La primera descripción de la infertilidad en la historia

Cuando comparamos la capacidad de reproducción de la especie humana con otras tenemos todas las de perder. La posibilidad de embarazo en una relación sexual mantenida durante la ovulación de una mujer menor de 35 años es del 25 % (después de los 40 años, es menor del 10 %). Y es que incluso los conejos se quedan cortos con el «mayor espectáculo sexual del planeta» de la Gran Barrera de Coral de cada primavera con su desove masivo, en el que sincronizan la liberación de su esperma y huevos para aumentar las posibilidades de fecundación; o con los casi 4 millones de huevos al mes que libera la reina de la colonia de las hormigas guerreras de África; o con el Pez Luna, cuyas hembras pueden soltar hasta 300 millones en el agua en una sola puesta.

La infertilidad se puede empezar a sospechar en la ausencia de embarazo tras un año de relaciones sexuales (en edades más avanzadas el plazo se acorta a los seis meses), por cierto, no es sinónimo de esterilidad, que sería la incapacidad de un individuo o de una pareja para concebir, mientras que la infertilidad se referiría más a conseguir llevar a término el embarazo con un recién nacido sano. Si a esto añadimos el empeoramiento del semen del hombre, con una disminución del recuento de espermatozoides y de su movilidad, y que cada vez con mayor frecuencia las mujeres buscan la maternidad en edades avanzadas, la infertilidad del ser humano se convierte en un más que importante problema. Pero lo que quisiera mostraros ahora es algo que leí en un artículo de la prensa escrita en el que se hace referencia a un pequeño/gran hallazgo arqueológico.

La infertilidad siempre ha acompañado al hombre y a la mujer. Siglos, muchos siglos atrás, el problema de concebir ha estado presente y muestra de ello lo tenemos en el reciente descubrimiento realizado por investigadores turcos de varias universidades, liderada por la Universidad de Harran de Şanlıurfa, en la provincia central de Kayseri, en Kültepeen, Turquía: una tablilla de arcilla asiria que muestra el primer diagnóstico de infertilidad, hace ya 4000 años.

Tablilla donde se describe el primer caso de infertilidad (Museo de Arqueología de Estambul).

El estudio de dicha tablilla ha sido publicado en la revista médica de Endocrinología Ginecológica y parece corresponder a un acuerdo prenupcial en el que la novia hace un pacto con el futuro esposo, permitiéndole contratar a una esclava para concebir un bebé. La mujer, consciente de que no podría quedar embarazada, y con el permiso de los familiares, aceptaba que su esposo concibiera un hijo con la esclava. En el pacto se dice que esta sería liberada tras dar a luz el primer bebé varón.

La medicina china, utiliza desde hace siglos la acupuntura como inductor del embarazo. Los mongoles evitaban comer pescados y alimentos salados para aumentar las posibilidades de quedarse gestante, y en Mesopotamia, se piensa, aunque no es aceptado por todos, que una mujer casada debía de mantener muchas relaciones sexuales, incluso con parejas distintas, para así ser más fértil. Sea como fuere, esta tablilla muestra cómo eran de «prácticos» en ocasiones a la hora de encontrar una solución a un problema. Por cierto, en la antigua Roma también encontramos «vientres de alquiler» aunque en este caso preferían los de una matrona amiga de la familia, casta, decente y ejemplar.

2 respuestas a “La primera descripción de la infertilidad en la historia”

  1. Avatar de melbag123

    Ja! Y la gente se cree que nos lo hemos inventado todo. No hay nada nuevo bajo el cielo, como bien dice el refrán. Como siempre muy interesante tu entrada. Saludos, Francisco Javier.

  2. Avatar de Que te entierren junto a un ushebtis, si no quieres trabajar en el Más Allá –

    […] la vida, el Nilo; el rojo, más escaso, asociado con la protección; y el negro, asociado con la fertilidad y también con la […]

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