Disfrutad y bebed, que así acabaréis ¿Cómo curar la resaca?

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A día de hoy se conocen pocos métodos que realmente sean efectivos para prevenirla o curarla, puede que el más eficaz sea el de no beber, pero claro, para algunos esto puede resultar ser algo muy difícil de hacer. Y como todos sabemos, tampoco es algo nuevo, sino que ya se sufría hace miles de años…

A lo largo de la historia

En el antiguo Egipto, entre vinos y cervezas se producían hasta 41 variedades de ambos alcoholes, y encontramos en un papiro de 2800 a. C. el primer accidente provocado por un estado de embriaguez con el arresto de ese conductor de carros que borracho chocó contra una estatua de la diosa Athor, el castigo: colgarlo de la puerta de la taberna donde compró la cerveza hasta que los animales carroñeros acabaran con su vida. Durante las fiestas, más de un abstemio intentaba disuadir del consumo de alcohol mostrando la estatua de una momia diciendo: «Disfrutad y bebed mucho, que así acabaréis», probablemente sin mucho éxito en su consejo.

Griegos y romanos se entregaban sin límites a la bebida, y es que era algo que estaba bien visto como decía el sabio Sócrates: «El alcohol hidrata y suaviza el alma, adormece las preocupaciones y revive nuestras alegrías». Los romanos se entregaban a él incluso antes de las comidas para vomitar y así dejar vacío y preparado el estómago para el buen disfrute del banquete.

Durante la Edad Media la cerveza corría a raudales y lo habitual era ingerir medio litro en el desayuno y dos litros más durante el resto del día. Por eso no debemos de extrañarnos cuando el rey Eduardo I de Inglaterra estableciera que cada soldado debía recibir como mínimo 4 litros de cerveza al día.

Las peores resacas

Las culpables del resacón son -a parte de uno mismo, claro- las toxinas que se generan en el cuerpo y el aumentar la micción con la consecuente pérdida de líquidos y azúcares.

Las bebidas que más la producen son el ron, el whisky y el vino tinto, y generalmente, las mujeres suelen sobrellevarla peor que los hombres porque su hígado suele metabolizar el alcohol más lentamente.

Lo peor que podemos hacer es mezclar bebidas diferentes, y mucho menos hacerlo con bebidas «energéticas» tipo Red Bull, si es que hasta encontramos estudios al respecto como el de unos científicos de la Sun Yat-Sen de Guangzhou, en China, que estudiaron los efectos en la resaca de 57 bebidas, concluyendo que el Xue Bi (también conocido como Sprite) era el que mejor aceleraba la asimilación del alcohol en el cuerpo.

Un remedio de mil años

En el Kitab al-tabikh, que traducido vendría a ser algo así como «libro de cocina» (no hay nada como saber idiomas ¡ja, ja, ja! Gracias traductor de Google), escrito en el Oriente Medio por Ibn Sayyar al-Warraq, contiene más de 600 recetas de platos culinarios y medicinales. No se sabe mucho del autor, aunque sí se sabe que murió en el año 961 d. C. y que recibió el encargo de escribir un libro sobre los platos que se servían a los Califas y dignatarios de aquellos tiempos.

Entre sus páginas encontramos una receta nombrada como «Kkishkiyya» utilizada para aliviar el «exceso de calor en la cabeza y en el estómago», es decir, la común resaca, y en ella se incluye carne, verduras estofadas, garbanzos, leche, yogur fermentado, un ingrediente especial conocido como khask y un producto de suero de leche. Pero si uno es también previsor encontrará en este libro la solución para prevenirla: comer col antes de beber alcohol y comer snacks entre tragos. No penséis que es una receta perdida en el tiempo, todo lo contrario, aún se cocina de la misma forma especialmente en el norte y este de Iraq.

