
Hace ya un tiempo que hablamos en el blog de los sprintia, la moneda del sexo de la Antigua Roma utilizada en los burdeles de la ciudad. En ella se identificaba en sus caras tanto los servicios, como el precio correspondiente a cada uno de ellos. Permitidme que os dé a conocer otras monedas conocidas con el nombre de “coscojas”, que significa “poco valor”, usadas por los enfermos de lepra recluidos en los lazaretos.
La enfermedad
Presente desde la Antigüedad, enfermedad maldita, incurable y vergonzosa, quienes la padecían eran considerados muertos en vida y obligados a vivir alejados de las ciudades. Los afectados debían identificarse con una campana o llevar unas pequeñas tablas en la mano, conocidas como tablillas de San Lázaro, que al golpear entre sí alertaban de su presencia.
En realidad, se trata de una enfermedad infecciosa crónica poco contagiosa producida por la bacteria Mycobacterium leprae, descubierta en 1874 por el médico noruego G. Armauer Hansen. Afecta la piel, las vías respiratorias, los ojos, el hígado… El período de incubación es de 5 años y los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer, contagiándose a través de las gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados. A pesar de que la prevalencia de la enfermedad ha disminuido de manera significativa en las últimas décadas sigue estando presente especialmente en las zonas más pobres de países como la India, Brasil, Indonesia y Bangladesh, pudiendo encontrarse en muchos países de todo el mundo. En la actualidad, existen varias y distintas pautas de tratamiento siendo el más efectivo la dapsona, un inhibidor de la síntesis de folato, fácil de obtener, barato e inocuo durante la gestación.
Las monedas de la lepra
Durante siglos nadie quiso saber nada, ni mucho menos estar cerca de estos enfermos, aislándoles en leproserías hasta el fin de sus días. Más terrible incluso era encontrar allí a personas mal diagnosticadas de lepra por el médico de la zona, el sacerdote o un barbero, que les condenaba injustamente. La ignorancia de entonces hizo pensar que cualquier cosa que estuviera en contacto con ellos podría transmitir la enfermedad, y las monedas usadas por los leprosos también.
En el año 1901 Colombia acuñaría por primera vez una moneda de uso exclusivo en las leproserías conocida popularmente como “coscoja”. El estado emitió valores de 2.5, 5, 10, 20 y 50 centavos, siendo de aleación de cobre y con la cruz de San Lázaro en una de sus caras. Inicialmente se utilizarían en las leproserías de Agua de Dios, Caño de Loro y Contratación, todas ellas en Colombia, apareciendo seis años después billetes de 1, 5 y 10 pesos y monedas de otros valores.
Poco después, Brasil, Costa Rica y Venezuela las usarían aunque con poco éxito. Filipinas, bajo la administración de los lazaretos de los EE. UU. crearía las leprosy colony money, unas monedas de aluminio acuñadas en Manila que circularon hasta la segunda mitad del siglo XX, a pesar de saberse que el contacto con las monedas y los billetes NO transmitían la enfermedad. El caso de Japón es algo peculiar, ya que también se utilizarían pero no era el Estado quien las producía, sino los propios sanatorios.
Estos no fueron los únicos países en producir estas monedas tan especiales, China, Nigeria, Corea, Tailandia… también las produjeron, cayendo en el olvido con los años. Hoy son difíciles de encontrar y muy codiciadas por coleccionistas de todo el mundo, alcanzando alguna de ellas gran valor, por cierto, el 28 enero es el Día Mundial contra la Lepra.
Un libro:
The numismatic aspects of leprosy (1993), por Roger R. McFadden
Para saber más:
Links fotos:
Deja una respuesta