La historia son instantes y en ocasiones una genial respuesta, un simple comentario o una idea pueden decir mucho de la persona que habla. Os dejo una pequeña muestra de las que podéis encontrar en el libro de Gregorio Doval, El pequeño libro de las grandes anécdotas.
- El escritor francés Jean Lorrain, no podía ver al pintor Henri Toulouse-Lautrec, a quien un día, discutiendo, le dijo: ¿usted me toma por imbécil? En absoluto, respondió el pintor, pero puedo equivocarme.
- George Bernard Shaw envió a Winston Churchill dos entradas para el estreno de una de sus obras, acompañadas de una nota que decía: Para usted y un amigo, si acaso lo tiene. Churchill, sin perder el tono provocador, se excusó de asistir con una nota que le prometía: asistiré al reestreno, si acaso lo tiene.
- Albert Einstein, en una ocasión explicó la esencia de su teoría de la relatividad: pon la mano sobre una estufa caliente durante un minuto y te parecerá un hora. Siéntate junto a una mujer bonita durante una hora y te parecerá un minuto. Eso es relatividad.
- Thomas Alva Edison se presentó ante el presidente de una gran empresa para intentar venderle uno de sus primeros inventos: un tablero automático (eléctrico) de cotizaciones de bolsa. LLegado el momento de fijar el precio, Edison dudaba de si pedir tres mil dólares o arriesgarse y pedir cinco mil. Ante la duda, le rogó a aquél hombre de negocios que le hiciera una oferta. El ejecutivo lo consideró y le dijo: ¿qué le parecen cuarenta mil dólares?
- Un conocido en apuros económicos acudió en busca de consejo a John D. Rockefeller sénior. Su problema era que un individuo que le debía cincuenta mil dólares se había ido a Constantinopla, y él no tenía ningún comprobante o reconocimiento de deuda que le permitiera exigir su pago. Rockefeller le aconsejó: escríbale una carta reclamándole los cien mil dólares que le debe. Seguro que él le contestará diciéndole que está en un error, que no son cien mil, que solo son cincuenta mil. Y así ya tendrá usted su reconocimiento de deuda.
- En 1945, el almirante William Daniel Leahy compartió su opinión sobre las armas nucleares: la bomba atómica nunca se fabricará, y hablo como experto en explosivos.
- En 1981, Bill Gates dijo: nadie va a necesitar más de 640 kilobytes de memoria en su computador personal y nunca vamos a hacer un sistema operativo de 32 bits. En 2004, visionario como era, dijo: el spam en dos años, estará resuelto.
- El productor de cine norteamericano de origen polaco Harry Morris Warner, cofundador de la productora y distribuidora cinematográfica Warner Brothers, dijo en 1927: ¿cine hablado? Pero, ¿quién diablos querría escuchar a los actores hablar?
- En una ocasión, preguntaron durante una comida al abogado, diplomático y multimillonario estadounidense Joseph Hodges Choate, que fue durante muchos años embajador en el Reino Unido, quién le habría gustado ser, de no ser él mismo, y él respondió sin dudar: mi heredero.
- Un joven presentó su currículum en una agencia de publicidad. Tras analizarlo detenidamente, le dijeron: Su currículum está lleno de incoherencias, medias verdades y completas mentiras… ¡Bienvenido a bordo!
- En 1940 el profesor de Harvard Chester L. Dawes sentenció: la televisión nunca será popular. Hay que mirarla en una habitación semioscura y exige continua atención.
- El filósofo francés Voltaire hubo de hablar, contra su voluntad, ante la tumba de una persona por la que nunca había sentido predilección. Comenzó diciendo: era un gran patriota, un amigo fiel, un esposo abnegado y un padre ejemplar…, suponiendo, claro está, que haya muerto.
- Cuando Henry Ford decidió crear su empresa tuvo que oír muchos comentarios de sus posibles inversores. En una ocasión, en 1903, el director del Banco de Michigan aconsejó al abogado de Ford, Horace Rackham, no invertir en la Ford Motor Company: el caballo permanecerá, pero el coche no es más que una novedad sin futuro, una moda pasajera. Rackham, ignorando el consejo, invirtió cinco mil dólares en acciones de la empresa de Ford y tiempo después las vendió por 12.500.000 dólares.
Gracias por compartir estas anécdotas! Me encantó la picardía de algunos, y me deja pensando en la dificultad que tenemos para aceptar las cosas nuevas… para visualizar el futuro…
Hola Norma,
sí, lo cierto es que dicen mucho de la persona y puede también que alguna nos sirva a nosotros mismos en alguna ocasión.
Saludos