Remedios actuales

Lo que nunca debemos hacer tras una merluza, moña, tranca, tajada…  es beber café, al tratarse de un estimulante gástrico y diurético no haremos otra cosa que empeorar nuestro estado de embriaguez. Y para aliviar ese inevitable dolor de cabeza que la acompaña tampoco sirve el paracetamol, ya que se metaboliza en el hígado igual que el alcohol interfiriendo en dicho proceso,  siempre podemos utilizar ibuprofeno, eso sí, si nuestro estómago nos lo permite. Respecto a este último explicar que la primera persona que consumió una dosis importante de su principio activo sería su propio inventor, el doctor Stewart Adams, que le curó la resaca que tenía horas antes de dar un importante discurso en el año 1961, acababa de nacer el ibuprofeno como analgésico eficaz.

Cuando estamos ebrios el cuerpo nos pide fritos, pizzas, hamburguesas…, todos ellos alimentos muy salados, porque tras una borrachera se pierde sal a través de la orina, pero no nos dejemos engañar, lo que se necesita es reponer las vitaminas que intervienen en el ciclo de metabolización del alcohol (B1, B6 y B12, C) en alimentos como frutas, carnes, verduras, leche y pescado, comprobando entonces que esa receta de mil años recomendada por Ibn Sayyar al-Warraq tenía su base científica.

Ya sabéis que mi intención con este post no es incentivar el consumo de alcohol, aunque pueda parecerlo, nada más lejos de la realidad, pero si me permitís un consejo os diré que el buen vino, el de calidad, además de disfrutarse en una cena entre amigos, no nos dejará tanta resaca.

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18 comentarios

  1. FJT: efectivamente amigo, cuando nos traían intoxicaciones etílicas severas a Urgencias del hospital se hacían dos cosas inyectarles las vitaminas B y ¡un lavadito de estómago, que ese si lo recordaban luego un montón! Respecto al primer borrachín yo creo que fue Noe pero la referencia del Antiguo Testamento igual no es muy fiable ¿tú qué dices, my friend?

    1. Hola astolgus,
      bueno, en mi experiencia profesional no he tenido que prescribir (de momento) ningún lavado de estómago, aunque puedo decirte que en una ocasión (y te aseguro que la única) de joven pude «sufrir» en mis propias carnes el tener ese puntito sobrepasado. Mis amigos (colegas podríamos decir) me intentaron ayudar tomando mucho café. ¡Venga, tómatelo que te irá muy bien para recuperarte! ¡Ja, ja, ja! Ahora entiendo porqué no me ayudó. Cuando llegué a casa mi padre me obsequió con una lección, aunque no hacía falta, la aprendí por mí mismo.
      Un abrazo y Feliz Año Nuevo

  2. Feliz año, Francisco. Coincido: vino de calidad moderadamente y buenos amigos son una buena fórmula para evitar los excesos. Y creo que una hora de ejercicio al día siguiente, aunque sea una caminata rápida, contribuye en gran medida a paliar la resaca.
    Un cariño enorme desde el extraño verano argentino.

  3. Te deseo lo mejor para este nuevo año recién estrenado, Francisco Javier.
    me parece muy interesante esta entrada para quienes se pasan con el alcohol.
    Yo quisiera señalar también la sensación de calor que suelen tener estas personas y que tienden a quitarse ropa, quedarse quietos o acostarse con la ventana abierta corriendo el riesgo de una gran hipotermia.
    Un fuerte abrazo.

    1. Hola Isabel,
      tampoco hay que llegar a ese extremo, cualquiera de nosotros, tras una copita de vino o de algún licor, hemos sentido alguna vez como las mejillas se nos han puesto coloradas. Se debe a que al principio, tras ingerirlo, tiene un efecto vasodilatador que ocasiona que la sangre fluya hacia los capilares más externos «robándola» de otros órganos vitales de nuestro cuerpo que nos autoregula la temperatura, y hace que en realidad descienda provocando hipotermia, aunque nosotros no la percibamos así. Así pues, tampoco debemos dar nunca alcohol a una persona con síntomas de hipotermia para aumentarle la temperatura, ya que provocaríamos el efecto contrario.
      Abrazos y que tú también tengas un muy buen año 2018.

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