
«Matar judíos»
Durante Semana Santa, en la provincia de León, hay una tradición española que consiste en beber limonada de vino. Una bebida que se obtiene de mezclar vino tinto, canela, azúcar, naranja, limón, y en ocasiones, un poco de licor. Una bebida que entre sus posibles orígenes encontramos el que nos transporta a las juderías de la ciudad y que dio origen a la nada afortunada expresión «matar judíos».
Desde el siglo X, León es tierra de judíos, pero sus libertades quedarían restringidas a la vez que crecía el antisemitismo con el paso de los siglos. Los monarcas, Pedro II de Aragón y Alfonso VIII de Castilla, asaltarían las juderías de León, en el año 1196, obligando a los judíos a desplazarse de la aljama de Puente Castro -que quedaría destruido- al interior de la ciudad, en el barrio de Santa Ana y la plaza de San Martín.
La comunidad (kehilá) tendría que enfrentarse a envidias y abusos de cristianos. Las fructíferas actividades comerciales y prestamistas de los judíos, así como la convulsa situación por la pugna de poder entre el rey Juan II y su valido, Álvaro de Luna, por un lado, y los Infantes de Aragón con la familia Quiñones de Alcedo, por otro, dividieron a los linajes nobiliarios que tomarían distintos partidos.
Un día, el 29 de mayo de 1445, se sucedería un asalto a la judería protagonizado por Pedro y Suero de Quiñones junto con Lope Rodríguez de la Rúa. Durante el mismo se hirió y se saquearon gran parte de los comercios bajo el pretexto de que los judíos apoyaban al rey Juan II, aunque en realidad, sería la manera de saldar las deudas económicas que tenían con ellos.
En realidad, no hubo ningún muerto ese día, pero para ejecutar la ignominia estos caballeros se ayudarían del vino rebajado con agua y limón, una mezcla prescrita por la Iglesia durante la Semana Santa, tiempo de ayuno y oración.
Esta es una de muchas otras versiones del mismo hecho, pero este ataque está bien documentado en los escritos. De lo que no hay muchas dudas son las envidias y el odio que existían entre cristianos viejos y cristianos nuevos en la España de la Baja Edad Media y la Edad Moderna. Basta leer solo estas palabras:
La ley santa que mantengo
y la enemistad crecida
que al rito judaico tengo…
La Ciudad, ya en silencio, respira con trabajo.
La jornada ha sido terrible.
Se calcula en más de cien mil cántaros los judíos muertos.

León, localidad de patrimonio cultural incuestionable, las estrechas calles de su casco antiguo, su gastronomía y las tapas que allí se sirven harán las delicias de todo aquél que quiera disfrutar de la ciudad y de sus gentes, eso sí, lo de matar judíos, lo dejamos solo como antigua expresión.
Para saber más:
La judería de la ciudad de León. León, 1969. Fernández Rodríguez, J.
Links fotos:
Información basada en León insólito, de Victoriano Crémer
Responder a franciscojaviertostado Cancelar la respuesta