Sí, se pisó la Luna, pero no una, sino doce veces

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Eran hombres especiales, diríamos que excepcionales, pues igual se tomaban unas copas con los amigos para después despedirse de ellos diciendo que las posibilidades de volver a verles sería del 99 % en lugar de decir lo que diríamos el resto de mortales «hasta luego». Su destino sería común para todos ellos aunque nada convencional y sus vidas cambiarían para siempre tras esa heroica experiencia. Son las doce únicas personas de la Historia en pisar nuestro venerado satélite, por el momento…

En 1958 comenzaría el Programa Mercury, un año después de que los soviéticos pusieran el primer satélite en el espacio. Sería la respuesta de la NASA al liderazgo que la Unión Soviética tomó durante la Guerra Fría. Los soviéticos demostraron que era posible enviar al espacio a los humanos pero los seis vuelos del Mercury permitieron aprender que era necesaria su presencia para el éxito de las futuras misiones a la vez que se entendió que era necesario utilizar redes de comunicación mundiales para poder mantener el contacto en todo momento con los vuelos tripulados.

programa apolo

En julio de 1960 la NASA anunció el Programa Apolo y John F. Kennedy pronosticó durante una sesión del Congreso en mayo de 1961 que el hombre pisaría la Luna y volvería a salvo a la Tierra antes de que acabara la década, y así fue. El Programa Apolo acabaría siendo uno de los triunfos más importantes de la agencia espacial y de toda la Humanidad.

Parece ser que el nombre que se eligió se debe al Director de la oficina de programas de vuelos espaciales de la NASA desde 1958, Abraham Silverstein, y sería durante una comida de trabajo en un pequeño restaurante llamado Dolley Madison House en Washington que propondría a sus compañeros el nombre de Apolo al ser un Dios que montaba un carro tirado por caballos alados con la habilidad de disparar su arco alcanzando el blanco por muy lejos que este estuviera. La analogía era clara, además, tenía consonancia con los nombres de Mercurio y Saturno, dioses también. Antes de finalizar la comida hubo unanimidad a la hora de aprobar el nombre.

El Proyecto Apolo finalizó seis misiones con éxito (Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17) y aunque la del Apolo 13 no pudo alunizar por la explosión del tanque de oxígeno líquido del módulo de servicio, podríamos considerar que también fue un éxito parcial al conseguir que su tripulación regresara a la Tierra. Por problemas de presupuesto se cancelaron las misiones del Apolo 18, 19 y 20 pero Estados Unidos volvía a estar a la cabeza de la carrera espacial.

La misión más recordada sería la del Apolo 11 cuando el 21 de julio de 1969 a las 02:56 UTC, más de 600 millones de personas de todo el mundo contemplaron atónitos cómo el comandante Neil Armstrong dejaba su huella en la superficie lunar junto a su compañero Edwin Aldrin. Lo que más nos puede sorprender ahora es que la computadora que llevaba tenía un poder de procesamiento de información menor al de los actuales teléfonos móviles. Y otro hito que quizás pasó más inadvertido es el que para poder dar en directo ese «gran paso» a los telespectadores de todo el mundo se interconectaron 20 estaciones terrestres con satélites sobre el Atlántico, el Pacífico y el Índico.

Apollo_11
La tripulación del Apolo 11. En la foto de izquierda a derecha: Neil A. Armstrong, comandante; Michael Collins, piloto del módulo de comando; y Edwin E. Aldrin Jr., piloto del módulo lunar.

Pero no serían los únicos en pisarla sino que en los tres años siguientes diez hombres más pudieron compartir esa gloria: Charles Conrad y Alan L. Bean (Apolo 12, en 1969); Alan Shepard y Edgar D. Mitchell (Apolo 14, en 1971); David Scott y James B. Irwin (Apolo 15, en 1971); John Young y Charles M. Duke Jr., (Apolo 16, en 1971); Eugene A. Cernan y Harrison Schmitt (Apolo 17, en 1972).

Ciertamente sería una experiencia que les cambiaría para siempre. Veamos qué fue de ellos al regresar a la Tierra.

