Carlos Añez me hizo llegar un artículo en Facebook sobre un médico ciertamente controvertido, brillante pero cuestionado recientemente por su actividad y sus simpatías con el nazismo, es recordado por el síndrome que lleva su nombre: el síndrome de Asperger.
Síndrome de Asperger
Se trata de un trastorno muy frecuente y poco conocido todavía entre la población y los propios médicos. Quienes lo padecen tienen un aspecto e inteligencia normal -incluso superior a la media-, sin embargo, presentan dificultades en la interacción social y en la comunicación no-verbal y tienen dificultades a la hora de interpretar el lenguaje, los sentimientos y las emociones. Se le considera un tipo de Trastorno del Espectro Autista (TEA), pero es una entidad diferente del autismo, algunos expertos dicen que los niños con Asperger “tienen pinceladas de autismo”.
¿Héroe o villano?

Nació en 1906 y se graduó en medicina en la Universidad de Viena a los veinticinco años de edad. Trabajó en el Hospital infantil Universitario de dicha ciudad donde observó que algunos niños presentaban “falta de empatía, poca capacidad para formar amistades, conversaciones unidireccionales, intensa absorción por un interés especial y movimientos torpes”. Fue entonces que desarrolló su tesis doctoral distinguiendo el diagnóstico de estos niños como una variante del autismo, publicándola en alemán en 1944.
Al finalizar la guerra su imagen fue la de un hombre de ciencia y opuesto a la ideología nazi, de hecho, nunca se afilió al partido, aunque sí a organizaciones dependientes del mismo. Durante años dirigió el departamento de pediatría del Hospital Universitario de Viena y no será hasta que en los últimos años, a raíz de la publicación de un estudio en la revista “Molecular Austism” y tras la reciente publicación del libro “Hans Asperger, autismo y Tercer Reich” donde el historiador Herwig Czech expone su investigación acerca del Dr. Hans Asperger, que se cuestiona su figura.
Considerado héroe antinazi y defensor de la dignidad de sus pacientes, Herwig Czech dice que “se adaptó al Tercer Reich y mantuvo una actitud ambivalente en un mundo donde palabras como “solución final” o “tratamiento especial” tapaban auténticas atrocidades”.
Durante la Segunda Guerra Mundial se cometieron muchas barbaridades y la eugenesia nazi sería una de ellas. La obsesión de los alemanes por mejorar la raza humana les hizo adoptar una serie de políticas sociales que tenían como objetivo «eliminar» a delincuentes, homosexuales, religiosos, enfermos mentales y discapacitados.
Por aquél entonces, el Dr. Hans Asperger dirigía una institución para niños con necesidades especiales donde desarrolló la mayor parte de su trabajo, y en el caso de los niños autistas diferenció entre los que podían integrarse en la sociedad, a los que clasificaba como «favorables», de los que consideraba «no educables» y enviaba a la Institución psiquiátrica de Spiegelgrund donde entre 1940 y 1945 se asesinó a 800 niños considerados no aptos bajo la dirección de Erwin Jekelius, quien a su vez era amigo y no escondía la admiración por el trabajo del Dr. Hans Asperger.
De esta forma salvaba a los primeros, mientras que condenaba al resto, es decir, colaboró con el régimen nazi. Entre la documentación recopilada por la investigación de Herwig Czech se comprobó que formó parte de un comité que en una ocasión evaluó a 200 niños discapacitados mentalmente y de ellos clasificó a 35 como «no educables». Tras ser enviados a Spiegelgrund se les practicó la eutanasia.
En una entrevista en la década de los años 70 se entrevistó al Dr. Hans Asperger y reconoció que era consciente de que enviaba a los niños a la muerte, pero también dijo que salvaba a los niños que catalogaba como «favorables» evitando su seguro traslado a Spiegelgrund. Consideraba que no era responsable de su muerte al no ser el ejecutor de la misma.
¿Merece poner su nombre al síndrome?
El Dr. Hans Asperger murió en 1980 y un año después, la psiquiatra británica Lorna Wing publicó «Asperger’s Syndrome: a Clinical Account», un texto de referencia que popularizó las investigaciones del Dr. Hans Asperger e introdujo el término Síndrome de Asperger a esta variante de autismo.
A raíz de las investigaciones del trabajo del Dr. Hans Asperger durante los años que duró la guerra, muchos son los que consideran que no merece el honor de dar su nombre al síndrome, mientras que otros siguen considerándole un brillante médico que se sirvió de su profesión para salvar a niños que seguramente estaban condenados a una muerte segura.
En la actualidad se sabe que los niños con síndrome de Asperger pueden mejorar significativamente el pronóstico si se diagnostican y se interviene precozmente, además, con el tiempo, el niño aprende a incorporar estrategias que le ayudan a hacer frente a sus dificultades. Tengamos la opinión que tengamos respecto al Dr. Hans Asperger, debemos reconocer este síndrome para ayudar y tratar correctamente a estos niños.
Por cierto, ¿tú qué piensas de él?
Un video rtve.es
Para saber más:
Confederación asperger en España
DSM-5 Trastorno del Espectro del Autismo
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