
En un artículo anterior hablamos de la magnífica escalera que une los dos claustros de la Universidad de Salamanca, y Blanca Gutiérrez en un comentario de las redes sociales me invitaba a presentar otra escalera, concretamente la conocida Escalera Dorada en la Catedral de Burgos. Hoy me gustaría acercárosla, una de las tres más célebres del Renacimiento, junto con la de la biblioteca Laurenciana de Miguel Ángel en Florencia y la ya desaparecida y concebida por Bramante para el patio del Belvedere en el Vaticano.
Si nos fijamos en la grandiosa escalera de la Ópera de París podemos ver grandes similitudes con la de la Catedral de Burgos, y es que el arquitecto Charles Garnier se inspiraría en ella como modelo para la francesa, hecho que tampoco nos ha de extrañar dado que era considerada una obra de arte en sí misma. Se cuenta también que el propio Napoleón sería la última persona en bajar por ella, pero ya sea o no verdad, quien la tiene delante no se queda indiferente.
La Escalera y la Catedral
En el solar que ocupaba el palacio del rey Alfonso VI se construiría un templo románico que con el tiempo quedaría pequeño por la importancia que adquiriría la ciudad de Burgos gracias al comercio. En 1221 se iniciaría en ese mismo lugar la construcción de la actual catedral gótica.
La escalera es obra del arquitecto burgalés, Diego de Siloe, quien recién llegado de Italia, se inspiró en el Renacimiento italiano de Bramante y Miguel Ángel. La terminó cuatro años después que el cabildo de la catedral y el obispo D. Juan Rodríguez de Fonseca le encargaran su construcción, en 1519, sufragando la misma. El motivo principal no sería otro que salvar el gran desnivel de más de ocho metros del brazo norte del crucero que comunicaba la catedral con la calle de Fernán González a través de la puerta de Coronería, actualmente cerrada al público.
Ya antes, en ese mismo lugar, se derribó una escalera románica que se encontraba obsoleta, y para no alargarla demasiado se construiría en cinco tramos adornados con temas vegetales, animales y otras figuras inspiradas en modelos del Renacimiento italiano.
En la actualidad no se permite el tránsito del público en la Escalera Dorada, y si me permitís un consejo, para verla en todo su esplendor nada como ir en Semana Santa, el Jueves y Viernes Santo se instala en ella la custodia con el Santísimo Sacramento, siendo aún si cabe más bella por la cantidad de velas que se ponen.
Las otras dos escaleras
Si la Escalera Dorada sirvió de inspiración para la Ópera de París, la de la Catedral de Burgos se fundamentó en la construida una década antes por Bramante para el patio del Belvedere en el Vaticano. Desgraciadamente, esta se destruyó para dejar sitio a la Librería Vaticana bajo el pontificado de Pío V.
La tercera «gran» escalera del Renacimiento que hacía referencia es la que se encuentra en la biblioteca Laurenciana de Miguel Ángel en Florencia. En realidad, se trata de un vestíbulo que comunica el claustro con la galería de la biblioteca, donde el genial artista abandona el clasicismo del Cinquecento. Desproporcionada, sus columnas dan sensación de desequilibrio y sus dobles ménsulas no llegan al suelo, provocando un efecto único.

Puede que los lugares donde se encuentran estas escaleras escondan su belleza e importancia. Puede que queden ignoradas entre tanta magnificencia que las rodea. Puede incluso que accedamos a ellas sin fijarnos realmente que son obras de arte a la altura de otras grandes y más admiradas, pero, sin duda, son divinas.
Para saber más:
Análisis arquitectónico de la Escalera Dorada
Links fotos:
¡Muy interesante, como siempre! Gracias Francisco. Saludos.
Hola Griselda,
son elementos arquitectónicos que además de tener una función son obras de arte en sí mismas.
Saludos y gracias ti 😉
Gracias Francisco muy completo como siempre
Hola Blanca,
gracias y más viniendo de una burgalesa como tú 😉
Saludos
Me encantan esas escaleras, es una pena que ya no se puedan usar. Un abrazo.
Hola Melbag,
al menos pueden poder seguir viéndose en todo su esplendor. Pequeñas/grandes joyas en ocasiones no suficientemente valoradas como debieran.
Abrazos
🙂