
Situado en la provincia de Girona (España) es actualmente uno de los centros turísticos principales de la comarca de La Garrotxa. Cuando el visitante llega y se dispone a cruzar el río Fluvià para acceder al pueblo, no puede dejar de sentir que ha retrocedido mil años en el tiempo al encontrarse inmerso en uno de los mejores conjuntos medievales de Cataluña.
En sus orígenes, el condado de Besalú fue un territorio con un gobierno descentralizado (pagus) del condado de Gerona, estando documentado que en el siglo X y situado encima de un cerro, se encontraba el castillo de Besalú, donde ahora quedan los restos de la canónica de Santa María. El trazado actual de la villa no es fiel original del antiguo pero sigue conservando esa urbanización medieval con los edificios más importantes de la época. Tras la muerte de Wifredo el Velloso en 897 comenzaría a adquirir importancia como capital de condado independiente, un privilegio que perdería doscientos años después al morir el yerno de Ramón Berenguer III, Bernat III, sin dejar descendencia. Será a partir del año 1111 que el condado pasaría a formar parte de la casa de Barcelona.
Lo que quizás pueda impresionar más a todo aquél que se acerca a visitarla es su puente románico, reconstruido en varias ocasiones a lo largo del tiempo debido a las inundaciones y las batallas que tuvo que soportar. Las primeras referencias históricas que se tienen datan del siglo XI, realizándose diversas obras de restauración con los años, siendo la última la que se realizó después de la Guerra Civil Española , tras ser dinamitado. Sus 105 metros de longitud forman siete arcadas y una torre de unos 30 metros de alto que alojaba en su interior el pagus condal durante el medievo.

Tras atravesar el puente se accede a la villa a través de una gran puerta que deja entrever sus calles empedradas coronadas por múltiples banderas de la época. Bordeada por multitud de tiendas -que hacen las delicias de los turistas- se llega a un callejón (La baixada del Fluvià) que en 1415 marcaba el límite norte de la judería y que veinte años después acabarían siendo expulsados.
En 1264 el rey accedió a que los judíos construyeran una sinagoga (de la que solo quedan restos del muro) y adyacente a la misma unos baños (miqve) descubiertos fortuitamente tras unas excavaciones realizadas en el año 1964 «el primer edificio de estas características hallado en España y el tercero en importancia de los diez que hay en Europa». En estos baños realizaban las mujeres las purificaciones espirituales, tras el parto y la menstruación ,así como los hombres antes del Sabath, con el agua natural obtenida directamente del río Fluvià.
De su monasterio benedictino, que data del año 977, solo podemos disfrutar en la actualidad de su iglesia, cuyo abad acabó convirtiéndose en la primera autoridad de la villa tras extinguirse el condado en 1111. En su interior se veneraban las reliquias de san Primo y san Feliciano, uno de los motivos por los que fue frecuentado por gran número de peregrinos. Este hecho motivó a los condes de Besalú, con la intención de atenderlos, ordenar la construcción del hospital de Sant Julià en el siglo XII.

Y llegamos a la plaza, donde se encuentra la iglesia románica -con elementos de transición al gótico- de Sant Vicenç, documentada también desde el año 977 y en cuyo interior podemos ver la tumba de Pere de Rovira que trasladó las reliquias de san Vicente en 1413.

Besalú es Conjunto Histórico-Artístico Nacional desde 1966 y en el pueblo hay actualmente censados 1.450 habitantes de los que la mayoría viven de la industria y del turismo, fuente de ingreso también para poder seguir investigando los restos arqueológicos que están esperando ver la luz.

Sin duda, otro lugar que merece la pena conocer…
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Información extraída del Ayuntamiento de Besalú
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