El compañero de Armstrong, Edwin Aldrin, regresaría a la Fuerza Aérea retirándose un año después. Se convirtió en un gran analista del programa espacial y, a diferencia de Armstrong, se dedicó con gran entusiasmo a dar charlas por todo el mundo. Pero todo hay que decirlo, cuando regresó de la Luna sufrió una gran depresión que le hizo abandonarse durante un tiempo a la bebida. Por suerte, la superó.

Charles Conrad se retiró de la NASA en 1973 pero en los años 90 se dedicó a ser piloto de pruebas además de fundador y director de la empresa Universal Space Lines, Inc. Para su desgracia murió en un accidente de moto en 1999.

Alan Bean se retiró de la NASA en 1981, dedicándose a la pintura y como no podía ser de otra forma, especializándose en paisajes espaciales, unas obras que son únicas en el mundo no tanto por la calidad de sus cuadros sino porque añadía pequeñas porciones del polvo lunar que se quedó impregnado en los parches de su traje espacial y que tan celosamente guardaba.

Alan Shepard antes de su misión en el Apolo 14 fue el primer norteamericano en volar al espacio y la segunda persona en todo el mundo. Tras retirarse de la NASA en 1974, fue directivo de distintas empresas y presidente de Seven Fourteen Enterprises, una compañía de… paraguas. Murió de leucemia en 1998.

astronautas apolo 14
La tripulación principal de la misión de aterrizaje lunar del Apolo 14. De izquierda a derecha son: piloto del módulo de comando, Stuart A. Roosa, Comandante, Alan B. Shepard y el piloto del módulo lunar Edgar D. Mitchell.

Edgar  Mitchell es quizás el que ha tenido una vida más curiosa de todos los que han pisado la Luna. Le acusaron de apropiarse de una cámara que utilizó en su viaje (finalmente sería devuelta a la NASA) y aunque solo estuvo treinta y tres horas en la Luna dijo haber tenido una experiencia mística:

 

«(…) atisbó una inteligencia en el universo y se sintió conectado a ella. Estaba fascinado con aquello, con aquel sentimiento de trascendencia, que de forma intuitiva relacionó con los estados eufóricos que otras civilizaciones habían conjurado gracias a rituales, drogas, la contemplación».

Trabajó en experimentos de percepción extrasensorial siendo publicados sus resultados en el Journal of Parapsychology en 1971. Dos años después fundaría un Instituto dedicado a la expansión de la conciencia y la espiritualidad y actualmente es consejero del Instituto para la Seguridad y la Cooperación en el Espacio, una fundación que quiere concienciar a la gente sobre la importancia de no desarrollar armas espaciales. Según su propia teoría:

«Hay un enorme disco duro en el cielo, al que nos podemos conectar, con el que podemos resonar, si sabemos cómo. Y ese disco duro es lo que hemos llamado Dios». 

David Scott sería desde 1975 a 1977 el director del Centro de Investigación de Vuelo de la NASA, permaneciendo vinculado a ella después.

James Irwin sería el  primero en morir, tras un infarto agudo de miocardio, en 1991. De todos ellos es el que oyó a Dios, literalmente, mientras recogía rocas lunares. Al regresar, abandonó la NASA iniciando una nueva vida en la fe y realizando una serie de expediciones en busca de los restos del Arca de Noé.

John Young sería jefe de la Oficina de Astronautas trabajando en la agencia espacial durante 42 años y retirándose en diciembre de 2004.

Charles Duke se dedicaría a los negocios y realizar charlas cristianas en las cárceles. Actualmente es presidente de la junta directiva de la Fundación de Becas de Astronautas.

Eugene Cernan y Harrison Schmitt serían los últimos hombres en pisar la Luna. El primero se retiró en 1976 para dedicarse a los negocios y Schmitt se retiraría un año antes, siendo senador de Nuevo México y ejerciendo actualmente el cargo de profesor adjunto en la Universidad de Wisconsin-Madison.

apolo
Apollo 11 Command Module «Columbia».

