Tiempo atrás hablamos del Ara Pacis Augustae, el altar-monumento dedicado a la diosa romana Pax en el que se celebran las victorias del emperador Augusto en Hispania y la Galia, así como a la paz impuesta posteriormente. En el exterior del edificio, en la calle, hay una inscripción que se titula Res Gestae Divi Augusti y que traducida vendría a decir «De las cosas hechas por el Divino Augusto», en la que pocos se fijan a pesar de que es larga, pero que muy larga, de hecho, ocupa toda la pared y, aunque escrita en latín, bien vale que nos detengamos para entender qué dice.
César Augusto murió el 19 de agosto del 14 d. C., tras más de cuatro décadas gobernando y a punto de celebrar 74 años. Instauró la monarquía que gobernaría Roma durante los siglos posteriores a pesar de que su linaje familiar terminaría con Nerón, pero los siguientes emperadores adoptarían el titulo de César y Augusto.
Tras su muerte se dieron a conocer tres documentos testamentarios y este es una copia de uno de ellos. Según su propia voluntad daría orden al Senado para que se grabara en un par de pilares de bronce a la entrada del Mausoleo que se hizo construir en la ciudad de Roma. Han llegado a nuestros días copias fragmentadas en Antioquía, Apolonia y en la actual Ankara (Ancyra), esta última la mejor conservada grabada en latín y griego.
Deberíamos considerarlo más como un escrito de propaganda que legitimaría sus logros. Augusto se presenta a sí mismo como el restaurador de la República romana, algo que no deja de sorprender porque con el paso de los años, cuanto más instaurada estaba su monarquía, más se esforzaba en mostrar que era un regreso a tiempos pasados, una vuelta a las antiguas costumbres y no algo nuevo.
Su sucesor, el emperador Tiberio, mandaría realizar numerosas copias que se distribuirían a los templos de Roma y Augusto de todas las provincias. Probablemente, el emperador Augusto las reescribiría a lo largo de los años, y el texto definitivo lo redactaría en primera persona en el 13 d. C. dejándolo junto a su testamento.
Es un relato de su vida y sus logros a lo largo de 35 párrafos agrupados en secciones que no siguen ningún orden cronológico y en los que se entremezclan los hechos.
Lo que dice…
Se podrían distinguir cuatro partes: en la primera, habla de su carrera política además de los honores ostentados; en la segunda, menciona las donaciones que hizo al pueblo y los gastos que realizó de su propia fortuna para celebrar espectáculos y construir infraestructuras. Será en el apéndice final del texto donde podemos ver la cantidad a la que ascendía, unos 600 millones de denarios (unos 3990 millones de euros de nuestros tiempos), cifra que en realidad se queda corta; en la tercera parte, describe sus victorias militares; en la cuarta y última, recuerda algunos de los honores que se le concedieron en vida no solo por el senado y el ejército, sino también por el pueblo.
No hay lugar a dudas de que Augusto quiso dejar por escrito cómo debía ser un emperador, un testamento para los que le sucedieran en su cargo, y lo más importante, un consejo:
«Sé generoso con el pueblo y sobre todo compórtate como un conquistador».
Para saber más:
Fotos ampliadas de la inscripción I – II – III– IV – V – VI – VII
Traducción del Res Gestae Divi Augusti
Responder a marimbeta2614 Cancelar la respuesta