En la pandemia de la epidemia de gripe de 1918 se recomendaron, al igual que en la actualidad por los comités de expertos, una serie de medidas para prevenir el contagio y eliminar la enfermedad. Sorprende comprobar la similitud de muchas de ellas con las adoptadas en nuestros días, aunque otras son curiosas y sorprendentes.
En aquellos tiempos no existía la Organización Mundial de la Salud y la lucha contra la pandemia se hizo de manera descoordinada entre los países afectos, incluso entre las ciudades y pueblos del propio país, esto motivó -entre otras cosas- que la pandemia fuera tan mortal. Se calcula que contagió al 20% de la población mundial y fallecieron más de 50 millones de personas. En España, la gripe infectó a 8 millones de los 20 millones de españoles de la época y mató a 300.000 enfermos, el mismo rey Alfonso XIII contrajo la enfermedad, aunque se recuperó poco tiempo después.
En Sabadell, una de tantas otras ciudades españolas, el alcalde accidental Pere Pascual Salichs, publicó un bando de obligado cumplimiento para sus habitantes. Por fortuna para los sabadellenses la gripe no les afectó tanto como a otros pueblos y ciudades de España, aunque, de los cerca de 37.000 habitantes que tenía entonces, fallecieron unas 150. Debajo podéis ver traducido del catalán las medidas que se recomendaron, particularmente me llama la atención la que hace referencia a la evacuación intestinal diaria. 😉
- Aislamiento de los enfermos.
- Desinfección de locales donde existan enfermos y con grandes multitudes (Teatros, Cines, Colegios…).
- Desinfección de los baños.
- Limpieza colectiva e individual.
- Ejercicio moderado al sol.
- No asistencia en locales cerrados y en los que hace referencia la segunda prevención.
- Evacuación diaria del tubo digestivo.
- Evitar impresiones bruscas de la transpiración cutánea, o sea, los resfriados.
- Limpieza frecuente de la nariz, boca o post-boca con alguna sustancia antiséptica. Estos lavados pueden hacerse perfectamente también con agua de tomillo y eucaliptus.
- Tomar diariamente y en ayunas una taza de agua.
- Airear intensamente de las habitaciones-dormitorios.
- Hervir la ropa interior que hayan sido lavadas en lavaderos públicos.
- En caso de resfriado procurar una rápida reacción mediante ejercicio activo o friegas con agua de lavanda, y
- Evitar el contacto de manos de personas sospechosas o convalecientes de enfermedad.
En todo el mundo se adoptaron muchas de estas medidas y al igual que hace un siglo, las mascarillas se convirtieron en el símbolo de la protección ante la infección. Por falta de material se popularizaron máscaras de gasa y tela, baratas, totalmente inútiles porque el virus podía penetrar el tejido, y en los EE. UU. la policía obligó a toda la población que llevara su máscara puesta en público, bajo multa de 100 dólares de la época, una cantidad más que destacable. Algunos fumadores no quisieron dejar su mal hábito y adoptaron un curioso modelo que les permitía fumar a través de ellas como se ve en la foto. Sin palabras…

Lo cierto es que el virus de la gripe desapareció cuando se quedó sin personas a las que contagiar. La enfermedad terminó por sí sola, mató a los más débiles e inmunizó al resto. La menor densidad de población y la mayor de inmunizados hizo imposible su expansión a partir del verano de 1920.
Aunque la información y la actualización de protocolos en la actual pandemia de COVID-1 es casi diaria, permitidme añadir este cuadro donde se muestra el porcentaje en la evolución y mortalidad de los infectados. El 85% serán asintomáticos o con síntomas leves y evolucionarán favorablemente, mientras que el 15% necesitarán hospitalización y el 5% ventilación en UCI. Nos dicen que este virus lo ganaremos entre todos, así es, y para ello debemos cumplir lo que nos recomiendan nuestros expertos, la cuarentena de los enfermos leves y de las personas que han estado en contacto con ellos, así como el aislamiento social, son las mejores medidas para evitar o retrasar la transmisión a nivel comunitario.
Link foto:
Hoy existe la OMS pero la descoordinación entre los países también es notoria. Cada cual por su lado.
¡Máscara para fumadores, qué risa!
Hola Amira,
así es, y no deja de sorprender que ante la experiencia de tiempos pasados los gobiernos no aprendieran la lección.
Saludos