Vercingétorix para los franceses, Julio Civilis para los holandeses, la reina Boudica para los británicos y Viriato para los españoles, todos ellos vencieron a los romanos y representaron una seria amenaza para Roma hasta que finalmente sucumbieron, bueno, Viriato tiene el honor de ser el único que nunca fue vencido. Pero hoy no hablaré de ninguno de ellos, sino de Arminio, un bárbaro que acaudilló una revuelta en Germania que evitaría la invasión romana.
Arminio (Hermann o “guerrero”) nació el año 16 o 17 a. C. y siendo niño fue moneda de trueque entre su padre, un jefe querusco, y Roma. Educado y entrenado como militar, con tan solo 20 años sirvió al imperio al mando de un destacamento de queruscos como fuerza auxiliar y luchó en las guerras panonianas en la península balcánica, obteniendo la ciudadanía romana y el estatus social ecuestre. Tras el fin de las Guerras Cántabras en Hispania, el emperador Augusto decidió ampliar su territorio más allá del cauce fluvial del Rin, una difícil empresa por la resistencia que ofrecían las tribus que allí vivían. Los germanos eran considerados unos bárbaros muy temidos tanto por su carácter guerrero, feroz e indomable, como por su aspecto físico, corpulentos, con largas cabelleras rubias y ojos azules.
Fue entonces que Octavio Augusto cometió dos desafortunados errores de los que acabó arrepintiéndose. El primero, pensar en el valiente y servidor Arminio para liderar las tropas, al ser conocedor de las tribus bárbaras y de la orografía de la zona, el segundo, enviar al engreído general Publio Quintilio Varo, yerno de Agripa, a quien le precedía una fama de mal gestor como propretor en Siria, para dirigir las tres legiones (la Legion XVII, la XVIII y la XIX), seis cohortes auxiliares y tres alas de caballería.
Arminio era un convencido y fiel soldado romano pero al llegar a Germania y ver con sus propios ojos las injusticias y sufrimiento de su pueblo todo cambiaría para él. Visto al principio con recelo por los suyos acabaría convenciéndolos de su lealtad, iniciando la sublevación los queruscos junto a marsios, bructerios y chattis. Tuvo la habilidad de ganarse la confianza y engañar a Varo sin levantar sospechas, y encontró su oportunidad en septiembre del año 9 d. C. en la conocida batalla del bosque de Teutoburgo. Engatusó a Varo con el pretexto de una inexistente rebelión en esa zona, un terreno abrupto y cubierto de un denso bosque. Durante tres días fustigaron al ejército aniquilándolo por completo, sin prisioneros, y según cuentan, murieron más de 20 000 legionarios. Varo resultó herido, suicidándose antes de caer prisionero, y su cabeza sería enviada al emperador. Los hay que se atreven a poner nombre a uno de los pocos romanos que consiguió escapar de la masacre para explicar lo sucedido, Casio Querea, quien, años después, ya como tribuno militar de la Guardia Pretoriana, participaría en la trama para asesinar a Calígula.
Esta derrota afectó sobremanera al emperador Octavio Augusto, quien en sueños gritaba aquello de “¡Varo, devuélveme mis legiones!”. Su reacción no se hizo esperar y destituyó a todo aquél galo o germano con poder dentro de las provincias, enviando a su sobrino Germánico al mando de ocho legiones para recuperar las Águilas perdidas. No fue una misión fácil. Arminio, consciente de que a campo abierto el ejército romano era invencible, decidió practicar una guerra de guerrillas. En los años posteriores intentó unir definitivamente a las tribus germanas pero las rivalidades entre ellos impediría conseguirlo. Tras varias victorias de poca relevancia, Germánico cumpliría su misión y en el año 21 d. C., con 37 años, Arminio será asesinado por sus propios hombres, traicionado.
Este desastre sin precedentes estremecería a la Ciudad Eterna durante siglos y nunca más ninguna legión volvería a llevar los números XVII, XVIII y XIX. La osada acción de Arminio evitaría el fin de la expansión del imperio por el norte de Europa, y más tarde esos mismos bárbaros acabarían arrinconando al Imperio romano.
Links fotos:
Responder a franciscojaviertostado Cancelar la respuesta