Si lees este artículo es que estás conectado a internet ¡Bendito internet! En la actualidad, nuestra dependencia a las redes sociales puede originar en algunas personas que no pueden conectarse a ellas una situación de ansiedad y rabia difícil de entender, puede incluso que el simple hecho de navegar menos rápido por la red ya nos produzca este sentimiento. Bien, dicho esto, imaginaros ahora que durante horas, sino días, no funciona internet, ni la televisión, ni el frigorífico, ni el aire acondicionado y que ni tan siquiera podamos encender la luz de casa, vaya, el caos.
Desde que se descubrió la electricidad nuestra dependencia a ella ha crecido de manera exponencial, un hecho que se pone de manifiesto en las contadas pero fatídicas ocasiones que se produjeron apagones eléctricos masivos a consecuencia de fallos técnicos o por desastres naturales. Aunque haber han habido muchos, os mostraré los que son más recordados por el gran impacto que originaron en su momento.
Comenzaré con el ocurrido en el año 2012 en la India, el considerado hasta la fecha como el apagón más grande acontecido en la historia en lo que a número de afectados se refiere, la causa: una sobredemanda de electricidad. En verdad fueron dos apagones consecutivos, el 30 y 31 de julio, que acabaron por afectar hasta 700 millones de personas.
Si hablamos del más largo, debemos recordar el que afectó el 19 de febrero de 1998 a la ciudad de Auckland, en Nueva Zelanda. Inicialmente los problemas se originarían en un simple cable de alimentación que a consecuencia de un deterioro en las instalaciones del sistema eléctrico provocaría que otros cables se fueran sobrecargando y fallando. Aunque «solo» afectó a 6.000 personas, no se hizo la luz hasta 66 días después.
La madrugada del 28 de septiembre de 2003, la caída de unos árboles sobre una línea de alta tensión, provocaría que durante 3 y 18 horas -dependiendo del lugar- la práctica totalidad de la población de Italia se quedaran sin suministro eléctrico.
En los EE. UU. también son recordados al menos cuatro grandes apagones. El primero de ellos dejó a ocho estados de la costa Este norteamericana y a dos estados de Canadá paralizados durante trece horas, afectando a 35 millones de personas, sería el 9 de noviembre de 1965. En esta ocasión el origen sería una sobrecarga en la red, aunque dos días después, un segundo fallo en el suministro de energía originaría otro.
El segundo gran apagón afectaría a nueve estados de la Costa Oeste y algunos lugares de México, el 11 de agosto de 1996. La historia se repetiría el 14 de agosto de 2003, afectando al noroeste de los Estados Unidos y el este de Canadá, dejando a 50 millones de personas a oscuras, aunque pese a su magnitud, no tuvo consecuencias fatales.
El Gran Apagón del 77
Dejo para el final el ocurrido en la ciudad de Nueva York desde el 13 de julio al 14 de julio de 1977, recordado aún por muchos y denominado como un «acto de Dios» por los actos vandálicos que se sucedieron. Solo los barrios de Southern Queens se librarían del apagón, originado en esta ocasión por una fuerte tormenta y los rayos caídos en la subestación eléctrica del río Hudson y en las líneas de transmisión que provocarían la posterior sobrecarga térmica en otras subestaciones.
La energía no se reestablecería hasta bien entrado el día siguiente y los procedimientos que se siguieron para restaurar la electricidad se documentaron minuciosamente -siguen utilizándose durante el entrenamiento de los operadores eléctricos para minimizar el tiempo de respuesta ante otro imprevisto similar-, además, tras la investigación posterior se realizarían cambios en los protocolos que aún siguen vigentes para protegerse de una situación similar.
Los saqueos y pillajes que se sucedieron dañaron 1616 tiendas, registraron 1037 incendios y se realizaron 3.776 detenciones, el mayor arresto en Nueva York efectuado hasta entonces, un hecho que colapsaría las celdas de las comisarías, especialmente en Brooklyn. Los aeropuertos quedaron cerrados durante ocho horas y la falta de ventilación de los túneles provocaría su cierre, así como la evacuación de 4.000 personas del metro. Se estimó que el coste originado por el apagón alcanzó los 300 millones de dólares y en las elecciones de ese año costó el cargo al alcalde Abraham Beame, quien acusó a la empresa eléctrica de «negligencia grave».
Una tormenta de consecuencias fatales, aunque algunas teorías apuntan que nueve meses después el número de nacimientos se incrementaría sensiblemente 😉
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