¿Quién no ha oído hablar de ellos? Los que entienden dicen que su sonido es inconfundible, distinguiéndolos no solo de otros violines sino que algunos son capaces de reconocer dos Stradivarius entre sí. De los 1.100 instrumentos que construyó Antonio Satradivari (entre violines, violas y violonchelos) hoy en día solo quedan unos 650 ejemplares, algunos tan famosos que llevan nombres propios, como el Stradivarius «Dancla» (1710), el «Parke» (1711) o el «Delfín» (1714). Y es que ningún violín construido por el hombre en tiempo pasado, actual y puede que futuro, puede acercarse a la perfección de un Stradivarius.
¿Quién los construyó?
Como decía antes (y no hay que ser muy sagaz para responder a la pregunta), Stradivari, claro, el luthier más famoso de la historia. Su lugar de nacimiento lo encontramos en la ciudad italiana de Cremona, en 1644. Una ciudad que hasta mediados del siglo XVI gozaba de la fama que le daba su catedral y sus espléndidos palacios, pero que se vería incrementada en los siglos venideros por el genio de su ilustre vecino.

Aunque inicialmente su vocación era la de convertirse en un gran violinista (como tantos otros) pasaría a ser el aprendiz del prestigioso Niccolo Amati, perteneciente a una de las tres familias más reconocidas del mundo en la construcción de violines junto a los Guarnieri y el propio Stradivari. Niccolo era nieto de Andrea Amati, que comenzaría a construirlos en los tiempos de senectud de Miguel Ángel, en pleno Renacimiento, pero la calidad de sus trabajos superaba con creces a los de sus predecesores.
Le describen como un hombre modesto, sencillo y melancólico que solo vivía para su familia y su trabajo. Al principio no haría más que tareas sencillas de reparación aunque sus habilidades no pasarían inadvertidas por su maestro que acabaría por encargarle la fabricación de un violín en su totalidad. Y así lo hizo, un violín que igualaba en calidad al de su maestro Amati.
Con el tiempo, en 1670, aparecerá un letrero en la tienda que decía Antonio Stradivarius Cremonensis Faciebat Anno… ¡Qué darían los coleccionistas y músicos de nuestro tiempo por pasar delante de ese aparador y comprar uno!

En 1683 se instalaría por su cuenta en la Piazza San Domenico de Cremona, en el mismo edificio que su maestro, pero sus violines se distinguían de los de Amati por ser más estrechos y alargados, con un arco y un mástil mejorado. Los violines que construyó entre 1700 y 1725, período en el que solo construía 13 al año, se consideran los más perfectos y mejor valorados. Actualmente el récord mundial de precio de un instrumento musical es de 15,9 millones de dólares, un violín Stradivarius conocido como «Lady Blunt», fabricado en 1721. Aunque el más valioso (que no caro) es el Cuarteto Real, una colección de dos violines, una viola y un violonchelo adquiridos por el rey Carlos III, que pertenece al Patrimonio Nacional y que si se vendieran adquirirían la astronómica cifra de casi 30 millones de dólares. El año pasado se subastó en Sotheby´s la viola «MacDonald» de 1719 perteneciente a la familia de Peter Schidlof, que la compró en 1964. Es llamada así porque en la década de 1820 la adquirió Godfrey Bosville, el tercer barón MacDonald. Pero en la subasta no se encontró a nadie que pagara los 45 millones de dólares que se pedían.
¿Cuál es su secreto?
Todavía nadie sabe cómo construyeron Antonio Stradivari y sus hijos, Omobono y Francesco, sus violines. Sus habilidades técnicas, la calidad de los materiales y el acabado de la superficie son la base de sus creaciones junto a la paciencia necesaria para madurar la madera durante diez años. Los análisis efectuados revelan la ausencia de capas de barniz en la superficie de la plancha superior y el uso de antiguas técnicas artesanales para el teñido de la madera.
Se pensaba que la clave era la fórmula secreta empleada para el barniz: secar las maderas de arce y abeto que lo componen, pero cuando se ha intentado construir uno de la misma manera, no se ha conseguido. Los hay que dicen que usaba la conocida como «sangre de dragón», una sustancia roja gomosa obtenida del fruto de una palmera malaya que Marco Polo trajo del Oriente, pero la forma y cantidad de barniz que aplicaba es un secreto que se perdió tras su muerte. Se cuenta que escribió la fórmula en una página de la Biblia de su familia, siendo destruida posteriormente por uno de sus descendientes para que no cayera en malas manos, pero esto no es más que una de las muchas leyendas que circulan, incluso los estudiosos niegan que realmente exista ningún secreto en el barniz empleado. La teoría más plausible es la del doctor Nagyvary que lo asocia al tratamiento prolongado de remojo de la madera facilitando así la apertura de los poros.
No deja de ser curioso el hecho de que en el período que va de finales del siglo XVII y principios del XVIII se construyeran los mejores violines en cuanto a sonido. Para explicarlo, los científicos Lloyd Burckle y Henri Grissino-Mayer, propusieron que el clima de Europa tuvo mucho que ver en ello. Entre los años 1645 y 1715 se sufrió una «Pequeña Edad de Hielo» (a la que ya dediqué un artículo) que sometió al continente a veranos fríos y largos inviernos gélidos que provocaría que la madera de los árboles creciera lentamente, algo deseable a la hora de elegir la madera en su construcción y que sería la que utilizaron.
Stradivari firmó su último violín a los noventa y dos años (un año antes de morir) aunque a partir de 1730 siguieron firmándose como Sotto la Desciplina d´Antonio Stradivari F. in Cremona, siendo probablemente sus hijos los que los fabricaran.
Científicos de la Universidad de Minnesota utilizaron las últimas tecnologías de TAC para estudiar mediante imágenes un violín Stradivarius original de 1704 que se encuentra en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Con los datos obtenidos se realizaron tres réplicas casi exactas pero no consiguieron la perfección del original.
A diferencia de otros genios, Stradivarius gozó de fama mundial en vida y sus violines, alcanzarían ese reconocimiento eterno, unos instrumentos que aúnan fuerza, poder, dulzura y expresión, cualidades que muy pocos alcanzan, siendo cada ejemplar único.
Un video:
Para saber más:
Lista de instrumentos Stradivarius
Imagen del cuarteto de instrumentos Stradivarius del Smithsonian Museum of American History (Washington D. C.)
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