Podemos comprobar que muchos de estos héroes regresaron a nuestro planeta transformados por esta experiencia, quizás más místicos, más espirituales, con creencias fuertes y renovadas. Nadie de nosotros podrá experimentar nunca lo que estos astronautas pudieron sentir y parece que las actuales agencias espaciales no tienen en mente (al menos a corto/medio plazo) en volver a enviar a un hombre (o una mujer) a la Luna, hecho que se ha interpretado con teorías de todo tipo: desde que estos astronautas se encontraron con extraterrestres o restos de una antigua civilización y que tras la misión del Apolo 17 les prohibieron regresar, hasta que los Estados Unidos realizaron pruebas nucleares en ella, llenándola de radiación. Otras hipótesis dicen que se dejó de mantener su interés al no encontrar nada (aunque ahora parece que es rica en Helio 3, escaso en la Tierra y que puede que en el futuro sea una fuente de energía limpia y segura) o que las cuestiones políticas que motivaron su conquista ya quedaron superadas.

Pero esta conquista no es más que la primera de muchas, seguro. Ahora todos tienen puesto el interés en otros lugares más lejanos como Marte, pero el impacto que tuvo en toda la Humanidad esa hazaña nunca será superada. 

Para saber más:

Atlas imágenes Apolo

NASA

Programa Apolo-NASA

Links imágenes:

Emilio KüfferWikimedia; Wikimedia (I); Wikimedia (II)Cliff

Información basada en el artículo Programa Apolo

52 comentarios

  1. Y doce veces en que el hombre jugó a ser Dios para acercarnos más a él. Los que vivimos este acontecimiento en directo no lo olvidaremos nunca. Interesante conocimiento para empezar el día.
    Buen día.

    1. Hola elcorazondelmar,
      ¡qué sensación tan maravillosa poder contemplar la Tierra y el Universo desde allí arriba! Es algo que no se olvida y marca en la vida como pocas cosas pueden hacerlo.
      Saludos

  2. Lo sorprendente es que antes de que naciera se pudiese ir a la Luna, a día de hoy o no van o eso dicen que no hacen a pesar de que la tecnología es mucho mejor.

    1. Hola bestasalvaxe,
      tienen puesta la mirada en retos más lejanos como en el planeta Marte. Precisamente esta semana acaban de estrenar «Marte», la película protagonizada por Matt Damon y dirigida por Ridley Scott. Estoy esperando ir a verla…
      Un saludo

      1. Si te gusto mucho Gravity, Marte te puede decepcionar un poco aunque la temática es diferente, aunque par mi de momento la mejor fue Interestelar

  3. De todos ellos, a mí me parece que quien tuvo una vida más interesante fue Alan Shepard. Su cara transmite tanta simpatía que a pocas actividades mejores podía dedicarse que a presidir una compañía de fabricación de paraguas, me parece algo genial.

    1. Hola Santiago,
      ¡ja, ja, ja! Tienes razón en decirlo y en cuanto a caras, la de Stuart A. Roosa parece no haber roto un plato en su vida. Decir que se llevó a la Luna más de 450 semillas, para ver si después de estar sometidas a la radiación que hay en el espacio, podrían germinar en el planeta Tierra, y así fue, después de la misión los árboles germinaron, actualmente se conservan principalmente en Estados Unidos. Murió el 12 de diciembre de 1994, debido a las complicaciones de la pancreatitis.
      Un saludo

