Kihachiro Aratake, mientras buceaba frente a la isla Yonaguni, al sur de Okinawa, descubrió por casualidad en 1987 un megalito de casi 10 000 años de antigüedad con unas formas en su superficie que parecían estar talladas por el ser humano. Esto acaparó la atención de algunos geólogos e historiadores que comenzaron a preguntarse si realmente las había hecho la mano del hombre o se trataban de marcas hechas por la propia naturaleza. El 4 de mayo de 1998 ocurrió algo que aumentó su interés: un terremoto submarino destruyó la estructura dejando al descubierto formaciones jamás vistas antes, con una forma similar a los zigurats mesopotámicos. ¿Y si en realidad se trataba de edificios? Y si así fuera, ¿qué civilización y cómo pudieron construirlos?
A partir de entonces se han realizado numerosos estudios de la estructura y hoy se sabe con bastante exactitud su forma y tamaño. Las ruinas cubren un área de más de 45 000 metros cuadrados y la estructura más grande presenta una forma de pirámide que se eleva desde una profundidad de 25 metros. Analizando todo el complejo se ha creado una imagen del mismo encontrando grandes similitudes con otras estructuras arqueológicas en tierra. Consta de una red de edificios, monumentos, castillos y un estadio, interconectados por lo que parecen ser carreteras y vías fluviales, y en algunos de ellos encontraron estructuras similares a otras realizadas en tierra firme en Japón.
Las hipótesis
En la actualidad las dos principales teorías que destacan son las del geólogo Robert Schoch de la Universidad de Boston y la del geólogo marino Masaaki Kimura de la Universidad de Ryukyu.
Tras su estudio in situ durante más de 20 años, el Dr. Masaaki Kimura determinó que se trata de una estructura natural modificada por el hombre hace al menos 10 000 años, es decir, tan antigua como el santuario de Göbekli Tepe en la actual Turquía, que es considerada la estructura hecha por el hombre más antigua conocida, y es aquí donde comienzan la especulaciones.
¿Pudo pertenecer al continente perdido de Mu? Algunos, los menos científicos, piensan que pudieron existir sociedades avanzadas ya desaparecidas, desde hace 10 000 años, mucho antes de lo que la arqueología objetiva, y sugieren que este supuesto continente localizado en el Océano Pacífico -desaparecido como la Atlántida o Thule– pudo ser el origen de otras civilizaciones como el antiguo Egipto, la civilización del valle del Indo, el Perú preincaico, la isla de Pascua y las culturas premayas.
Así lo propuso en el siglo XIX el viajero y escritor Augusto Le Plongeon, y apoyando esta teoría, el geólogo Teruaki Oshi, explica que estas edificaciones son anteriores al final de la era glacial cuando el nivel del mar era más bajo que el que tenemos en nuestros días. Sus supuestos constructores las habrían construido aprovechando formaciones geológicas preexistentes, aunque pertenecerían a una civilización mucho más sofisticada que las que todos conocemos de la antigüedad.
Los estudios del profesor Robert Schoch señalan que la formación contiene numerosos planos paralelos estratificados bien definidos y la región donde se localizan es propensa a terremotos y bien pudieron fracturar las rocas de esta forma. En cuanto a las formas de su superficie identificadas por Kimura corresponden a raspaduras naturales formadas por la acción de las olas durante miles de años. Así, también las encontramos en otros lugares del mundo como en las caras planas de las columnas de basalto de la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte y en la formación de escalera en la Old Rag Mountain, en el Parque natural de Shenandoah en los Estados Unidos.
Japón se encuentra en una región de gran inestabilidad tectónica y son frecuentes los terremotos y tsunamis. En el año 1771 un tsunami con una altura de más de cuarenta metros asoló Yonaguni y bien pudo ocurrir algo similar hace miles de años, lo que terminó por hundir parte de la isla y con ella la estructura descubierta ahora bajo el agua.
El Dr. Masaaki Kimura señala que no hay bloques perdidos en la base ni escombros de las estructuras, algo que se esperaría encontrar si hubieran sido producidas por la erosión natural. Sin embargo, el profesor Robert Schoch afirma que lo más probable es que se trate de una formación natural que pudo ser modificada por el ser humano en el pasado. Además, en la estructura sumergida se encuentran rocas talladas que se asemejan personas humanas como la «roca de la diosa» y otra muy grande con un rostro humano, similar a las figuras de la Isla de Pascua.
Hoy el lugar es visitado por numerosos turistas curiosos y es conocido por las gentes del lugar como el Monumento Yonaguni.
Links fotos:
Información basada en bibliotecapleyades.net