¿Alguna vez os habéis preguntado de dónde se origina el concepto de “Luna de miel”? Después de casarse es común realizar un viaje con la pareja para disfrutar del inicio de esa nueva vida, pero, ¿qué tiene que ver la miel y la Luna en todo esto? Como siempre, hay que echar la vista muy atrás en el tiempo…
Desde la antigua Babilonia, hasta la antigua Roma; desde los vikingos, hasta los celtas; desde los normandos y sajones, hasta nuestros días, la miel era considerada un fortalecedor de la fertilidad y este es el motivo por el que se daba mezclada con agua durante todo el mes lunar siguiente a la boda.
Hidromiel
Conocida como aguamiel, por obtenerse tras la fermentación de una mezcla de agua y miel, se le considera precursor de la cerveza y ya se consumía muchos siglos antes que el vino. Se menciona por primera vez en uno de los libros sagrados del Vedismo (1500 a. C. aprox.) y en la Biblia se nombra en numerosas ocasiones. La primera receta para fabricarla es del Rey de Arcadia, Aristeo, y el escritor latino Columella, lo menciona en su libro De re rustica.
Recibió distintos nombres, así, los antiguos griegos la conocían como “melikraton” y los romanos como “agua mulsum”, aunque esta correspondía más a al vino de vino endulzado al que se le agregaba miel. Era común ver a Julio César beber hidromiel, de hecho, era su bebida preferida, y no digamos al dios Odín, que según la mitología nórdica era su único alimento, así como en el Valhalla que se consumía por toda la eternidad.
En el otro lado del Atlántico, los mayas la preparaban con trozos de corteza de árbol de balché, siendo una utilizada en las ceremonias sagradas y como medicamento para aliviar infecciones estomacales y como laxante.
Su preparación y sus beneficios
Se trata de una bebida obtenida con la fermentación de la mezcla de agua y miel –las más dulces, aromáticas y de color más claro-, con una concentración que varía del 4 % al 18 %. No era infrecuente que durante la fermentación el azúcar se agotara provocando un exceso de microorganismos, que, junto a un mal almacenaje que producía la reacción del alcohol con el oxígeno convirtiéndolo en vinagre y con la descomposición de la miel, alterara su sabor siendo entonces desagradable al paladar. Además, con el tiempo fue sustituida por el vino, quedando relegada al norte de Europa, donde el clima no permitía el cultivo de uvas.
La serie Juego de Tronos ha puesto de moda muchas cosas, entre ellas el consumo de hidromiel al ver como la consumía la familia Lannister y otros personajes con sus cuernos de toro. Existen competiciones nacionales e internacionales para preparar el mejor hidromiel, incluso un concurso mundial conocido como Mazer Cup Mead Competition.
Recientemente, acudí a un museo de la miel en el que además de encontrar piezas únicas de lo más interesantes, puede probarse todo tipo de mieles y productos como el hidromiel. Debo reconocer que su sabor me sorprendió gratamente y se puede acompañar a muchos platos, tanto entrantes como pescados y carnes blancas, además de algunos postres.
El consumo de miel favorece la absorción de calcio, magnesio y otros minerales que actúan en los huesos, alivia los síntomas de resfriados y gripes. La fermentación del hidromiel hace que las bacterias de ácido láctico mezcladas con levadoras eliminen agentes patógenos como los que favorecen la resistencia antibiótica.
Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.
Esta frase, mal atribuida a Einstein, en realidad apareció por primera vez en unos panfletos de la unión de apicultores belgas en 1994, es una gran verdad. El 85 % de las plantas europeas dependen de las abejas para reproducirse, así que, preparad vuestros cuernos de toro y brindar con hidromiel, además de saludable es beneficioso para la humanidad y está rica, muy rica.
¡Skoll!
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Hola FJT, la miel es útil en quemaduras epiteliales o dérmicas, NO en las profundas. En mi hospital tratamos durante algún tiempo con este sistema cuando algún colega cirujano plástico comunicó su uso en algún congreso pero era poco práctico porque había que utilizar más apósitos (compresas y gasas) para fijar la miel de alguna manera y se escurría, vamos que era pringoso y las enfermeras le pusieron la proa ¡y son las mejores y las que mandan porque son las que más saben!
Hola Astolgus,
siempre apreciando tu comentario. Añadiré que ya Hipócrates la recomendaba para tratar las heridas, Avicena en el tratamiento de las úlceras profundas infectadas y Plinio El Viejo la mezclaba con aceite de hígado de bacalao.
Los campesinos de la antigua URSS llamaban a las abejas «las farmacéuticas aladas» por la multitud de patologías que podían mejorar con la aplicación de la miel que fabricaban.
Hipócrates la indicaba como expectorante y antitusígeno. Avicena, mezclada con pétalos de rosa para tratar los primeros síntomas de tuberculosis y en Egipto para las patologías oculares, tal como se describe en el papiro de Ebers.
Hoy en día, se utiliza también en multitud de patologías tanto de la piel (dermatitis seborreica, caspa), aparato gastrointestinal (estreñimiento, diarreas, gastritis y úlceras del estómago), cardíacas (reducir colesterol si se administra con canela)…
Ya ves, un tesoro alimenticio que nos regalan las abejas.
Abrazos
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Hi Weggieboy,
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¡Muy buenas consideraciones sobre la hidromiel! Pocas bebidas pueden presumir de ser ancestrales y volver a estar de moda después de mucho tiempo. Un producto alternativo al mundo de la cerveza y el vino. Además de tener un sabor exquisito, aporta beneficios en el cuidado interior. ¡Deliciosa en todos los sentidos! Nosotros recomendamos su consumo moderado 100%.
Hola Valhalla,
sin duda, una bebida antiquísima que actualmente se puede seguir disfrutando como en tiempos pasados.
Saludos y gracias por comentar.