
Nietzsche dijo en una ocasión que “el hombre tiene una invencible inclinación a dejarse engañar y está como hechizado por la felicidad cuando el rapsoda le narra cuentos épicos como si fuesen verdades”. Pero no hay que creer todo lo que nos cuentan.
Las “fake news” ya existieron mucho antes que Facebook o Twitter. Puede que la primera de la historia fuera la del engaño de la serpiente a Eva en el Paraíso, pero hay muchos más ejemplos a lo largo del paso del tiempo.
Las “fake news” buscan engañar mediante la manipulación y la desinformación para conseguir un objetivo, y necesitan de una sociedad dispuesta a creérselas. Hemos de distinguir entre “fake news” y propangada. Ambas intentan convencer, pero las primeras mediante el engaño, buscando otra realidad.
En la actualidad, nos bombardean con noticias falsas, por poner un ejemplo reciente destacaría que Donald Trump consiguió la Presidencia beneficiado por las mentiras que se difundieron durante las elecciones norteamericanas sobre Hillary Clinton.
Estados Unidos –así como tantos otros países- tiene una dilatada experiencia a la hora de conseguir objetivos políticos con la difusión de noticias falsas. Su entrada en la guerra de Cuba (1898), con la manipulación de los periódicos como cuando decían que los soldados españoles cortaban las orejas de los rebeldes cubanos y se las guardaban como recuerdos; la guerra de Vietnam (1955-1975), con el incidente del golfo de Tonkín, y la invasión de Irak (2003), con las ficticias armas de destrucción masiva. Y es que en El Arte de la Guerra del general Sun Tzu ya se dijo que “el arte de la guerra se basa en el engaño”.
Durante la Primera Guerra Mundial, algunos periódicos franceses quisieron tranquilizar a la población diciendo que las armas alemanas eran inofensivas pues sus balas atravesaban la carne sin desgarrar los tejidos, y durante la siguiente Gran Guerra, la campaña británica para evitarla hizo publicar en prensa información para banalizar las verdaderas consecuencias de la agresión de Hitler.
En la Antigüedad
Llegados a esta época os recomendaría el libro del arqueólogo y divulgador Néstor F. Marqués, Fake News de la antigua Roma. Engaños, propaganda y mentiras de hace 2.000 años, donde hace un riguroso repaso de esas noticias falsas, la mayoría con intencionalidad política. Roma difundía las noticias fundamentalmente a través de las imágenes, no todo el mundo sabía leer o escribir, y la forma más rápida de difundir esas “fake news” era acuñar monedas con la cara del nuevo emperador. En su libro explica algunos ejemplos:
El emperador Septimio Severo, nacido en Leptis Magna y que nada tenía que ver con su antecesor, el malogrado Cómodo, para legitimarse extendió la idea de que él mismo era el hermano perdido de Cómodo, hijo ilegítimo de Marco Aurelio y, por ello, la persona más idónea para ocupar el cargo. En las primeras monedas que acuñó hizo que le retrataran con unos rasgos muy parecidos a los de Marco Aurelio”.
La imagen que tenemos todos -extendida por el cine y la televisión- de cristianos devorados por los leones en el Circo, no es del todo cierta. Esta condena existió pero solo para determinados delitos, no por cuestiones religiosas. Otra hace referencia a Nerón, acusado por la historia del incendio que asoló la Ciudad Eterna mientras tocaba la lira desde su palacio, pero en realidad ese día el emperador no se encontraba en Roma, sino en Antium, a unos 53 km al sur de Roma.
Uno de los bulos más extendidos es el que hace referencia a las orgías de las bacanales del mundo romano. Según Marqués, la mentira se gestó en el año 186 a. C., cuando el cónsul Postumio, al ver que los hombres se integraban en el ritual religioso dedicado al dios del vino, Baco -de aquí viene el tema de las bacanalia-, cuando solo lo practicaban las mujeres, vio peligrar el poder del Senado. Se difundió la falsedad de que en esas celebraciones, se practicaba sexo grupal y asesinatos.
Hay muchos ejemplos de noticias falsas de la antigua Roma que sobrevivieron hasta nuestros días, pensemos solo en como afectó la damnatio memoriae a emperadores como Claudio, Domiciano, Calígula y Cómodo.
Edad Media
Serán las órdenes mendicantes las que, junto a juglares, vagabundos y peregrinos, los que extenderán los bulos. Desde los que desprestigiaban a Juana de Arco, hasta los que hacían referencia a las brujas, herejes y las calumnias contra los judíos. Destacaría los bulos que circularon en España contra los judíos, haciendo mención de las “abominables circuncisiones y de la perfidia judaica”, culpándoles de las temidas epidemias de peste.
Revolución Francesa
El final de María Antonieta en la guillotina sería la crónica de una muerte anunciada. Se le atribuyeron falsedades como cuando dijo que su único deseo era ver París bañado en sangre o que «si en la ciudad no había pan, que coman bollos».
Ya lo dijo hace 2.000 años el poeta romano Virgilio:
“La fama (rumor) es la más veloz de todas las plagas”.
Y os preguntaréis, ¿qué pinta un astronauta al inicio del artículo? Bien, quisiera informaros que cerraré el blog durante once meses que es el tiempo que me da la NASA para preparar mi viaje a la Estación Espacial Internacional, el próximo año. Me costará 35.000 dólares por noche y podré permanecer en órbita durante dos semanas. Las vistas desde allí bien merecerán la pena y las disfrutaré a vuestra salud. 😉
Para saber más:
web dedicada a destapar bulos o noticias falsas que circulan
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