Seguro que todos hemos visto en alguna ocasión algún documental sobre la adaptación del ser humano en el entorno hostil que le ha tocado vivir o cómo el protagonista del mismo se las ingenia para sobrevivir en situaciones extremas ya sea comiendo reptiles, gusanos, plantas o recogiendo la propia orina (siempre he pensado que el que peor lo debía pasar era el cámara que le grababa). Pues de esta última voy a hablar, ya que, lejos de pensar que el cuerpo la elimina porque no sirve para nada, se ha reutilizado durante siglos para los más diversos fines, incluso como fuente de energía y hasta para hacer… ¡bombas!
Se conocen más de 200 compuestos en la orina (probablemente se irán descubriendo muchos más): inorgánicos como sal, potasio, calcio, sodio, ácido sulfúrico; orgánicos como la urea, el ácido úrico, albúmina, proteínas; hidratos de carbono, vitaminas e incluso hormonas. Todos ellos reutilizables para multitud de usos, algunos sorprendentes.
El texto más antiguo que se conoce sobre sus aplicaciones se encuentra en el Veda Hindú llamado Shivambu kalpa, donde le dedican 107 capítulos. Hace ya un tiempo, mi amigo Jesús G. Barcala dedicaba un artículo en su blog sobre su uso en la antigua Roma, y es que caminando entre las calles de cualquier ciudad romana podíamos encontrarnos con unos recipientes a la entrada de las lavanderías en los que los transeúntes podían hacer sus urgencias miccionales. De esta manera, aliviaban sus vejigas a la vez que contribuían con la sociedad. Cuando estas vasijas se llenaban, las recogían, dejando reposar la orina durante unos días en una estancia posterior. Así, el proceso de descomposición convertía la urea en amoníaco, una sustancia utilizada incluso en la actualidad en muchos productos de limpieza. El líquido obtenido se mezclaba con agua, vertiéndola sobre la ropa sucia mientras un trabajador la pisaba enérgicamente como si se de una lavadora se tratara. Y es que no solo quitaba las manchas sino que hacía los colores más brillantes y resultaba perfecta para ablandar y curtir pieles de animales. También los textos clásicos describen escandalizados cómo las tribus bárbaras del norte de Hispania se enjuagaban la boca con sus propios orines para blanquear los dientes (los que lo prueban dicen que funciona).
Queda aún otro uso sorprendente, a la vez que importante: la obtención de fármacos. Entre ellos encontramos una hormona, la gonadotropina coriónica humana (HCG), que se encuentra elevada en la orina de las mujeres menopáusicas y que se utiliza para elaborar medicamentos en tratamientos de fertilidad tanto para hombres como para mujeres. Ya podéis imaginaros que al igual que los romanos, los laboratorios en la actualidad, la obtienen de estas mujeres que altruistamente (o quizás no tanto) donan su pipís a la ciencia. Y como que ésta avanza a marchas forzadas se ha encontrado otra utilidad: la obtención de células madre de la orina reprogramándolas en neuronas o dientes humanos.
Así pues, en vuestra próxima micción, ser conscientes de esa «riqueza» que se desperdiciará con ella.
Por si hay algún «avaricioso»… tampoco hace falta que os aguantéis las ganas de hacer pipí, recordar que cada 4-5 horas hay que vaciar la vejiga, vuestra salud os lo agradecerá en el futuro, y no os preocupéis, los riñones seguirán generando más.
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No existe placer más grande que dar una buena orinada. Lástima que muchos no sepamos que botamos oro…. ¡Que rico se siente después, es como soltar lastre! Gracias, FJ, desconocía tanta utilidad de este precioso líquido, no sé porqué lo derramamos. Un abrazo, con terapia.
Hola Marimbeta,
la orina siempre ha estado presente en los diagnósticos de muchas enfermedades desde tiempos inmemoriables, y si no que se lo digan a los hipocráticos, médicos «comedores de excrementos» (como les nombraban satíricamente en la antigua Grecia) que probaban todas las secreciones del cuerpo para diagnosticar el mal que aquejaba al enfermo. Hoy, sigue utilizándose en la anamnesis y exploración médica, una ventana de la salud de nuestro cuerpo.
Abrazos incontinentes
Tenía conocimiento de los que en momentos de necesidad se la bebieron, pero desconocía los usos terapéuticos y veo que son múltiples. Visto así, sí que es un verdadero oro. Buena semana.
Hola elcorazondelmar,
… aunque donde esté un buen lingote de oro que se aparte todo lo demás ¡Ja, ja, ja!
Saludos
Bebe el agua de tu cisterna, Y los raudales de tu pozo….o Bebe agua de tu cisterna y agua fresca de tu pozo. ¿Se derramarán por fuera tus manantiales, tus arroyos de aguas por las calles?…:)
Hola ninfa,
me dejaste realmente pensativo… ¡Ja, ja, ja!
Saludos y gracias por animarte a comentar.
Me sigue sorprendiendo (gratamente) la historia que nos muestras sobre temas de lo mas comunes. Fenomenal !!
Saludos
Hola lo mejor está al caer,
pues espero poder seguir sorprendiéndote durante muuuucho tiempo.
Saludos también para ti
Yo también lo espero, gracias
Si se vendiera, me haría millonaria… Jajajaja!!! La verdad que este artículo estuvo bien interesante. Qué cosas, quién diría. No voy a decir de esta orina no beberé, pues he aprendido a fuerza que nunca se debe decir nunca. Pero eso de tomarme la orina o lavarme la boca o lavar mis trapitos con ella… Bueeeeenoooo!!! Ja! Un abrazo.
Hola melbag,
en el fondo todos tenemos un tesoro en nuestro interior ¡Ja, ja, ja!
Abrazos
Cuando he leído tu post me he acordado de cuando le comenté a mi abuela que tenía grietas en las manos. Pensaba que me daría dinero para comprar una buena crema noruega en la farmacia, pero no, me dijo: «meaté en las manos». No lo hice, me daba mucho asco, pero bueno, ahora he leído algunos artículos sobre la uroterapia que la consideran buena para tratar el acné, la psoriasis o las infecciones fúngicas.
Mi abuela era de las de aplicar directamente en la piel la orina pero otros recomiendan beberla e incluso utilizarla en gotas oculares. Yo no sé si mi abuela se meo alguna vez las manos, seguro que sí, pero yo de momento sigo con mi Nivea que me va muy bien.
Y esto me lleva a eso otro de las cremas realizadas con placentas. Pero eso ya otro día.
Un saludo!!
Hola Oihane,
sabia tu abuela, aunque entiendo que no le hicieras caso ¡Ja, ja, ja! Lo de la placenta… mientras sea solo para hacerse cremas porque los hay que se la comen hoy en día.
Saludos