¡Qué me dices! XXI

La muerte del rey Pedro I de Castilla, de Arturo Montero y Calvo (1883) Óleo sobre lienzo 250×300 cm. (Museo del Prado)

«Ni quito ni pongo»

Utilizamos esta expresión para indicar que uno se mantiene neutral en algo, pero en realidad el dicho es más largo «Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor», es  decir, su significado cambia y aunque uno quisiera ser neutral, tiene poderosas razones que le hacen tomar partido. Para encontrar su origen histórico debemos remontarnos a una enemistad entre dos hermanastros, Pedro y Enrique Trastámara, que dio origen a la dinastía que reinó en la Corona de Castilla y de Aragón, a partir de mediados del siglo XIV, durante casi doscientos años.

La Casa de Trastámara, una rama menor de la Casa de Borgoña, se encontraba en el noroeste de Galicia (Condado de Trastámara). La dinastía reinaría en la Corona de Castilla, la Corona de Aragón, el Reino de Navarra y el Reino de Nápoles, siendo la última monarca de esta casa en España la malograda reina Juana I La Loca, quien se casó con Felipe I el Hermoso, cuyo hijo, Carlos I, daría lugar al gobierno de la Casa de Austria. Pero volvamos a nuestra cita y rememoremos su origen.

Genealogía de los reyes de la casa de Trastámara: en amarillo los reyes de Castilla, en rojo los de la Corona de Aragón, en azul los de Navarra. Al casarse con Catalina de Lancáster (nieta y heredera de Pedro I), Enrique III recuperó la legitimidad dinástica perdida por la usurpación de Enrique II.

Hablaba antes de dos hermanastros, pero no podemos olvidar al tercer protagonista de esta historia, el caballero francés, Bertrand Du Gesclin, responsable último de introducir a la Casa de Trastámara en la historia de España por un acto… impulsivo.

Du Gesclin tenía muchos defectos entre los que destacaba ser feo e ignorante, pero su fuerza física sería la virtud que le haría progresar en la vida. De origen francés, sería célebre por sus actos de valor durante la guerra de los Cien años contra Inglaterra, y aunque en la mayoría de las representaciones que se hacen de este militar son con espada en mano, en realidad, prefería el hacha como arma de guerra. Enrique de Trastámara, hermano bastardo del rey Pedro I de Castilla apodado «El Cruel», tenía a Du Gesclin a sus órdenes.

Pedro I creció educado en el odio a la amante de su padre, Leonor de Guzmán, y a sus hermanastros. Cuando llegó al trono de Castilla, mandó encarcelar y asesinar a Doña Leonor, así como a seis de sus hermanastros, todos muertos menos Enrique, protegido por el conde de Trastámara.

Enrique reclamó sus derechos al trono apoyado por los franceses -entre los que se encontraba Du Gesclin- y se iniciaría la I Guerra Civil Castellana contra el rey Pedro I, que estaría apoyado por los ingleses liderados por el «Príncipe Negro».

Tras muchos combates y tantas victorias como derrotas para ambos, decidieron terminar con las disputas encontrándose en el campo de Montiel, muy cerca de Ciudad Real, acordando que Du Gesclin sería el encargado de vigilar el encuentro, era el 23 de marzo de 1369.

Antes de que ambos hermanastros se vieran, Pedro I intentó ganarse los servicios de Du Gesclin, pero el caballero francés no solo rechazó la propuesta sino que se lo comunicó a Enrique. Apenas se vieron, el odio que se profesaban sería más fuerte que las buenas costumbres y la educación.

Enrique entraría gritando y alzando su espada: ¿Dónde está ese judío hideputa?

Don Pedro respondería: ¡El hideputa seréis vos, pues yo soy hijo legítimo del buen rey Alfonso!

Se lanzaron uno sobre el otro en una lucha desigual, pues Don Pedro era mucho más fuerte que Enrique y no tardaría en ponerle de espaldas contra el suelo para clavarle su puñal. Viendo a su señor Enrique próximo a la muerte, Du Gesclin, que hasta entonces no era más que un mero observador, derribó al monarca, sacó su daga y le quitó la vida diciendo…

«Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor»

Por cierto, otra curiosidad al respecto. En el Capítulo LX del Don Quijote, podemos encontrar esta expresión en boca de Sancho en un incidente ocurrido en el viaje que hizo don Quijote a Barcelona, aquí os dejo el texto, aunque yo, ni quito ni pongo.

11 respuestas a “¡Qué me dices! XXI”

  1. Avatar de ¡Qué me dices! XXI — franciscojaviertostado.com – Solo Liliana

    […] a través de ¡Qué me dices! XXI — franciscojaviertostado.com […]

  2. Avatar de melbag123

    Francisco Javier, hace un siglo que no entraba a tu blog. Siempre disfruto tanto la lectura de tus entradas. Bueno, ahora creo que vuelvo más a menudo. Un beso.

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Melbag,
      ¿… y qué es un siglo en los millones de años de Historia de la Humanidad? ¡ja, ja, ja!
      Un besote 😉

      1. Avatar de melbag123

        Cierto es… Pero ya extrañaba tus entradas. Ya sabes cómo son los vicios.

      2. Avatar de franciscojaviertostado

        ¡Ja, ja, ja! Buenos vicios siempre 😉

      3. Avatar de melbag123

        Claro que sí. 😉

  3. Avatar de María José Ávila Latorre
    María José Ávila Latorre

    Felicidades, Francisco Javier, me parece interesantísimo tu exposición de la historia continúa con este trabajo para que los que estamos más desinformados adquiramos más conocimientos, muchas gracias
    Un afectuoso saludo de una alcañizana ausente de su tierra
    María José

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola María José,
      ciertamente con los cinco años de andadura de este blog y la publicación de casi 800 artículos durante este tiempo pude tratar muchos aspectos de la historia, pero más son los que quedan y con comentarios como el tuyo me animo a pensar que el esfuerzo que representa mantener siempre vivo el blog merece la pena.
      Un saludo y bienvenida a esta sección del blog.

      1. Avatar de María José Ávila Latorre
        María José Ávila Latorre

        Lamento que me haya perdido tantos episodios de historia, espero no perderme ninguno a partir de ahora,
        Muchas gracias ,
        Un cariñoso saludo de María José

  4. Avatar de Las joyas de la Corona (británica) – franciscojaviertostado.com

    […] del Monasterio de Santa María la Real de Nájera en España, del que se dice que es el que poseía Pedro «el Cruel», rey de Castilla, antes de que se la diera al Príncipe de Gales, Eduardo, en 1367 como recompensa […]

  5. Avatar de (Don) Álvaro de Luna –

    […] Don Álvaro de Luna consiguió con los años más y más poder gracias al Rey, acumuló rentas y señoríos, y entre los cargos que ostentó destacan los de ser Condestable de Castilla, Maestre de la Orden de Santiago y valido del rey Juan II de Castilla. La nobleza, que no estaba dispuesta a consentirlo al verlo como un problema para sus propios intereses, y sus choques constantes con los Infantes de Aragón, hicieron que sufriera distintos destierros (breves, por otra parte) y sucedieran diversas guerras civiles por la Corona de Castilla. […]

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