
Hace un tiempo que circula por los medios de comunicación la fotografía inédita de uno de los forajidos más legendarios del Far West, un hombre capaz de atravesar con su Colt 41 una moneda seis veces antes de que tocar el suelo mientras en el hombro lleva su Winchester. Eran unos tiempos en los que la vida de un hombre no valía más que un puñado de dólares, un momento de la historia de América en el que prodigaban atracadores de bancos como Jesse James, una época en que los presidentes eran tiroteados como James Garfield y surgían a escena aventureros como Buffalo Bill.
Considerado héroe y villano su verdadero nombre era Henry McCarthy, aunque adoptó otros a lo largo de su corta vida, pero pocos le conocen por ellos sino por su apodo, Billy The Kid (Billy el Niño). Hasta ahora la imagen que se tenía del pistolero era la que os muestro arriba (feo, además de malo que era un rato), hecha en un salón en Nuevo México, a finales de 1880 o principios de 1881, por la que pagó 25 centavos de dólar y regaló a su amigo Dan Dendrick, siendo subastada en 2007 en Denver por 2,5 millones de dólares. Hecha con placas de metal (ferrotipo), le podemos ver de pie, mirando fijamente la cámara, apoyado en su winchester de repetición. En la recientemente encontrada se le puede ver jugando al croquet en Nuevo México junto a familiares, amigos y miembros de su banda a finales del verano de 1878. Fue tomada tres años antes de su muerte -cuestionada por algunos- y fue adquirida por dos dólares en una tienda de objetos de segunda mano de Fresno (California) por Randy y Linda Guijarro. Hoy su valor alcanza los 5 millones de dólares.

Su familia materna era originaria de Irlanda, pero Billy nació en la ciudad de Nueva York el 23 de noviembre de 1859. Cuando contaba tres años de edad sus padres buscaron fortuna en los recién conquistados territorios del oeste, estableciéndose primero en la ciudad fronteriza de Kansas City y, tras la muerte de su padre y el diagnóstico de tuberculosis a su madre, se dirigieron a un lugar de clima más seco en Silver City (estado de Nuevo México), gran error, el índice de criminalidad de ese lugar era 40 veces superior al resto del país. Su adolescencia podríamos decir que fue más «complicada» de lo habitual, probablemente debido al hecho de la muerte de su madre y el abandono de su posterior padrastro. Consumado bailarín de polcas y rancheras, hablaba español con fluidez y era un enamorado de la cultura mexicana. Compaginaba sus dotes como jugador de póquer con faenas ocasionales como lavaplatos en hoteles o trabajos en ranchos, pero nunca dejaba de frecuentar los ambientes más peligrosos de la ciudad, formando poco después una banda de forajidos conocida como The Rustlers (los cuatreros) que delinquían a lo largo de toda la frontera con México. No tardaría mucho en ser buscado por cada uno de los pueblos y ciudades por los que pasaba convirtiéndose en el enemigo público número uno.
No voy a enumerar todos los asesinatos que cometió a lo largo de su corta vida -puede que algunos atribuidos gratuitamente-, se cuenta la muerte de 21 hombres, uno por año vivido, pero no podemos dejar pasar el dato de que su primer crimen lo hizo con tan solo 12 años, la víctima, un hombre que se había atrevido a insultar a su madre. En 1877 se trasladó a Lincoln donde trabajó como vaquero de John Tunstall y en el que participó activamente en la conocida Guerra del condado de Lincoln, un sangriento conflicto entre su patrón (a quien acabó queriendo como un padre) y otro hombre de negocios llamado L. G. Murphy. Billy acabaría matando al sheriff Brady y a su ayudante, huyendo de la justicia a Texas.
En 1880, Pat Garret, antiguo amigo suyo de la infancia, fue nombrado sheriff del condado de Lincoln logrando su arresto en diciembre y siendo condenado a la horca. El 9 de abril de 1881, Billy escapó de la prisión tras eliminar a sus dos guardianes, refugiándose en Fort Stanton, una hacienda hispana de un amigo suyo. Traicionado por uno de sus hombres, Garret lo encontraría el 14 de julio de 1881.
A media noche, Billy andaba descalzo, desconfiado y sin armas por el rancho. Mientras se dirigía a buscar un trozo de carne para cenar, unas sombras se abalanzaron hacia él. Uno de los amigos que le acompañaba, Peter Maxwell, preguntó «¿Quién es?». Billy repitió inquieto «Pedro, ¿quiénes son esos hombres?», estas fueron sus últimas palabras.
Como decía al principio su muerte es algo confusa existiendo versiones contrarias al respecto. Unas dicen que murió tras visitar la casa de Garret, otras que le mató en plena noche disparándole en el corazón, pero la más sorprendente (aunque recientemente desmentida con un identificador facial del FBI) es la que dice que nunca murió. Un anciano de 90 años, William Henry Roberts, anunció en 1948 que era el auténtico Billy el Niño, reclamando el perdón prometido en 1879 por el gobernador Lew Wallace a cambio de testificar por un asesinato que había presenciado.
La tumba de Billy el Niño en Fort Sumner se perdió tras unas inundaciones en el cementerio donde se encontraba, siendo imposible el estudio de sus restos óseos, pero pocos dudan hoy en día de que realmente muriera y menos aún que fuera uno de los forajidos más peligrosos y representativos del Viejo Oeste.
Una película:
Billy el niño (1941), de David Miller, Frank Borzage
Link foto:
Link información ABC
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