Barcelona es una ciudad que oculta historias increíbles y que merecen ser rescatadas del olvido. En ocasiones, a pesar del paso del tiempo encontramos entre sus calles alguna muralla, algún edificio, alguna placa que nos las recuerda, pero en otras, nada queda. Hoy quisiera acercaros una de ellas…
En una de las calles más transitadas de la ciudad, la calle de Aragó, entre Roger de Llúria y Bruc, se encuentra la Basílica de la Puríssima Concepció, que ostenta el título de basílica menor desde que se lo otorgara el papa Benedicto XVI en el año 2009, una iglesia con un sencillo claustro gótico construido en el siglo XIV de dos pisos con 72 arcos cada uno, que sorprende por estar situado en el entramado de l´Eixample de Cerdà. ¿Qué hace ese claustro gótico allí? ¿Qué historia esconde?
El aumento demográfico y económico, y con el necesario permiso real, se echaron a bajo las murallas que asfixiaban Ciutat Vella posibilitando que la ciudad de Barcelona se expandiera en lo que hoy conocemos como l´Eixample.

Aunque no hay mucha documentación al respecto, sabemos que en la construcción de la iglesia, hacia finales del siglo XIX, en una zona aún sin urbanizar, se trasladó piedra a piedra de un convento situado unas calles más abajo, cerca de la actual Plaza de Urquinaona, el convento de Santa Maria de Jonqueres, un templo gótico con un magnífico claustro, uno de los más grandes de Barcelona junto con el del monasterio de Pedralbes y la Catedral, y que las autoridades de entonces decidieron conservarlo en un proyecto del arquitecto Josep Boixareu y el constructor Jeroni Granell, trasladándolo a la actual iglesia de la Puríssima Concepció, corriendo con los gastos los propios feligreses. Era el año 1869, y el actual campanario se recuperaría de otra iglesia que también iba a ser derruida, la iglesia de San Miguel, en la plaza que hay detrás del Ayuntamiento.
Explicado esto, echemos la vista atrás unos cuantos siglos y centrémonos en el antiguo monasterio de Santa María de Jonqueres, es allí donde encontraremos a las monjas que hago mención en el título.

La fundación de la congregación data del año 1214 en la parroquia de San Vicente de Junqueras, a las afueras de Barcelona, trasladándose -previo consentimiento del obispo- al interior de las murallas de la ciudad, concretamente a la actual calle de Jonqueres, entre la actual plaza de Urquinaona y Via Laietana, en 1293. A finales del siglo XIII pertenecieron a la orden militar de Calatrava y entre sus monjas se encontraban hijas de nobles de la época que contaban con unos privilegios «especiales», entre ellos, el estar exentas del voto de pobreza, obediencia y castidad, pudiendo ir vestidas incluso con lujosos y caros hábitos.
Conocidas como las «monjas casadoras», pretendientes no les faltaban, de hecho, lejos de esconderse, conversaban y contactaban con ellos en unos bancos situados en un patio público, incluso se dice que las campanas del monasterio anunciaban a los jóvenes el momento de dichos encuentros.
Con la llegada de las tropas napoleónicas a Barcelona en 1810 se desalojaron a las monjas y el convento pasó a convertirse en hospital militar, y con los años serviría de correccional y academia militar hasta que en 1867 volviera a tener su función religiosa, aunque por un espacio breve de tiempo al comenzar el traslado de su edificio por razones urbanísticas.
En la actual calle de Jonqueras actualmente no queda ningún rastro de ese singular convento, y aunque no deja de ser anecdótica esta historia de monjas casaderas merece ser conocida al entrar en el actual claustro de la Basílica de la Puríssima Concepció.

Para saber más:
El Monasterio de Santa María de Junquera
Monografía del Monasterio de Santa María de Junqueras, memoria descriptiva de su iglesia y de su claustro, D. Miguel Garriga y Roca (1899) (PDF)
Links fotos:
Núria Pueyo; Pere prlpz; barcelofilia.blogspot.com
Información extraída de altresbarcelones.com
Francisco, recién leo esto y el sábado pasé caminando por allí. Me encanta seguir aprendiendo contigo. Un fuerte abrazo.
Hola Poli,
un claustro que sorprende a quien lo visita, creo que cuando uno tiene pensado entrar no espera encontrárselo. Ademas, con una historia de lo más curiosa en su haber.
Abrazos 😉
Hola, conozco el claustro, pero no estaba al tanto de las «casaderas». Hay que seguir indagando, saludos
Hola gorriondeasfalto,
y este fin de semana con el Corpus Christi se pudo ver la curiosa celebración de «l´ou com balla» que desde hace ya varios años es costumbre verlo en su claustro. Dejo un video (en catalán) donde se explica esta tradición en el que puede verse al «huevo bailando» en el claustro de la Catedral de Barcelona
Saludos
Interesante, las monjas también tenían su corazoncito, aunque supongo que el amor no tendría mucho que ver. Saludos, Francisco Javier.
Hola melbag,
si te paras a pensar la cantidad de historias que esconden los rincones de nuestras ciudades te sorprenderías.
Saludos 😉
Donde hay seres humanos, siempre hay miles de millones de historias. Gracias a eso escribimos, ¿no?
Muy interesante este informe, Francisco….pienso personalmente que todas las monjas deberían casarse. Un saludo.
Hola Ingrid,
ciertamente, los tiempos cambian y quizás la Iglesia deba replantearse muchos aspectos de la vida religiosa en el presente y en el futuro.
Saludos