  4. Muy interesante este artículo, como todos los tuyos, Francisco Javier. Sobre todo por explicarnos la suerte corrida por los astronautas que, en apariencia, pisaron la Luna. Y digo que en apariencia porque, para mí, el programa Apolo, fue la mayor operación de publicidad y marketing, lanzada por Estados Unidos, y con una clara intención: con la costosísima carrera espacial, arruinar a la Unión Soviética, cosa que lograron.
    Mientras no expliquen como las naves Apolo consiguieron atravesar los cinturones de Van Allen (sería muy largo explicar aquí en que consisten), sin que los astronautas acabasen asados como churrascos en un microondas, no es creíble nada de lo que vimos por los medios de comunicación (yo el primero).
    Todas las grabaciones, vídeos (cuyos originales o «se han extraviado», o se ha regrabado sobre las cintas originales,¡Un documento histórico, por Dios!) y fotografías, son más falsos que un billete de dos euros.
    Gracias por la información de los astronautas, que no me extraña que a la larga o a la corta acabaron profundamente trasformados, cuando no murieron prematuramente (¡qué oportuna casualidad, si los escrúpulos amenazaban con descubrir la farsa!), tras prestarse a semejante mentira y ver su trascendencia a nivel mundial.
    Un saludo y que tengas un feliz día, amigo.

    1. Hola Luis,
      es un tema que aún genera controversia y seguro que es algo que se comentará aún más en los comentarios, aunque mi intención era mostrar eso que no se menciona tanto, la vida de estos astronautas después de su experiencia «lunática».
      Saludos

  5. Los gringos niengan los efectos de los campos magnéticos, pero un campo magnético puede cortante un brazo
    Mientras que los rusos tienen especificaciones para las personas que trabajan con campos magnéticos, el tiempo limite es de 15 minutos

    Hubo una demanda en USA, contra el sector eléctrico por la muerte de cáncer de unos niños que tenían su colegio debajo de una linea de alta tensión

    A pesar de los beneficios de usar los campos magnéticos para la salud, los gringos se hacen los locos y algunos venezolanos medicos enloquecen

    Todo el mundo reconoce que la tierra tiene una campo magnético que le sirve de protección, es un escudo, exponerse a este campo es un riesgo muy alto de morir de cáncer

    Atravesar un escudo tiene sus riegos, dejar de tener el escudo es otro problema, para tener una idea de esto, las tormentas solares han sido responsable de la salida forzada de lineas de alta tension, por fallas del escudo, el impulso eléctrico del sol ha llegado a la Tierra

    Por ultimo las películas originales de la visita a la Luna, se han perdido

    1. Hola Carlos,
      no sé mucho al respecto pero si no estoy equivocado la Tierra está protegida del viento solar, gracias al campo magnético que la rodea, desviando la mayor parte de estas partículas solares que destruirían la capa de ozono y que nos protege de los dañinos rayos ultravioletas. En cuanto a su aplicación en la historia, la encontramos en las brújulas que se usan para orientarse desde el siglo XI a. C. y para la navegación desde el siglo XII. No todo es malo en cuanto a los campos magnéticos. Pero insisto, hablo desde la ignorancia del tema.
      Saludos

  6. Estupendo artículo en cuanto a la vida de los astronautas y mientras leia no sabía que comentario iba a poner, Pero Luis Valentí me ha hallanado el camino y mucho mejor de lo que yo hubiese puesto.
    No creo ni dejo de creer que el ser humano pisó la luna, pero se ha escrito tanto con controversias (que muchas veces me cuesta entenderlas), de que todo fue un fraude, verdad o mentira?, no creo que sepamos de vedad, incógnitas como la muerte de John F. Kennedy.
    Más la vida continua, gracias como siempre estimado Francisco,

    1. Hola Rosa,
      yo en este sentido no dudo de que se pisara la Luna (es que si no, no hubiera escrito el artículo, claro). De todas formas sigo maravillado en que se consiguiera, me parece increíble. Cuando observo la Luna no puedo evitar seguir preguntándome cómo el hombre pudo haberlo conseguido.
      Abrazos

