
Recientemente salió a la luz un ingrediente misterioso y oculto utilizado en los cuadros de algunos grandes maestros de la pintura. Utilizando la luz del sincrotón europeo ESRF se estudiaron, además del cuadro que aquí os presento, otros dos del genial Rembrandt: el Retrato de Marten Soolmans (Rijksmuseum) y Bathsheba (EL Louvre). La investigación dio con un elemento común utilizado para crear el efecto de relieve en sus obras: la plumbonacrita.
Se trata de un mineral con alto contenido en plomo y un aspecto que recuerda al nácar. Se encuentra en determinadas canteras próximas a zonas oxidadas con depósitos polimetálicos hidrotermales, del Reino Unido y en otros países.
El plomo, una sustancia peligrosa
Ya sabemos que muchos artistas, sin ser químicos, mezclaban aceites e ingredientes que les ayudaban a lograr el efecto que buscaban en sus obras. Entre estas sustancias destaca el plomo asociado a distintos compuestos. Así, el carbonato de plomo (albayalde) permitía efectos de transparencia como en el vestido de la condesa de Chinchón, pintado por Goya; el antimoniato de plomo, se utilizaba para conseguir el amarillo de Nápoles, ejemplo, la casa en la que vivió en Arlés, Vincent Van Gogh; el rojo Saturno (minio) obtenido con el tetróxido de plomo, muy usado en los códices y manuscritos medievales; el óxido de plomo (litargirio) y el acetato de plomo (extracto de Saturno), son también ejemplos entre muchos otros.
En aquellos tiempos se desconocía la toxicidad del plomo hasta que el italiano Bernardino Ramazzini, considerado como el “Padre de la Medicina del trabajo”, lo apuntara en el año 1700 en su publicación De Morbis artificum diatriba, el Tratado de las enfermedades de los trabajadores. En él describía el cólico saturnino o cólico de los pintores, producido por el plomo o mercurio presente en los colorantes que utilizaban. Por cierto, la toxicidad por plomo se conoce desde mucho antes, en la antigüedad. Encontramos referencias a dicha toxicidad en el antiguo Egipto (4000 a.C.) y con Hipócrates, en el siglo V a.C. ya se describe el cólico saturnino como parte de la intoxicación por plomo.
Son muchos los genios de la pintura que probablemente lo sufrieron: Miguel Ángel, Goya, Van Gogh, Renoir, Caravaggio, Rubens, la lista es interminable y ninguno se libró al estar en contacto permanente con estos elementos, por cierto, Rembrandt tampoco.
El “maestro de la luz”
Nacido en Leiden en 1606, sus padres, molinero él e hija de panadero, ella, matricularon a su hijo en la Universidad de la misma ciudad, pero en poco más de un año, Rembrandt abandonó sus estudios para dedicarse a la pintura. Se formó entre Leiden y Amsterdam, destacando muy pronto, considerado en la actualidad como uno de los mayores maestros barrocos de la pintura -especialmente como retratista- y el grabado, aunque esto no evitó que, como tantos otros genios, sufriera en vida serias dificultades económicas.
Durante mucho tiempo se le han atribuido erróneamente muchas pinturas, reduciendo hoy la cifra a unas 300, y en su obra destacan los claroscuros, un efecto conseguido gracias al “empaste”, una técnica que consiste en aplicar gruesas capas de pintura al lienzo y que, como comentaba antes utilizaba un mineral con plomo, la plumbonacrita, para conseguirlo.
No se trata de un ingrediente utilizado solo por el holandés, van Gogh también lo usó, y es que en realidad cualquiera podía utilizarlo, eso sí, para conseguirlo debían añadir óxido de plomo al pigmento blanco de plomo y al aceite de linaza, que sería el disolvente orgánico utilizado, convirtiendo la mezcla en una especie de pasta. Rembrandt recibe el sobrenombre de el “maestro de la luz”, en parte, la plumbonacrita, ayudó a ello.
Comentaba que se le atribuyen muchas obras que en realidad no son suyas. Ahora, gracias a la tecnología y a la ciencia, podemos resolver estos problemas de atribución. Por ejemplo, en la Galería Real de Pinturas Mauritshuis en La Haya (Países Bajos) se tenían 18 pinturas como rembrandts, cuando en realidad siete de ellas no lo eran. Este museo es famoso por tener varias obras maestras de Rembrandt, y si pensamos que algunas de ellas se le atribuyeron erróneamente, ¿cuántas consideradas como rembrandts circulan por museos de todo el mundo sin serlo en realidad? Sintiéndolo mucho por sus propietarios, estoy convencido que aplicando la ciencia podrán descubrirse.
Para saber más:
Muy bueno! Gracias por compartir estos conocimientos!
Hola jabakuku,
ya ves que ni en verano se cierra el blog ¡Ja, ja, ja! Si es que cuando se disfruta con algo…
Saludos y gracias a ti.