América, Colón, sus cartas y algún que otro robo

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Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos en la corte de Barcelona (V. Turgis, siglo XIX)

Muchos de vosotros seguro que leísteis en la prensa estos días el siguiente titular “Una de las copias de la carta en la que Cristóbal Colón anunciaba el descubrimiento del Nuevo Mundo a los Reyes Católicos fue robada y apareció en Brasil” (Handout/Reuters) La noticia realmente sorprende y extraña que la desaparición de un documento histórico tan importante no se diera a conocer y se ocultara durante años, por otra parte, también genera dudas de la autenticidad de otros incunables…

La noticia de su descubrimiento

Dentro de los incunables que se conservan en todo el mundo destacan las cartas que escribió Colón tras el descubrimiento de las Indias. Tras regresar de las Indias al puerto de Lisboa a bordo de La Niña, en marzo de 1493, ordenó dar a conocer la noticia de su descubrimiento a los Reyes Católicos, así como difundirla por toda Europa. Antes de proseguir debo decir que los monarcas ya habían recibido noticias de la expedición por una carta que no se conserva y que probablemente escribió Martín Alonso Pinzón, quien llegó a Bayona en Galicia a bordo de La Pinta.

Colón escribió una carta en castellano que sería impresa en el taller de Pere Posa en Barcelona -probablemente en abril- dirigida a Luis de Santángel, “escribano de Ración” de la Corona de Aragón, donde informa de ese primer viaje y que representa la única fuente del mismo antes de que falleciera el Almirante. Unas semanas después, en Roma, se traduciría al latín por Leandro Cosco, la “Epistola de insulis nuper inventis”, que presenta algunas diferencias con el impreso en Barcelona. El encargado de la impresión sería el tipógrafo alemán Stephan Plannck quien hizo entre 16 y 18 copias.  Algunas voces sugieren que la autoría de la carta es del propio rey Fernando y Luis de Santángel, e incluso refieren que Colón tampoco es el autor de la primera carta, pero de lo que nadie duda es de la importancia histórica de su contenido al enumerar las primeras islas visitadas, describir los paisajes de Cuba, informar de otras tierras -erróneamente, claro- diciendo que en una isla hay indios caníbales, en otra solo viven mujeres guerreras, y en otra, oro por doquier y sus habitantes carecer de pelo.

Primera página de la carta en castellano impresa en Barcelona en 1493

La invención de la imprenta de tipos móviles por Gutenberg unos años antes permitiría una de las mayores y mejores operaciones mediáticas de propaganda de este trascendente hecho. Y es que la noticia corrió como la pólvora, la carta se difundiría por toda Europa, reeditándola y traduciéndola a otros idiomas.

Imagen de la edición de Basilea de 1493 de la carta de Colón anunciando el Descubrimiento.

Unas cartas muy codiciadas

Entre las copias realizadas en Roma una se encontraba en la Biblioteca Riccardiana de Florencia, digo “encontraba” porque fue robada y sustituida por una copia falsificada. Hace dos años, en 2016,  fue recuperada y devuelta. La investigación que permitió dar con ella se realizó con el mayor de los secretos y descubrió que otras cartas también fueron robadas. Se supo que al menos las cartas que se conservaban en Barcelona y en el Vaticano, eran también falsificaciones que pasaron inadvertidas para los conservadores.

La conservada en Barcelona correspondía a una de esas 16 copias y fue adquirida hace cien años por la Biblioteca de Catalunya. Ajena al ”cambiazo”, la sospecha comenzaría en el año 2011 tras un chivatazo al agente especial de los Estados Unidos, Mark Olexa, quien se trasladó a Barcelona con dos expertos que certificaron que el documento que se conservaba en la Biblioteca era falso. Por fortuna para todos, siete años antes, se fotografió digitalmente la carta y esto ayudó a certificar que no era el original, iniciándose una profunda y trabajada investigación.

Tras el robo de la carta un comprador la adquirió por 600 000 euros y en el año 2008 aparece en el catálogo de un anticuario de París. Al año siguiente, un nuevo comprador llama a un experto para verificar su autenticidad, y tras confirmarla, la compra por un millón de dólares. En el año 2011, reaparece en una feria de libros de San Francisco hasta que dan con su último comprador, un millonario de Brasil, que tras el requerimiento de los investigadores accede a que se examine en los Estados Unidos.

Ha pasado más de una década sin que nadie en la Biblioteca de Catalunya se percatara del hecho, pero tampoco ha sido la única institución engañada. Probablemente, se trata de una red de falsificadores muy sofisticada, y llegados a este punto vuelvo a preguntarme: de las otras cartas que se conservan actualmente, ¿serán originales o también se trata de falsificaciones? Y los otros incunables que hay en museos y bibliotecas de todo el mundo, ¿cuántos son en realidad falsos?

Firma de Cristóbal Colón. A la izquierda como «Xpo Ferens» y a la derecha como «Al Almirante».

Para saber más:

La carta de Colón (pdf)

Cartas de Colón en cervantesvirtual.com

Información basada lavanguardia.com

9 comentarios

  1. Qué cosa tan interesante. Cuánto dinero gastado y no se sabe cuántas de estas cartas son falsas. Me gustó mucho la entrada. Siempre aprendo contigo.

    1. Hola Melbag,
      imagino que entre cuadros, documentos, obras de arte… la cifra es astronómica. Siempre pienso en la responsabilidad de los tasadores de arte y los que tienen que determinar si una obra es realmente original, una falsificación o de un autor determinado. ¡Buf, como se equivoque le puede salir muy caro a él y al comprador, claro!
      Abrazos

  2. Hola Javier, ¡excelente artículo! y muy interesante, como siempre.

    ¿Tú sabes a quienes podría interesarles unos libros firmados por Isabel la Católica y Fernando de Aragón, y otros firmados por Juana la loca y Carlos III? alguna biblioteca o museo de allá?

    Te agradecería me dieras algún dato al respecto.

    Gracias. Abrazo de luz

    PD. No te he visitado porque también casi me retiré de WordPress.

      1. Sí, ya hace falta. Gracias por el tip por ahora no tengo ganas ni de publicar, pero cuando me recupere, me pondré en contacto con ellos, a ver qué pasa.
        Gracias y abrazos de luz

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