  7. Dudar de que se pisó la luna es absurdo, ¡anda que no estarían vigilantes los soviéticos y habrían destapado la supuesta mentira al menor indicio cuando ocurrió! Lo de la «operación de marketing para arruinar a la unión soviética» muy bonito cuando lo dijeron en Interestellar, pero antes me creo que fueron a la Luna a buscar transformers (véase transformers 3… o menor no, y os ahorrais sufrimiento) total, suena igual de fantasioso y mucho más divertido.
    En cuanto al cinturón de Van Allen, las misiones Apolo atravesaban estas zonas muy rápidamente, en cuestión de pocas horas (30 minutos para el cinturón interior de protones, el más peligroso), por lo que la dosis de radiación era realmente minúscula. De hecho, lejos de infravalorar el riesgo de los cinturones Van Allen y las partículas solares, la agencia espacial norteamericana dio una importancia enorme a este tema. Para medir la radiación, las misiones Apolo incorporaban varios dosímetros y sensores. Cada nave llevaba un instrumento específico para medir la radiación al atravesar los cinturones de radiación, el denominado instrumento VABD (Van Allen Belt Dosimeter). Además, cada astronauta portaba un dosímetro personal (PRD, Personal Radiation Dosimeter) con el fin de medir la dosis acumulada. Este aparato era transportado en los bolsillos de los trajes de vuelo y de EVA. Disponía de una pequeña pantalla que mostraba la dosis acumulada en un momento dado y, cada 12 horas, los astronautas debían registrar y comunicar a Houston la lectura de las dosis. Además del PRD, los astronautas llevaban tres dosímetros pasivos repartidos por distintas zonas de la ropa (pecho, tobillo y muslo) para ser analizados después del vuelo. Las tripulaciones tenían también a su disposición un medidor de radiación portátil, el RSM (Radiation Survey Meter), que era usado regularmente para comprobar los niveles de radiación en distintas zonas de la nave.
    La NASA había puesto el límite de radiación para las misiones Apolo -de unos diez días de duración- en 400 rad (4 Gy) para dosis absorbidas en piel y 50 rad (0,5 Gy) en órganos internos (hematopoyéticos). Eran unos límites muy elevados comparados con los estándares actuales, principalmente porque todavía no se entendía muy bien los efectos de la radiación a largo plazo, especialmente los causados por partículas energéticas. Claro que se trataba de límites operativos, esto es, que, en caso de superarlos, se creía que la tripulación tendría bastantes probabilidades de quedar inutilizada inmediatamente y morir poco después, con la consiguiente pérdida de la misión. En cualquier caso, las dosis medidas durante las misiones Apolo resultaron ser muy inferiores a las esperadas y claramente por debajo de los límites operativos.
    La radiación es uno de los mayores problemas que se presentan a la hora de diseñar viajes tripulados a través del Sistema Solar. En este sentido, la principal protección de las misiones Apolo era su corta duración.

    1. Hola Micael,
      te agradezco mucho los interesantes y desconocidos datos que aportas en tu comentario. Encontré esta representación del cinturón de Van Allen que dejo aquí para complementarlo.

      Un saludo y eres bienvenido siempre que quieras a comentar en el blog 😉

  8. Viajar a la luna a la luz del sol debe sentirse mucha exasperación, esa terrible luz del sol, emplazando y derribando, encadenamiento de furias expiativas… implacables contra los débiles astronautas, tristes futuros. ¿ Por qué soñamos con estar en la luna ? Las experiencias traídas recogidas desde Armstrong y demás precursores del espacio sideral hasta nuestros días, nos dice que «las cosas tienen un ser vital», mientras las disfrutamos. Pero, luego de lo necesario, de lo justo, de lo heroico, luego de los tiempos del tribunal de la conciencia, entran en juego otras consideraciones. Imposible percibir tanto por los pequeños ojos, patear la luna su inmensidad, llenarse de su tierra y venderla en pedazos pintados con brochas gordas. Pura explotación del riesgo de adquirir millones de virus al traerlos a la tierra. Una provocación al sol viajando en luna llena. Uno se pregunta, ¿ Por qué Tereshkova, siendo mujer, no pudo tocar tierras fértiles de la luna ? Gracias, FJ, por mostrar estas aventuradas travesías espaciales. Un abrazo, en órbita espacial.

    1. Hola marimbeta,
      Tereshkova, la primera mujer que viajó al espacio exterior, creo que los ingenieros y jefes que dirigían su misión desde la Tierra se enfadaron con ella (no me preguntes porqué, no lo sé) y no le permitieron ni tomar el control manual de su nave. Tuvieron que pasar 19 años para ver otra mujer rusa en el espacio.


