eco de todo este movimiento y en colaboración con Clarkson y su Comité prepara un informe que enviará a votación en 1791, el resultado fue de 163 votos a favor de la trata y 88 en contra.
Las reacciones no se hieron esperar y la propia sociedad organiza un boicot en todo el país contra el azúcar caribeño. El seguimiento fue masivo, las ventas cayeron en picado y en poco más de un año la Cámara de los Comunes aprobaron la abolición aunque sería bloqueado por la Cámara de los Lores.
Sin cejar en el empeño, Wilberforce y Clarkson, consiguieron la abolición de la trata de negros en 1807. Tras ese precedente serían otros países los que acabaron rechazándolo aunque la erradicación total no acabaría aprobándose en Gran Bretaña hasta 1833, en Francia en 1848, en Estados Unidos en 1865, en España en 1880 y en Brasil en 1888.
No se sabe con exactitud el número de personas que llevaron desde África a América como esclavos. Unos dicen que pudo llegar a 100 millones, otros que no fueron más de 9 millones, pero cuatro quintas partes del total de esclavos africanos que llegaron al Nuevo Mundo fueron transportados en tan solo 150 años, desde el siglo XVIII hasta mediados del XIX.
Para saber más:
El parlamento y la trata de esclavos británico
Información basada en el artículo «La abolición de la trata de esclavos por Inglaterra» del historiador Juan José Sánchez Arreseigor (N.G. History, nº95)
Deja una respuesta