La leyenda popular cuenta que el autor de la Eneida, el poeta romano Publio Virgilio Marón, tenía como mascota a una mosca. Tanto la llegó a querer que cariñosamente se refería a ella como «Mosca» y cuando esta falleció, ya entrada en años y de una penosa enfermedad, le organizó un sonoro funeral.
Sí, sí, un funeral
Si ya sorprende el hecho de dedicar un velatorio a una mosca, más sorprende conocer los detalles del mismo. Según cuentan, mandó traer 50 músicos, plañideras, se sirvieron los mejores vinos y las comidas más exquisitas tras el sepelio, en el que él mismo envolvió su cadáver en un sudario, depositando el cadáver en un mausoleo construido en sus propias tierras para dicho fin, con una lápida y su correspondiente epitafio:
MVSCA. Sit tibi vrna levis et molliter ossa quiescant
(Mosca. Séate leve esta urna y descansen en ella tus huesos)
El encargado de pronunciar la laudatio funebris sería su amigo y protector Cayo Mecenas (de aquí proviene el término «mecenas» aplicado a los que protegen y apoyan las artes) y el dispendio del funeral llegó a la desorbitada cifra de 800 000 sestercios (unos 120 000 euros de nuestros tiempos), que para una mosca no está nada mal.
¿Y por qué?
Pero esta locura tiene una explicación, aunque debió de pasar un año para hacerse pública la verdadera razón de ello:
Tras el asesinato de Julio César se selló la alianza entre Lépido, Marco Antonio y Octaviano, en lo que sería el Segundo Triunvirato en la República romana. Virgilio, que estaba bien relacionado con las altas esferas del gobierno, tuvo acceso a una información que le afectaría sobremanera, bien, para ser más exactos afectaría a su patrimonio personal. El Triunvirato pretendía promulgar un decreto por el que se expropiarían las tierras de los terratenientes y así repartirlas entre los soldados, quedando exentos los terrenos en los que hubiera tumbas al considerarse tierras sagradas, eso sí, sin especificar el tipo de difunto.
El poeta
Pero la figura de Virgilio no sería recordada por esta anécdota, sino por su obra. Autor de la influyente Eneida, en la que narra las peripecias del troyano Eneas tras fugarse de Troya, vinculando así su cultura con la tradición griega, también escribiría las Bucólicas y las Geórgicas.
La Eneida se convertiría en texto fundamental de la educación romana y la influencia de Virgilio se extendería a los poetas que le siguieron, inspirando leyendas que lo asociarían a la magia y la profecía.
A los 49 años de edad fallecería en Brindisi, el año 19 a. C., y según cuentan fue transportado y enterrado en Nápoles, a los pies de la colina de Posillipo, detrás de la iglesia de Santa María di Piedigrotta en Mergellina, en una estructura conocida como «tumba de Virgilio» en la entrada de un antiguo túnel romano. El lugar se convertiría en destino de peregrinación en la Edad Media al asociarse con poderes milagrosos.
Instantes antes de morir, Virgilio, de quien era muy amigo de Octavio Augusto, le dio instrucciones al futuro emperador para que fuera quemada su obra al considerarla poco más que un boceto. Por suerte para todos, Augusto hizo caso omiso de sus palabras.
Siglos después de su muerte, en la Divina Comedia de Dante aparecería Virgilio como su guía a través del Infierno y del Purgatorio. Y es que, el poeta, lejos de la leyenda del entierro de su mosca, fue y será recordado como el gran Virgilio.
«A cada cual le vence su pasión» (Virgilio)
Link imagen:
Como siempre interesante. Un saludo!
Hola guiomar52,
siempre agradecido de que sigas los artículos del blog y comentes.
Saludos
FJ, ¿conoces esta web https://revistadehistoria.es/ ? Supongo que de sobra pero es muy interesante ¿no?
Hola astolgus,
sí, en mi búsqueda por las redes son varias las webs interesantes de historia que encontré y esta es una de ellas.
Un saludo