
A principios del siglo XIV se inicia en el Estudio General de Lérida la enseñanza de la Medicina y cien años después se inaugura la Universidad de Barcelona. La obstetricia poco a poco será practicada por los médicos-cirujanos del siglo XVII y XVIII, entre los que destacan los doctores Antoni Gimbernat y Pere Virgili, y en el año 1765 el Real Colegio de Cirugía incorporará la Facultad de Medicina hasta que se traslade al Hospital Clínic de Barcelona en 1907.
Es con la transición al siglo XX que la obstetricia comenzará a convertirse en especialidad propiamente dicha con nombres tan ilustres como el Dr. Joaquim Bonet i Amigó. En lo que respecta a la ginecología, debemos hacer mención del Dr. Miquel Arcàngel Fargas, quien obtendrá la cátedra de Ginecología de la Facultad de Medicina del Hospital Clínic tras su traslado a la calle Casanova y es de él de quien hablaré hoy aquí.
Dr. Miquel Arcàngel Fargas
Será en la vieja Sala de Santa Isabel del Hospital de la Santa Creu de Barcelona donde impartirá sus novedosas clases. No se trataban de teóricas lecciones magistrales sino que su método podríamos considerarlo como modelo al que aspiramos en pleno siglo XXI. Serán sus propios alumnos los que se referirán a ellas como «Escuela de Salerno» recordando al prestigioso centro del saber del Medievo. En esencia, consistía en impartir clases con el paciente delante y así llegar a un diagnóstico y conseguir el tratamiento más adecuado.
El Dr. Fargas se rodeó de un equipo con el que comenzaría a realizar con éxito intervenciones que hasta entonces resultaban ser mortales. Desde su clínica en la actual calle Consell de Cent, concretamente en el número 333, y con la aplicación del cloroformo aplicado con una mascarilla por su anestesista, cuidaría al máximo la higiene y la antisepsia, algo inaudito hasta entonces.
En 1880, recién finalizados los estudios de Medicina, se haría eco de un breve artículo publicado trece años antes en The Lancet. Dicho artículo sería ignorado por la práctica totalidad de la comunidad científica, pero lo cierto es que cambiaría la cirugía para siempre. Su autor, el cirujano inglés Joseph Lister, promovía la adopción de medidas antisépticas para evitar las terribles infecciones que en muchos casos eran motivo de la muerte de los pacientes. Aunque pueda parecernos difícil de entender hoy que se tardaran tantos siglos en adoptar estas simples medidas el tiempo le daría la razón al disminuir la mortalidad de manera más que significativa.

Días antes de cada cirugía el Dr. Fargas limpiaba con alcohol y una solución de formol tanto los suelos como las paredes de la habitación donde se iba a proceder a operar, así como cuidaba de hervir el instrumental quirúrgico a utilizar y limpiar el material que entraría en contacto con las heridas. Está claro que esto no era suficiente para eliminar el riesgo de infección ya que ni se ponían mascarillas, ni utilizaban guantes ni ropa esterilizada, pero estas simples medidas conseguían unas tasas de éxito que nunca antes se lograron.
Practicaría las primeras histerectomías y ovariectomías con éxito, y tanto su más que justamente reconocida obra Tratado de Ginecología (1903) como su ingente labor de divulgación y docencia por todo el mundo, haría que muchos consideren al Dr. Fargas como el primer cirujano ginecológico en nuestro país.
No quiero acabar sin mencionar también a los doctores Recasens, Nubiola, Cònill, Usandizaga y Dexeus, todos ellos médicos ilustres y grandes profesores cuya intuición, experiencia y su bien hacer harían avanzar la obstetricia y ginecología hasta nuestros días.
Links fotos:
Museu d´Historia de la Medicina de Catalunya
Para saber más:
Medicina i arquitectura Barcelona-Clínicas Con imágenes de la clínica del Dr.. Fargas en la calle de Consell de Cent.
Información basada en el libro Obstetres i ginecòlegs a Catalunya. Un recull historic. Homenatge al Dr. Miquel Arcàngel Fargas, de los doctores Miquel Bruguera, Josep Mª Lailla y Alfons Zarzoso. Ed. Permanyer (2016)
Qué interesante!, gracias por compartirlo.
