En el primer libro de la «Política» de Aristóteles el sabio cuenta la historia de cómo se hizo rico Tales de Mileto…
La gente que le conocía no dejaba de decirle con sarcasmo: ¿si eres tan sabio por qué no te enriqueces, por qué no prosperas en lugar de ser un fracasado? Cansado de soportar las habladurías y gracias a sus conocimientos en astronomía y botánica, pronosticó durante el invierno que la cosecha de aceitunas sería excepcional ese año, reunió el dinero que pudo y lo entregó como depósito para arrendar la totalidad de prensas de aceite de Mileto y Quíos con la intención de monopolizar el sector del prensado ante el previsible aumento de demanda de aceitunas. No se equivocó, ese año fue excepcional y se convertiría en millonario.
El origen del cultivo del olivo y el uso del aceite de olivas es antiquísimo a la vez que incierto. Los monumentos prehistóricos que Fouqué desenterró en Santorín (la antigua isla de Thera) mostraron los vestigios de una prensa de aceite, y en la edad de Cobre (4.000 a. C.), en Oriente Próximo, el fruto del olivo ya se utilizaba en la alimentación. Homero en sus poemas habla del aceite de olivas como de un producto raro, caro, que solo los ricos podían comprar, y en Babilonia, al médico se le conocía como «asu», que se traduciría como «conocedor de los aceites», justificando el uso terapéutico que ya hacían con él.

Localizamos el primer cultivo del aceite en una región entre Palestina, Creta y Egipto, encontrando muestra de ello en el huerto del Getsemaní, donde Jesucristo rezó al Dios Padre, donde aún en nuestros días se pueden ver olivos centenarios. Egipto en el año 2000 a. C. comenzó a importarlo desde Creta, una de sus decisiones comerciales más importantes, sin lugar a dudas.
Griegos y romanos usaban el aceite de oliva para friccionar el cuerpo después del baño pensando que conservaba la salud de la piel y fortalecía el espíritu. Tampoco faltaba en las ceremonias, como combustible para alimentar las lámparas de aceite e incluso se empleó para conservar más tiempo las ropas al sumergir estas en recipientes que contenían aceite y miel. Durante el Imperio romano, el cultivo del olivo estaba más desarrollado en el norte de África y el sur de Hispania, encontrando buena muestra de su uso en la alimentación con los manuales escritos de Catón (De Agri Cultura).
A partir del siglo V comenzará a desaparecer el control estatal sobre el aceite siendo las órdenes religiosas las que tendrán la mayor parte de los olivares en cultivo. Durante la Edad Media será un bien tan escaso que incluso se consideraba dinero en efectivo, un lujo solo al alcance de las clases altas y de los clérigos, quienes sazonaban sus comidas con el aceite que cada día se distribuía entre los monjes de los monasterios. Su uso pasará mayormente a ser el de su uso litúrgico siendo consagrado el aceite el Jueves Santo y después distribuido a las iglesias de las diócesis. La epidemia de peste negra que asoló y diezmó la población europea, junto al cambio climático, provocaría cambios en la gestión agrícola difundiéndose el cultivo del olivo en zonas más templadas del área mediterránea, depurándose con el tiempo las tecnologías de su extracción.
Se ha utilizado como laxante; en gargarismos para calmar inflamaciones de garganta y tratar la ronquera; contra toda clase de quemaduras, si se administra frío; para aliviar dolores reumáticos, si se administra en repetidas fricciones y ligeramente caliente… En fin, sus propiedades médicas han sido múltiples aunque en los últimos años el aceite de oliva ha sido motivo de múltiples estudios e investigaciones que parecen confirmar que sus grasas monoinsaturadas y el ácido oleico que contiene reducen el riesgo de enfermedad coronaria, pero cuidado, hay que distinguir este tipo de otros adulterados que no tienen estos beneficios y para ello se deberá agitar y después dejarlo reposar, si su superficie es lisa y sin espuma o burbujas, es que es puro, sin mezclas.
Para saber más:
Beneficios del aceite de oliva en la salud
Links imágenes:
Y que ricas están las verduras y ensaladas con el oro líquido!!!!! Vaya con Tales de Mileto….. buena jugarreta. Y sí,el aceite para friciones en el cuerpo es bueno…. no te rías, pero desearía que una buena masajista me impregnara mi cuerpo y luego una buena sesión de masaje!!!!
Buenos días…
Hola Rosa,
¡y a quién no le gustaría! Imagino que Mileto acabó harto de tanta ironía por parte de sus coetáneos y al final decidió, genialmente, todo hay que decirlo, callarles la boca. ¡Ja, ja, ja! Otra cosa es pensar si fue ética su actuación, hoy en día sería más que discutida su acción, ¿no crees?
Abrazos
Excelente artículo, como todos los tuyos, Francisco Javier.
Los orígenes del cultivo y obtención de aceite en nuestra península, perece que se la debemos a los griegos, que se lo enseñaron a los habitantes de la Bética, en la época de la legendaria Tartesos, a la que venían en busca de oro, plata y sobre todo estaño, metal imprescindible y muy escaso para fabricar el bronce.
En cuanto a sus propiedades medicinales, doy fe de ellas: padezco de estreñimento crónico (me viene de familia), y lo que mejor me lo alivia es el aceite de oliva crudo tomado en ayunas.
