Leyendas hay muchas, algunas sorprendentes, pero si hay una que ha perdurado y se ha transmitido como pocas con el paso del tiempo, esa es la del judío errante. Tiene todos los ingredientes para cautivarnos: Jesús, sufriendo con la cruz sobre sus hombros camino hacia la Crucifixión, un desalmado que le negó su ayuda, su condena a vagar eternamente para expiar su pecado, y gente, mucha gente que asegura haberle visto en distintas épocas de la historia.
El origen de la historia se encuentra en dos pasajes de la Biblia. En el Evangelio de Mateo se dice: «hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino», y en el Evangelio de Juan se menciona que durante el suplicio de Jesús, algunos le negaron la ayuda, despreciándole incluso.
En el año 1223, un cronista afirma que el Emperador Federico II escuchó decir de unos peregrinos que en Armenia había un judío condenado a ser errante para siempre y el historiador inglés Roger de Wendover, asegura en una crónica de 1228 que el Arzobispo de Armenia le entrevistó confesándole haber sido en tiempos remotos sevidor de Poncio Pilato.
Poco después, el benedictino inglés Mateo de París, escribió la misma historia en su Chronica Majora, la primera versión de la leyenda, poniendo nombre al protagonista y asegurando que se encontraba arrepentido:
Cartáfilo, una especie de guardia o policía de la puerta del pretorio de Poncio Pilato que debía encargarse de ejecutar la sentencia de muerte de Jesús, cuando cayó en su camino al Gólgota, lo golpeó y se burló de él. Jesús, mirándole a los ojos le advirtió que él caminaría a la crucifixión, pero que Cartáfilo caminaría sin descanso hasta el día del Juicio Final.
La profecía le maldijo a sufrir una enfermedad y la angustia de la muerte cada cien años, para luego sanarse, rejuvenerse hasta los treinta años, edad de Cristo cuando murió.
Posteriormente, se describen otros relatos cambiando el nombre del errante: Buttadeus, Juan Espera en Dios, Larry el Caminante, Samuel Belibeth… y a partir del siglo XVI se vincula al personaje con un judío. La explicación de este mensaje antisemita la encontramos en el hecho de que los judíos fueron acusados de todos los males y epidemias sufridas en el siglo XIV, y el término «errante» los relacionaba con el hecho de que los judíos debían cambiarse de país.
Las apariciones se sucedieron por toda Europa (y fuera de ella) y la más impactante fue la ocurrida en Hamburgo en 1542, tal como describe el obispo de Schleswig, Paul von Eitzen, al dar crédito a la aparición de Ahasvero -nombre del judío errante- que ante centenares de personas explicó detalles sobre los sufrimientos de Jesús y aseguró haberle visto, así lo publicó en la Crónica corta o Kurtze Beschreibung, en 1564.
Después, la literatura, el cine e incluso el manga, hicieron referencia a esta leyenda hasta nuestros días.
Una novela:
El judío errante, de Eugène Sue (1845)
Una película:
La pasión de Cristo, de Mel Gibson (2004)
Links fotos:
Cmrade Adrián; infovaticana.com
Información basada en el artículo El judío errante, culpable por los siglos de los siglos, de Bernat Hernández (UAB)
FJT, existe en gran parte del mundo un resentimiento/odio contra los judíos, alimentado por su cierre y defensa contra lo exterior, alto grado de inteligencia y endogamia. Si a esto añadimos su capacidad de trabajo, su amor al dinero y sus riquezas los han hecho objeto de persecución en todos los tiempos y naciones. En la nuestra los Reyes Católicos expulsaron morería y judería casi simultáneamente pero la historia de los apellidos actuales demuestra el judaísmo de muchos nosotros y utilizamos la palabra «judío» como sinónimo de tacaño
Hola Astolgus,
en España la comunidad judía la integran en la actualidad unos 40 mil judíos, ciertamente pocos si los comparamos con otras comunidades y con una población de 45 millones de habitantes, no obstante, su presencia en nuestro país no puede dejarse de lado. Desde que se les expulsó en tiempos de los Reyes Católicos, poco a poco están regresando -muchos provienen de Marruecos y de Latinoamérica-, en una sociedad más abierta e inclusiva a pesar de las reticencias mantenidas a lo largo de las generaciones.
Saludos
Se me ha pasado comentar la comparación de la cantidad de premios Nobel de judíos contra la de Árabes o islamitas