Un abrazo
Hola Anita,
aunque hoy tocaba un tema muy específico de la Historia y en concreto de la medicina, creo que es igual de apasionante que cualquier otro. La labor de estos pioneros de la ginecología hizo avanzar la cirugía con pasos de gigante. Me alegra saber que te gustó.
Un saludo y gracias a ti.
La historia me parece realmente interesante ya que nos hace ver de donde venimos, siempre algún valiente se ha atrevido a dar un paso hacia adelante y nos ha llevado a todos al progreso.
Un saludo.
Reblogueó esto en El Día a Diario.
Pequeños cambios para un gran salto en la humanidad. Ahora es impensable no tener medidas higienicas.
Un abrazo Francisco
p.d. muy buena tu entrevista en el blog de Ciencia e Historia
Hola Cristina,
imagínate, operar sin guantes, fumando en quirófano, de ropa de calle… y si te fijas en la foto de arriba, detrás, en el fondo, dos mujeres mirando como si estuvieran de paso. Por suerte, en algunas cosas hemos avanzado.
Un abrazo y muchas gracias, lo cierto es que no tiene tanto mérito el entrevistado como el entrevistador. 😉
Muy buen artículo. Fielmente documentado en su investigación.
Al Dr. Recasens, acudía mi madre en sus embarazos y el último de los 6 partos.
Además le practicó dos legrados post aborto y un parto a las 36 semanas, por fallecimiento intrauterino.
Hola Maria Dolores,
que se le recuerde como profesor y como médico dice mucho de él como profesional y como persona.
Un saludo y me alegra que dejaras tu comentario, de verdad.
Estaba escrito, desde que la serpiente la engañó haciéndola comer del fruto del árbol prohibido; ella compartió con su hombre y, surgieron serios dolores al dar a luz. He allí el origen del parto con dolor, del sometimiento al hombre, de ganarse el pan con el sudor de la frente. Desde entonces la manera de dar a luz cambió las formas y el método. Con la práctica, se transformó en obstetricia y ginecología. Y, La tierra fue maldita por desobediencia de ambos. Comiendo del fruto prohibido. Gracias, FJ, por traer estos avances médicos de quienes extraen criaturas de las entrañas y cuidan aposentos de creación de vida. Abrazos, limpios.
Hola marimbeta,
Churchill dijo en una ocasión que «cuanto más lejos miremos hacia atrás, más lejos podremos mirar hacia delante». En el caso de mi especialidad como en cualquier otro ámbito de la vida, así es.
Abrazos asépticos 😉
¡Qué maravilla! Cuántas vidas de mujeres parturientas se salvan ahora gracias a ustedes los ginecólogos y obstetras. Además de la cantidad de enfermedades que padecemos las mujeres en nuestros órganos reproductivos. Gracias por ser uno de ellos, Francisco Javier. Un abrazo.
Hola melbag,
siempre hay resultados no deseados, somos humanos, pero… ¡cuánto hemos avanzado en este sentido y cuánto queda por hacer!
Abrazos
Yo veo que se ha avanzado mucho, claro que hay mucho por hacer, como en todo. Pero yo tuve una tía que murió de parto, mi abuela murió de cáncer uterino, ambas muy jóvenes. Las mujeres que morían de parto antes de estos avances era hasta tema de telenovelas y programas de televisión. Las cosas han cambiado mucho, gracias a hombres como tú que se dedican a este amoroso arte de salvar la vida de la mujer para que puedan criar a sus hijos y recibir a los niños a salvo. Gracias por ello.
😉 Se agradece tus palabras y más en los tiempos que corren…
🙂
Francisco, las dos mujeres del fondo de la fotografía serían enfermeras? estudiantes? Interesante artículo, un saludo cariñoso desde Argentina.
Hola bellaespiritu,
estudiantes seguro que no, enfermeras… no sé, pero la que está cerca del paciente inspira de todo menos confianza, ¿no crees? 😉
Otro gran abrazo para ti
Hermosa tu profesión, y maravillosa tu especialidad. Que tu ruta esté llena de bienaventuranza.
Un abrazo fuerte..
Hola Stella,
imagino que es como todo, depende de los ojos con la que se mire. Lo cierto es que innegable la influencia que ha tenido, sigue teniendo y tendrá en el futuro para la sociedad en general y las personas en particular. Queda mucho camino por recorrer pero avanza, eso es innegable.
Abrazos
Reblogueó esto en Ramrock's Blog.