También te diré que hace ya muchos años, específicamente en la provincia de Jaen, existía el mercado de los olivos: Brevemente te diré que consistía en que comprabas olivos, cuyo precio dependía de como viniera la cosecha de cada año. Cuando se recogía la aceituna y se obtenía el aceite, cobrabas la parte proporcional del aceite producido por tus olivos, al precio que se cotizase el aceite ese año, descontados los gastos. El secreto estaba, como con las acciones de cualquier empresa, en comprar olivos cuando estaban baratos y venderlos cuando se cotizaban caros.
Yo jugué durante los años que estuve destinado en Andalucía. ¡Desgraciadamente no tengo ni la sabiduría ni los conocimientos de Tales de Mileto, y no me hice rico!.
Gracias como siempre, amigo mío, y que tengas un buen día.
Gracias por tu aportación a este fantástico blog que conduce Francisco. En cuanto a tu estreñimiento crónico, siguiendo las lecciones del Dr.Angel Gracia en su libro «La Dieta del Delfín», te aconsejaría agua de mar isotónica (2 partes de agua de mar, por 5 de agua dulce). Además de cargarte con todos los minerales que contiene la tabla periódica, te solucionará tu problema.
Hola Alfredo,
gracias por tu comentario y bienvenido a este espacio del blog.
Saludos
Hola Luis,
si hay algo de lo que podemos estar orgullosos en este país es del Sol que tenemos y del gran aceite que producimos. Muy interesante lo que dices, solo añadiría que este primitivo cultivo en España se incrementaría en especial en el valle del Guadalquivir durante los ocho siglos de civilización hispano-árabe.
Por cierto, lástima que no te saliera bien el negocio, hoy me pasaron un Wathsapp que no puedo dejar de compartirlo y que viene relacionado con el hecho de hacerse rico:
«quería avisaros antes de que os llegue por otra vía que puede que mi nombre salga en los papeles de Panamá, porque mis ingresos dan pa ir tirando y pa na má». 😉
Un abrazo
P.D. Siento el Watts, ya sabes que no puede evitarlo.
franciscojaviertostado: muy buen artículo acerca de esta oleaginosa milenaria, ha pasado el tiempo y, su uso no ha perdido vigencia en el arte culinario, entre otros: gracias por compartirlo, saludos afectuosos.
Hola Alejandro,
tengo previsto publicar algún artículo más relacionado con esos alimentos que usamos día sí y día también. En algunos casos puede que más de uno se sorprenda de su historia y de los usos que se han hecho de ellos.
Saludos
Reblogueó esto en maragomezcejas.
Aristóteles, inspiración de Tales de Mileto. Hablar de adquisición de bienes es hablar del camino para obtenerlos. Sólo la meticulosidad de Aristóteles pudo poner orden a los conceptos expuestos en su libro «La Política». Es necesaria la curiosidad para buscar las respuestas a los enigmas de los filósofos, eso, si se quiere llegar al fondo de las cosas. La preocupación por los cambios de la naturaleza lo convirtió en el primer biológo de Europa. El despertar de los sentidos no se hacía esperar con Aristóteles, quien se postró de rodillas en la tierra para estudiar peces y ranas, amapolas y anémonas. ¡ Cómo usaba sus sentidos Aristóteles ! Puros apuntes para lecciones futuras, sus escritos. Tales de MIleto supo aprovechar sus enseñanzas. Con ese poner orden en los conceptos al fundar la Lógica, ciencia que le permitió tener mejor visión de los seres humanos y de la sociedad. Nada de ideas innatas, ni de formas inmutables como sostenía Platón, sino cualidades específicas que conforman una misma especie. Gracias, FJ, por dar a conocer cómo el olivo hace ricos a quienes se lo proponen. Un abrazo, fluido.
Hola marimbeta,
Cicerón decía que ningún hombre debería tratar de obtener beneficio a costa de la ignorancia de los demás. Que el mismísimo Aristóteles contara esa anécdota da pie a pensar lo mucho que debió impactar la genialidad de Tales de Mileto. Podríamos pensar que especuló, que se aprovechó de ese saber, pero, ¿quién puede reprocharle nada de lo que hizo? Yo no, seguro.
Abrazo oleoso, rico, rico en ácido oléico. 😉
me encanta que le hayas dedicado uno de tus posts a este tema, el olivo … el aceite de oliva. Su grandeza que poco predicada está. Su utilidad, su necesidad, su uso, su labor, el precioso y a veces misterioso aspecto de esos arboles tan y tan vistos y que tan poco conocen los más jóvenes.
Un abrazo, amigo efejota … y gracias
Hola Enrique,
como le decía a Alejandro unos comentarios más arriba, tengo previsto rendir homenaje «histórico» a otros muchos alimentos. No sé, puede que al tomate, a la sal, o vete tu a saber. Por lo menos, con estos ingredientes, haríamos una rica ensalada y que nos «quiten lo bailao».
Abrazos
Francisco Javier, te agradezco sobretodo el último consejo, porque yo uso el aceite de oliva para todo en la cocina. No uso otro. Considero que es riquísimo y que añade un sabor exquisito a las comidas, a las viandas y al bacalao. Ya me dio hambre. Ah, y para el pelo es una maravilla.
Hola melbag,
haces bien, te cuidas la salud y seguro que preparas unas comidas ricas, ricas. Ya me está llegando el olor de ese manjar…. ¡Hummm!
Abrazos y como diríamos aquí «bon profit» 😉
Mira, que ya le di la batida al aceite y resultó bueno. Gracias por el consejo. Y si vienes a San Antonio, Tejas algún día, te invito a comer.
… me lo apunto ¡je, je, je!
Claro que sí!
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