¿Es igual el cerebro de un hombre que el de una mujer? ¿Es más inteligente un sexo que otro? La respuesta a ambas preguntas según la ciencia es… NO. Pero antes de entrar en materia, aquí os dejo un anécdota…
El anatomista y fisiólogo alemán Theodor Ludwig Wilhelm Bischoff del siglo XIX, entendido en la materia y profesor en varias universidades europeas, publicó los resultados de los estudios que realizó durante años de investigación en los que concluyó que el cerebro del hombre era mayor que el de la mujer, de promedio 1350 gr. para el varón y 1250 gr. para la mujer. En el contexto social de la época no se nos hace difícil pensar que estos resultados apoyaran la teoría de que la mujer era un ser menos capaz intelectualmente que el hombre.
Bischoff, haciendo gala de su pasión por la anatomía, donó su cuerpo a la ciencia y he aquí la sorpresa. El estudio de su cerebro confirmó que pesaba 1245 gr, algo menos que el promedio que él mismo dio para la mujer.
Encontramos en múltiples ocasiones a lo largo de la historia el abuso que se hizo de la ciencia para explicar las injusticias sociales que se cometían sistemáticamente. Se ha utilizado para justificar que las personas negras son menos inteligentes que las personas blancas, o que los ricos son más listos que los pobres. Por fortuna, los tiempos cambian, la ciencia avanza y nos hace más sabios a todos: ricos, pobres, negros, blancos, hombres y mujeres.
El cerebro es el órgano que nos da ese poder de razonar y decidir. Nos permite ser quienes somos y aunque todavía sigue siendo un gran desconocido para la ciencia, gracias a las últimas tecnologías que disponemos se han publicado innumerables estudios que nos permiten entender un poco más su funcionamiento.
Uno de los mitos que han caído es el de que utilizamos solo el 10 % de su potencial, algo que es totalmente falso. La neurociencia ha demostrado que utilizamos el 100 % del cerebro, aunque todavía no sabemos cómo utilizarlo en su máxima expresión. El cerebro representa alrededor del 2 % de peso total de nuestro cuerpo, sin embargo, consume el 20 % de su energía -incluso cuando dormimos-, esto indica el uso integral que hacemos del mismo. Hoy no se sustenta científicamente que existan áreas del cerebro inutilizadas. Por cierto, desde que Ramón y Cajal formulara su «doctrina de la neurona» describiendo que el tejido cerebral se compone por células individuales, en la actualidad sabemos que las neuronas también se encuentran fuera del cerebro. Así, tenemos un «cerebro abdominal» que regula la función intestinal, incluso en el corazón encontramos 40 000 neuronas que conforman un sistema nervioso independiente. Pero volvamos a la cuestión que nos ocupa.
Sin lugar a dudas, el cerebro del hombre no es ni funciona igual que el la mujer. Las mujeres muestran mayor habilidad para la escritura, la fluidez verbal y la comunicación, mientras que los varones mejoran en las puntuaciones de orientación espacial, habilidad matemática y mecánica.
Tal como afirman varios expertos entre los que se cuenta el Dr. Rodrigo Rodríguez, coordinador de Neurocirugía funcional, neuromodulación del dolor y psicocirugía del Hptal. St. Pau de Barcelona, existen diferencias anatómicas y fisiológicas que comienzan a producirse a las cinco semanas de la fase embrionaria. Es entonces que se pone en marcha la formación de las gónadas que se diferenciarán en ovarios o testículos. Así, se producirá testosterona o estrógenos que influirán en el desarrollo, en cómo se conectan las redes neuronales, una programación temprana y distinta según el sexo que condicionará su comportamiento en el futuro, junto con factores epigenéticos como la educación o el medio ambiente, entre muchos otros.

En lo que respecta al volumen es lógico pensar que el mayor peso y tamaño del cuerpo del hombre implique que el promedio del peso del cerebro sea mayor, pero tener el cerebro más grande no implica que te vuelva más inteligente, y si no que se lo pregunten a Bischoff. Existen diferencias en el hipocampo, la ínsula, la amígdala y áreas implicadas en afecciones neuropsiquiátricas relacionadas con el sexo, y también variaciones en cerca de 6500 genes ligadas al sexo.
Las mujeres presentan mayor conectividad inter-hemisférica y los hombres intra-hemisférica, que explican en parte las diferencias en las puntuaciones en su funcionalidad, tal como demostró en el año 2014 un estudio que tuvo un gran impacto social en su momento publicado por un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y el Hospital de niños de Filadelfia, en los Estados Unidos, deduciendo que los cerebros femeninos estaban más dotados para el procesamiento intuitivo y analítico, mientras que los cerebros masculinos lo estaban para la coordinación de las acciones y la percepción.
Pero, cuidado, ¡No hay dos cerebros distintos según el sexo! En el último medio siglo se publicaron más de 50 000 estudios que lo prueban. Cuando estudiamos el cerebro con las últimas tecnologías diagnósticas, estas muestran que las diferencias son demasiado escasas.
Permitidme citar a la científica Daphna Joel, de la Universidad de Tel Aviv (Israel) que a finales del año 2015 publicó un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en la que habló del «cerebro mosaico». Tras estudiar la materia blanca, la materia gris y las conexiones cerebrales de 1400 cerebros concluyó que las características por sexo se solapan. Existe una gradualidad en las características diferenciales asociadas al sexo que hace que no existan dos hombres o dos mujeres iguales, y la aparición de un cerebro con rasgos puramente masculinos o femeninos es extraordinariamente rara. Son diferencias grupales, no siempre más relevantes que las observadas intragénero.
Ningún estudio serio ha demostrado que las mujeres sean menos inteligentes que los hombres. La ciencia avanza y hace caer mitos, este es uno más.
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Información basada en múltiples fuentes. Anécdotas.com; Elpais.com
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