Todos los que seguís el blog desde hace ya un tiempo sabéis que en muy contadas ocasiones publico artículos que no son míos, en esta ocasión haré una excepción.
Es un verdadero placer compartir y recomendar el último libro que acaba de publicar mi gran amigo Héctor Castro. Filólogo, periodista y, como él mismo se define, altoaragonés amante de su pueblo y tierra, es profesor de Lengua y Literatura, además de colaborador habitual en diarios y radios de Aragón. Actualmente, este periodista literano analiza -desde la seriedad o el humor, según requiera el tema- la actualidad, tanto local como internacional, en la sección radiofónica de Cope Altoaragón los lunes por la mañana.
El libro recoge íntegramente los 40 análisis radiofónicos de la temporada 2018-2019, siempre interesantes, siempre sugerentes y siempre invitando a la reflexión. Con su permiso, comparto el emitido el 10 de junio del presente año, y un consejo: tened a mano un pañuelo porque lloraréis… de risa.
Buenos días.
El pasado lunes analizábamos curiosos topónimos de nuestra geografía española, y ya el 4 de marzo habíamos tratado también de nombres de pueblos y ciudades. El 2 de abril nuestro análisis versó sobre antropónimos peculiares. Pues bien, hoy y, para cerrar el ciclo, hablaremos de apellidos poco corrientes y, además, ampliaremos la singularidad de algunos nombres a los que les añadiremos sus pertinentes cognomina, del latín cognomen, cognominis.
Comencemos con Víbora o Guarro. De hecho, este último es la marca de unas famosas cartulinas. La empresa que elabora dicho producto es Guarro Casas S. A. El pionero fue Ramon Guarro, que en 1698 fundó, en la población barcelonesa de la Torre de Claramunt, la primera manufactura.
Podemos continuar con Cacharro, Calzacorta, Cardo, Piesplanos, Feo, Guapo, Barato y Gandul. Pero, sin duda, hay algunos que se llevan la palma… y si no, atentos: Polla. Sí, han oído bien, Polla, un apellido muy poco frecuente en España, pues tan solo hay 19 personas que lo llevan, 11 como primer apellido y como segundo. ¿Se imaginan aquello de..? Ya puede pasar, señor/a… ¡Pero cuidado! Que más de 200 personas se apellidan Chocho; se encuentran, sobre todo, en la Región de Murcia y Canarias.
Otro apellido fabuloso es Nito, del que solo se tiene constancia en la provincia de Lérida y en tan solo 18 casos. Quizá pensarán, ¿qué tiene de peculiar? Pues que se puede combinar con el apellido del Bosque, y sí, existe Elena Nito del Bosque.
Lo que no he podido documentar es el famoso Aitor Tilla, pues no hay constancia en el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que hace pensar que es más una leyenda urbana que algo real. Tampoco existe el apellido Camela pero, ¿qué me dicen de Colero? Un total de 77 personas llevan este apellido en España y, afirmativo, existe Esther Colero, en este caso no se trata de ninguna leyenda urbana, sino de unos padres muy cachondos, y sin ningún tipo de complejo. Más de 300 españoles se apellidan Cerdo; cerca de 20, Coito; más de 1.500, Rufián y, seis, con doblete, es decir, Rufián Rufián; cerca de 500 ciudadanos de nuestro país se apellidan Rata y, cerca de 3.000, Tocino. Si nos centramos en sintagmas nos encontramos con combinaciones, todas ellas reales, como: Folla Doblado, Ponte Alegre y Viejo Feo.
Pero es que no se queda ahí. Hay 22 personas que se apellidan Puti, todas ellas ubicadas en las provincias de Cuenca y Ciudad Real; otras 20, Lerda; 21, Picha; En Sevilla nos encontramos con 38 personas que se apellidan Pollón; en la Comunidad de Madrid, Meo es el primer apellido de 15 compatriotas y, en Cataluña, hay más de 200 personas que se apellidan Tetas.
Podríamos estar horas y horas hablando del tema, pero lo dejaremos para otra ocasión. Eso sí, a partir de ahora no cuestionemos la belleza o idoneidad de nuestros apellidos, y pensemos en esos miles de compatriotas cuyo destino sí les ha deparado, cuanto menos, una nomenclatura caprichosa y divertida.
Desde la capital del Somontano, ¡Feliz semana!
Los hebreos daban nombre a sus hijos según la primera cosa que decía el padre al verlos, los romanos les ponían nombres de números: Quintus, Sextus, Septimius, Octavius, Nonius, Decius… se ve que tenían pocos nombres propios. Con el cristianismo, se extendió la costumbre de usar nombres bíblicos y de virtudes morales, y los pueblos celtas y germánicos señalaron en sus nombres las virtudes relacionadas con el mérito guerrero. Tras el Concilio de Trento se adoptó la costumbre de dar nombres de santos de la Iglesia católica, y así hasta nuestros días.
Espero que os gustara el particular análisis de Héctor Castro. A partir de ahora cuando piense en mi apellido «Tostado» podré decir que los hay mucho más sorprendentes. Por cierto, os invito a compartir otros apellidos curiosos en los comentarios, puede que el vuestro…
Para saber más:
Blog de hectorcastro-elreportero74
Algunos de los artículos en ivoox.com
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