      Foto de RIA Novosti Alexander Mokletsov

      Encontré una lista de mujeres astronautas que podéis verla en este link

      Abrazos siderales.

      1. Gracias por el enlace, FJ. Me llamó mucho la atención Barbara Morrgan, primera educadora astronauta. Profesora en proyectos del espacio. Toda una sagitariana nacida el 28 de noviembre de 1951. Una pena el affaire de Tereshkova, principalmente por ser mujer y marginada. Va otro abrazo con órbita terrestre.

  9. Desde luego las hipótesis que se plantean son tan misteriosas como preocupantes, FJ. No obstante, intentando ser positivo, me quedo con esa frase que será de aliño para lo más jóvenes: «Lo que más nos puede sorprender ahora es que la computadora que llevaba tenía un poder de procesamiento de información menor al de los actuales teléfonos móviles»

  10. Muchas gracias Francisco por acordarte de los apasionados de la conquista espacial y regalarnos esta entrada de hoy, fantástica como siempre. Para los aficionados a estos temas recomiendo que vean la serie «De la tierra a la Luna» que produjo en su día la cadena de televisión americana HBO de la mano de Tom Hanks, una delicia de serie. Un abrazo.

  11. Francisco, gracias por este viaje al pasado. ¡Qué maravilloso fue ese momento en que el hombre llegó a la Luna! Todos los que vivíamos entonces estabamos sentaditos enfrente al televisor esperando ver las imagenes de esos hombres que por primera vez tocaban la inspiración de los poetas, de los enamorados, de los soñadores. El mundo se detuvo. Una imagen en blanco y negro y borrosa producida por la tecnología del momento se posesionó de todos los televisores del mundo y la voz inolvidable de Neil Armstrong diciendo: «Un pequeño paso para el hombre, un enorme salto para la humanidad.», aún resuena en mis oídos. Gracias amigo por el viajecito a la Luna.

      1. Cuando pensamos en la tecnología que tenían esos hombres, la verdad que había que tener pantalones para montarse en esas navecitas rudimentarias y echarse ese viaje a lo desconocido. Bueno, como Colón con sus calaveritas. El deseo de conquistar y trascender es algo muy poderoso.

  12. La Luna siempre guardará sus misterios, y si fue conquistada o no por el ser humano es uno de ellos. Como nos tienes acostumbrados, otro post excepcional, desde el lado humano de estas expediciones científicas. Me extrañó que sí hubiera habido un Apolo 13, con lo supersticiosos que pueden ser los gringos. Por otro lado, me pareció bonita e interesante la obra de Alan Bean, con ese toque lunar.
    Gracias por ponernos en órbita.

  13. Fue tan increible verlos llegar a la luna, que sera siempre de esos recuerdos que marcan a todos los que fuimos los priviligiados, que lo pudimos compartir. En blanco y negro.
    Esplendido tu escrito de hoy, con datos de la vida de esos heroes.
    Un abrazo dominguero

  14. Hola Francisco,
    me has tocado el nervio… 😉 Sabes lo mucho que me gusta la historia de la carrera espacial, y la admiración que siento por todos aquellos que participaron en ella. Todos ellos arriesgaron sus vidas por la aventura, la exploración y el progreso, pero tendemos a fijarnos en Armstrong, Aldrin y Collins y olvidamos al resto. Tu magnífico artículo servirá para recordar sus vidas, su trabajo en aras de la exploración espacial, y su sacrificio por llevar cada vez más lejos las fronteras del ser humano.
    Muchísimas gracias amigo por tan merecido homenaje. Lo recomendaré a mis amigos.
    Un abrazo!

    1. Hola Jesús,
      me consta que es un tema que te apasiona, yo también disfruté alguno de los artículos que le dedicaste en tu blog, en especial el reciente que publicaste sobre la relación de las abejas y los surfistas en la carrera espacial, me sorprendió y con tu permiso dejo el enlace cienciahistorica.com
      Abrazos

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